miércoles, 26 de diciembre de 2007

La Navidad en Caracas


El Nacimiento

En las casas caraqueñas la época se inicia "montando" la Navidad. Y en estas costumbres vemos justamente el carácter, la idiosincrasia propia del caraqueño, que mezcla costumbres diversas para hacerlas propias.

El adorno central de siempre en Caracas fue el nacimiento o pesebre. Esta costumbre ha perdurado y cada año desempolvamos los adornos, se le abre espacio es las mesas a esas piezas alegres y coloridas, buscamos el musgo para el pesebre y se dedican horas a adornar la casa para recibir el Niño Dios. Se destina un lugar de honor de la casa para exhibir el nacimiento. Ahí se van poniendo en orden las figuras de los pastores, las ovejas, los Reyes, las casitas, el espejito que simula el laguito, para terminar poniendo el "portal", el "pesebre", el sitio escogido para colocar a la Virgen, a San José, la paja para el Niño, el ángel. Y no es hasta el 25 de diciembre que se coloca la figura del Niño Jesús.

El nacimiento del Hospital San Juan de Dios es uno de los más visitados. En Galipán, por los lados de la bodega de Emilio, también hay un nacimiento que vale la pena visitar. Y todas las iglesias hacen su propio nacimiento.


El arbolito

Otra costumbre, es la del arbolito. ¡Y eso es trabajo! Hay que empezar por colocar el arbolito firmemente en su base, luego ponerle las luces, luego los adornos. Hubo una época en que incluso se preparaba una pasta con jabón de lavar la ropa para simular la nieve en el arbolito.

Nuevamente, los niños de casa revolotean, se alegran, suceden "los accidentes" con los adornos y el ambiente se va cargando de esa energía especial que da la navidad.


La corona de adviento

Ya para ese momento las madres han comprado o han arreglado la "Corona de Adviento", que en algunos hogares cambian por el "tronco de Adviento". Es una ceremonia católica que ayuda a la preparación para la llegada del Niño Jesús. La corona como tal es un aro hecho de pino, artificial o natural, que se adorna con alegres cintas y se colocan cuatro velas. El primer domingo de Adviento se reune la familia, enciende la primera vela y realiza las lecturas del día. El segundo domingo, enciende la primera y la segunda vela y realiza las lecturas del día, y así hasta que se completan los cuatro domingos.


La Aldea de Dickinson

Otra costumbre que se ha incorporado a la navidad caraqueña es la de la "Aldea Charles Dickinson", que es una representación de la aldea del cuento Canción de Navidad de Charles Dickinson, con sus casitas, los negocitos, sus patinadores, la nieve, los pinos, los grupos de personas que cantan aguinaldos. Cada año se van incorporando nuevas edificaciones, como la panadería, la juguetería, la iglesia, y así va creciendo.


Las Misas de Aguinaldo

Las Misas de Aguinaldos, que se realizaban al amanecer, bien tempranito, entre cinco y seis de la mañana, en las cuales se cantaban aguinaldos. Las corales se organizaban desde octubre para practicar los cantos. Después de la Misa de Aguinaldo, la reunión continuaba pues el grupo se desayunaba bien fuera en la panadería o en las casas y de ahí cada quien se dirigía a realizar su quehacer cotidiano.


Las Patinatas en Caracas


Cuentan que por la década de 1920 comenzó en Caracas la época de las patinatas. Los muchachos y las muchachas patinaban por los lados de Puerta Caracas en La Pastora, otros acostumbraban ir al Parque Los Caobos, a Los Próceres; cualquier calle, paseos, plazas o parques se prestaba para que los jóvenes se divirtieran de lo lindo patinando a partir de principios del mes de Diciembre. Las mismas comenzaban, de acuerdo a la edad de los patinadores, desde las siete de la noche y se alargaban hasta altas horas de la noche. Otra secuencia era ir a patinar antes del desayuno, bien temprano en la mañana. Todavía para los años sesenta y setenta la seguridad en las calles era aceptable, por lo que los jóvenes salían a patinar hasta entrada la madrugada. Por cierto que en esa época se acostumbraba todavía a dejar el pan, la leche y el periódico a la puerta de las casas, cosa que aprovechaban los patinadores para desayunarse. Además de las piruetas individuales, se hacían "trencitos" y el famoso "latigazo" que en más de una ocasión terminó en accidente.

