martes, 11 de diciembre de 2007

Heridas narcisistas


Cualquier persona un poco familiarizada con la literatura freudiana puede sentirse inclinado a pensar en las reacciones que ha tenido el presidente Chávez ante el revés electoral sufrido en los más recientes comicios, situándolas en el marco de interpretación que nos dejara el creador del psicoanálisis al hablar de las tres grandes heridas narcisistas que ha sufrido la especie humana a lo largo de su historia.

Ese ser viviente, que llegó a creer que el lugar donde habitaba, donde vivía, era el universo entero y que se estimaba radicalmente diferenciado de los otros seres vivientes por ser él único ser con razón y conciencia, había visto mermada su autoestima por los descubrimientos de Copérnico de Darwin y del propio Sigmund Freud.

El hombre, ya desde finales del siglo XIX, no podía –pensaba Freud, no sin cierta melancolía– dejar de ver que su universo único apenas si era un pequeño astro entre los millones y millones de astros que conforman el universo y, en cuanto a su radical diferencia, respecto a las demás criaturas vivientes, también debería domar sus desmesuradas pretensiones: apenas si era una más en la evolución de las especies y, como tal, su vida entera estaba más determinada por los instintos y lo inconsciente que por su voluntad consciente.

Grandes heridas, enormes decepciones para la especie humana, que, sin embargo, no han impedido que la mayoría de los seres que la conforman sigan batallando por ser dueños de su propia morada y dueños también de su vida y de su propio destino, a diferencia de animales, plantas y humanos que se resignan a vivir bajo el dominio otros humanos.

No cabría, pues, comparar esas tan imperceptibles o abstractas heridas que ha sufrido la especie humana con las muy lacerantes y concretas heridas que este revés electoral ha podido causar al Ego del Presidente. No obstante, aceptando las distancias, lo que podemos fácilmente percibir en las sucesivas y diversas reacciones con que ha respondido el presidente Chávez a lo que él mismo calificó de derrota, es que nos encontramos ante reales heridas narcisistas.

Y, burlando nuestra propia incompetencia en materia de psicoanálisis, nos atreveríamos a decir que también son tres las grandes heridas que ha sufrido el ego del Presidente Chávez.

Pensamos, a propósito, que en la figura de sí mismo que Chávez se esmeraba en difundir por todos los medios y en todas las instancias, había tres rasgos sobresalientes que hoy los comicios del 2 convirtieron en tres hondas heridas: (1) la condición de líder carismático a quien sus seguidores obedecerán incondicionalmente, que, por (2) ser el Elegido para aportar a su pueblo el socialismo del siglo XXI, debe (3) mantenerse de por vida en el poder.

¿Hay alguna jerarquía en la gravedad de estas heridas? Y, sobretodo, ¿son o no subsanables? Quedan cinco años para dar respuesta a esta pregunta, respuesta que también nos hablará de la condición política y humana de Hugo Chávez. Respuesta que se construirá con la voluntad, sin duda, de Hugo Chávez, pero también con la voluntad de todos nosotros.

Oswaldo BARRETO

http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=308752

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