Aquiles Nazoa nos deleita con su descripción de esta costumbre caraqueña:

"Nuestro amable "Pacheco" -fabuloso rey criollo de los aires decembrinos- no llega a darnos hielo para trazar en él signos mágicos con los filos de los patines; pero gracias al modelo de ruedas, el patinaje es entre nosotros deporte de invierno, e invernal en la alegría que nos comunica. Tampoco tenemos laderas cubiertas de mansa nieve, pero el genio del niño criollo creó su versión caraqueña del trineo -un cajón y cuatro ruedas de patín- y se lanzó a volar por las cuestas de la ciudad. Aquí están los patinadores, primer anuncio de la Navidad en Caracas. Algunos llevan flamantes "Kingston" bien ajustados al calzado de marca indescifrable; otros míseras «planchas» reconstruidas que se sujetan a las alpargatas con increíbles enredijos de guaral. Todos sin embargo dicen lo mismo: sus risas, sus canciones, el estruendo de sus ruedas son el indicio más cierto de que faltan pocos días para que el niño Jesús nazca en su Belén de cartón y paja teñida."


Los Aguinaldos y las Parrandas


Los aguinaldos son los cantos navideños por excelencia que heredamos de los españoles, que en España son conocidos con el nombre de "villancicos". Se cantan en todas las ciudades y pueblos y acompañan todas las tareas que se realizan alrededor de estas fiestas: hacer el nacimiento y el arbolito, hacer las hallacas, adornar la casa y, por supuesto, la misma Noche de Navidad. Hubo una época en que se reunían grupos de amigos para cantar aguinaldos. Los invitamos a revisar las letras de los aguinaldos nuestros en la sección "Aguinaldos Navideños" en Folklore. Esperamos sean de su agrado.

Las parrandas navideñas se armaban, se reunía el grupo de músicos y cada cual con su instrumento iban interpretando aguinaldos. Las estudiantinas se organizaban. Los instrumentos típicos de una parranda son el cuatro, el tambor, las maracas, el furruco y las panderetas. El animado grupo iba cantando a la casa de algún conocido, en donde se les recibía con un ponche, un brandy, algo para calentar el cuerpo en las frías noches decembrinas. Las parrandas comenzaban alrededor de las nueve de la noche y terminaban al amanecer.


LA NOCHEBUENA


El 24 en la noche la familia se reúne para celebrar la Nochebuena. La mesa está puesta en todo su esplendor, el Nacimiento o Pesebre preside la fiesta desde su sitio de honor, el arbolito y los adornos complementan el espíritu. La música es la propia de la temporada: gaitas, parrandas y aguinaldos. Hay buen ambiente, los niños están emocionados pues, además de la reunión familiar, esperan los regalos del Niño Jesús, que fue lo tradicional hasta hace unos años, o de San Nicolás, como se dice ahora. Para brindar se ofrece ron, vino, whisky o champaña, el tradicional Ponche, ya sea comercial o casero, y la "guarapita" o coctelito.

Hasta finales de la década de los años '70 se celebraba a las doce de la noche la Misa de Gallo, la Misa de Nochebuena. En la celebración de la misma la Coral entona aguinaldos.

Una vez terminada la misa, se regresaban a la casa. Era después de Misa de Gallo cuando se cenaba.


La Mesa en Navidad


E n Caracas, Navidad sin hallaca, no es Navidad. La Hallaca es el plato central y más tradicional de la cena de Navidad y Año Nuevo y no puede faltar en la mesa. Cada familia tiene su toque o sazón especial, su fórmula especial. Es motivo para reunir a la familia y en su elaboración contribuyen desde los más jóvenes hasta los más "creciditos". Cada uno tiene su labor, su trabajo, el cual realizan con esmero, año tras año. Alrededor de la mesa se oyen las bromas, los cuentos, los consejos sobre como cerrar la hallaca, se sirve la "guarapita", se escuchan aguinaldos y gaitas. Es la perfecta unión cultural entre el conquistador y el conquistado, el viejo mundo y el nuevo mundo, el rico y el pobre; cual caraqueña mestiza, en ella se mezclan los ingredientes de ambos mundos para hacer un plato excepcional, usando, a diferencia de otras regiones, ingredientes sofisticados como la almendra, las uvas pasas (pasitas), aceitunas. Cada casa tiene su propia sazón de ahí el dicho "la mejor hallaca es la de mi mamá". Sin embargo, hubo un graffiti que decía "Las hallacas de mi mamá son una porquería". Nos preguntamos si el autor usaba el argot de los jóvenes, para quieren una porquería es lo "máximo" o realmente su mamá no tenía ni idea sobre como hacer este plato.

Los bollos de hallaca, por su parte, se hacen con los "restos" de todas las preparaciones, es decir, con lo que ha sobrado de guiso, masa, adornos y hojas y se hacen cuando ya se han hecho las hallacas que se habían calculado.

Todos los años las amas de casa protestan los precios, se afanan buscando los mejores ingredientes que pueden pagar y es una actividad que se planifica con tiempo. Desde el más pequeño hasta el mayor, todos tienen su labor en la elaboración de este laborioso plato.

Es un plato muy elaborado, que requiere de al menos dos días de preparación. Es delicado y cualquier ingrediente que no esté en perfecto estado puede dañarlo. Por lo mismo que es tan laborioso, sugerimos solicitar, si está en condiciones de hacerlo, algunos servicios como son las hojas limpias y clasificadas así como la masa de maíz pilado.

Acompañan a nuestra tradicional hallaca en la Cena de Navidad:

* El pan de jamón, un pan relleno con jamón, uvas pasas (pasitas), aceitunas, al que a veces también se le pone alcaparras y tocineta.

* El pernil de cochino, preparado según la receta de la familia, con una buena salsa. El pernil es sustituido a veces por el lomo relleno.

* El jamón planchado. Hoy en día se compra ya elaborado, pero antes se planchaban en la casa, era la época del "Jamón Ferris".

* La ensalada de gallina o de pollo, según el bolsillo y gusto de cada quien.

* A algunas familias les gusta ese "toque dulce" en la mesa y sirven la ensalada diplomática.

* Además de la salsa del pernil, en algunas casas se prepara la salsa de cebollitas con vino.

En cuanto al postre, se sirve junto con diversas nueces:

* El dulce de lechoza.

* Los turrones, tanto de alicante como de jijona.

* La torta negra o de frutas

* El dulce de cabello de ángel.

* El panetone.

Para tomar esta opípara cena se sirve con vinos, champaña y el ponche crema. Al final, el cafecito que siempre ofrecemos en Caracas.

El día de los Inocentes


Si por casualidad te encuentras en Caracas un 28 de diciembre no te sorprendas si ves, en una cafetería o fuente de soda, a alguien poniéndole "sal" al café o al jugo de otra persona. Es la forma que tenemos en Caracas de celebrar esta fiesta, haciendo "caer por inocente" a otro. Ese día inventamos cuentos, "nacen" niños, se "ganan la lotería", se "invita a fiestas" e incluso en los periódicos aparece alguna noticia que al final resulta una simple broma. Cada quien inventa lo que puede y siempre consigue a alguien que se crea el cuento, para terminar diciéndole, acompañado de una buena carcajada "caíste por inocente". Y si la broma de algún año fue lo suficientemente buena o traumática, ¡no se olvida! En una oportunidad una persona hizo una broma tal que más nunca pudo "jugar" el día de los inocentes que había caído en domingo: al esposo le cambió el jefe, al tío lo puso a ganar un cuadro con cinco caballos, y a la hija la puso a hacer una lista de juguetes que le iba a regalar la abuela. Todos cayeron por inocentes, por primera y última vez.

Este año, esté pendiente. por si acaso.


Un personaje especial


Desde hace más de diez años, la Cota Mil, esa autopista que bordea el Parque Nacional El Ávila, es el escenario donde Raimond Canela realiza su ritual navideño: todos los primero de diciembre, vestido de San Nicolás y con un bolso lleno de regalos recuerda a todos los transeúntes que ya llega la Navidad y que es tiempo de alegría y esperanza.


Despedida del Año Viejo


Nuevamente se reúne la familia para festejar. Para esta ocasión todos los integrantes de la familia "estrenan" algo nuevo de ropa.

La fiesta comienza, al igual que la de Navidad, alrededor de las nueve o diez de la noche. Más que aguinaldos y parrandas, se oyen gaitas.

Para recibir el Año Nuevo hay una serie de costumbres y rituales. Para empezar, faltando poco tiempo para que termine el año se tiene sintonizado el radio o la televisión y se oye la canción "Faltan cinco pa' las doce". Para llamar la buena suerte, el dinero y el amor cada quien se va preparando.

Una de las costumbres es comerse una uva con cada campanada mientras se hace un deseo.

Otra costumbre es tomar una maleta y salir a la calle con ella si la persona desea viajar durante el año nuevo.

Otro de los rituales es tener dinero en el bolsillo o en el zapato que sea de alta denominación. Hay personas que tienen en la mano izquierda la moneda de mayor valor y con la derecha intercambian monedas de poco valor. Al terminar de hacer el intercambio lanzan al techo las moneditas. La moneda que se tenía en la mano izquierda se guarda en el bolsillo o en el portamonedas y no se gasta -esa moneda la usan año tras año para este ritual.

Si se desea llamar la suerte, se usa ropa interior amarilla, incluso algunas personas se la ponen al revés y la voltean al derecho a las 12 de la noche. Si lo que quieres es llamar el amor, la ropa interior debe ser roja.

Otros reciben el año con un puñado de lentejas en la mano para tener prosperidad.

Y otros rompen las copas dejar atrás todo el pasado y recibir a un prometedor año nuevo.

En todo caso y cualquiera que sea la costumbre de la familia, el abrazo a cada uno de los presentes no falta.

A las doce el cielo de Caracas se ilumina con los fuegos artificiales más coloridos y variados. Es un espectáculo digno de ser visto.

Una vez recibido el año nuevo y cumplidos todos los rituales, es que se procede a cenar. La comida es parecida a la de Navidad, aunque puede haber algunos cambios, como por ejemplo un buen plato de lentejas, para llamar la prosperidad.

Las reuniones de año nuevo por lo general duran hasta el amanecer, por lo que se tiene previsto un desayuno que incluye chocolate caliente, café con leche, cachitos, croisants.

A partir de este momento se usa una palabra a modo de saludo en toda Caracas hasta mediados de enero. En Caracas no decimos "Fe-liz A-ño", no. Pegamos todas las sílabas y como no pronunciamos la zeta como tal, decimos: "felisaño" y con esto deseamos lo mejor a todas las personas que nos encontramos.

PERSONAJES DE NAVIDAD DE CARACAS

En primer lugar, por supuesto, el Niño Jesús. Celebramos la “Buena Nueva” de Su nacimiento en aquél pesebre en Belén, hace ya más de dos mil años. Y junto a Él colocamos en ese lugar especial que es el “Nacimiento”, “Pesebre” o “Belén”, como quieras llamarlo, a la Virgen María, a San José, el Ángel, la mula y el buey, los pastores, los Reyes Magos con sus camellos, los pastorcitos con sus ovejas. Colocamos espejitos simulando agua, casitas de distintos tamaños, y así vamos enriqueciendo ese sitio que adornamos en honor al Niño Jesús.

El Niño Jesús, junto con San Nicolás, son los encargados de traer regalos a los niños que se han portado bien durante el año. San Nicolás es el tema de muchas vidrieras, de los anuncios de publicidad. Se ha hecho ya una tradición el San Nicolás hecho de luces que exhibe el Centro Comercial Ciudad Tamanaco.

Además de ellos, en Caracas tenemos otro personaje que está vinculado a la Navidad.

Ottomar Pfersdorff, creador del símbolo navideño más conocido e importante, esto es, la Cruz del Ávila. Este ingeniero norteamericano llegó a Venezuela en la década de los ‘40 como asesor de la empresa JF Pritchard, para la instalación de las primeras unidades de la planta de Arrecifes. Trabajó para la empresa C. A. La Electricidad de Caracas desde 1948 hasta el año 1970, cuando se jubiló. Regresó a los Estados Unidos, donde se dedicó al arte de elaborar piezas de arcilla en miniatura, como lo había aprendido en Venezuela, y a comercializarlas. En una entrevista, el Ing. Pfersdorff contó que una noche “En mi casa de El Rosal, viendo hacia la montaña, pensé que podría muy bien hacerse una cruz de luz en el Ávila. Que se representase en esa cruz al mundo libre, que Venezuela es un país libre y cristiano. Además de exaltar al espíritu de la Navidad”. Ese icono representaba además la calidad y continuidad del servicio que la Electricidad de Caracas le prestaba a la ciudad. La tradición arrancó en la Navidad de 1963 al iluminar unas habitaciones del Hotel Humboldt de forma que se viera una cruz. Actualmente la tradición es encender una cruz el 1º de diciembre de cada año. Curiosamente, Pfersdorff falleció el 1º de diciembre de 1998, cuando tenía 95 años. Al encender esa Cruz del Ávila todos los años no sólo damos inicio a la Navidad, le rendimos culto a Ottomar Pfersdorff.

Otro personaje asociado a la Navidad es “Pacheco”. Es común oír en esta época frases como: “Ya bajó Pacheco”, “Pacheco está llegando”, “Ya se siente a Pacheco”… Pues se cuenta que el origen de esta expresión está en un personaje de Caracas de finales de siglo XIX para unos y comienzos del siglo XX para otros. Pacheco cultivaba flores y bajaba del pueblito de Galipán a Caracas en la primera semana de Diciembre, con su cargamento y los caraqueños iban a comprarle. Coincidía su bajada a la capital con el frío que empezaba a sentirse en la ciudad. De ahí que se identificara el frío con aquél personaje que, sin saberlo ni esperarlo, forma parte de la historia de Caracas. Aquiles Nazoa lo inmortaliza en “Humor y Amor” de la siguiente manera:

Todo el mundo exclamaba en ese entonces
con júbilo infantil: ¡Llegó Pacheco!
mientras tú por el Ávila llegabas
con tu bufanda vegetal al cuello,
y una flota pascual de golondrinas
volando de tu lírico sombrero.

www.caracasvirtual.com

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