sábado, 22 de diciembre de 2007

El “Caso Antonini” o como toman a los ciudadanos por tontos


Guido Antonini Wilson: sale de Venezuela sin pasar Aduana; viaja en un avión privado con “peces gordos” argentinos y de PDVSA; es socio de dos empresarios boliburgueses cercanos al poder chavista; se pasea tomando canapés por la Casa Rosada argentina; no es detenido ni en Argentina ni en Venezuela y ahora nadie le conoce. Es de la CIA y la culpa es del Imperio. Desde luego toman a los ciudadanos por tontos.

El diario argentino Clarín se hace eco hoy, en una crónica de Pablo Abiad, de la presunta visita de Antonini al Palacio de Gobierno argentino:

Guido Antonini Wilson, el ciudadano venezolano-estadounidense que en agosto pasado intentó entrar al país con 800 mil dólares ocultos en una valija, participó de un cóctel en la Casa Rosada. Lo declaró una testigo en la causa judicial en la que se investiga si la maniobra de Antonini constituye el delito de lavado de dinero.

El rumor sobre esta mención a Antonini en el marco del expediente venía circulando en las últimas horas. Ayer lo confirmó en declaraciones radiales la fiscal del caso, Luz Rivas Diez. La testigo que señaló a Antonini Wilson no es cualquier testigo: es Victoria Beresziuk, empleada administrativa del Organo de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) que viajó con Antonini y funcionarios argentinos desde Caracas hasta el Aeroparque porteño en el charter que transportó el misterioso maletín con la plata.

Otras fuentes judiciales consultadas por Clarín agregaron ayer que los dichos de Beresziuk fueron un tramo breve de una declaración de casi cuatro horas que prestó bajo juramento de decir verdad a comienzos de setiembre. De acuerdo a este testimonio, el ingreso de Antonini a la Casa Rosada se produjo el 6 de agosto por la tarde, mientras los presidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez firmaban un acuerdo sobre compra de gas.

Beresziuk dijo haber visto a Antonini en un salón distinto del que estuvieron los dos Presidentes; en un mismo piso, separados por un pasillo que creyó recordar “largo”. Esto ocurrió en una reunión paralela a la de Kirchner y Chávez, en la que departieron funcionarios de segunda línea, asistentes y allegados. La empleada del OCCOVI no identificó a nadie más; sólo añadió que Antonini Wilson se movía con los ejecutivos de PDVSA, la compañía estatal venezolana de combustibles.

Antonini llegó al país el 4 de agosto, como avanzada de la visita de Chávez. Y estuvo en Buenos Aires poco menos de tres días. A pesar de que las autoridades aduaneras ya habían detectado su maletín con dólares, nadie se ocupó de evitar que saliera con rumbo a Montevideo. Recién esta semana, la jueza Marta Novatti, del fuero en lo Penal Económico, reclamó su improbable extradición a los Estados Unidos por presunto lavado de activos.

En ese país, Antonini no está imputado de ningún delito: al contrario, colaboró con la Justicia para que otras cinco personas -cuatro venezolanos y un uruguayo- fueran acusados de presionarlo para que no revelara el objetivo final de sus 800 mil dólares: la campaña electoral de Cristina Fernández de Kirchner.

Chávez saludó esa postulación de Cristina al reunirse con Kirchner aquella tarde de agosto, mientras Antonini brindaba cerca. En el Gobierno, anoche respondieron que no tenían constancias de ingresos como este a la Rosada.

Los voceros judiciales consultados por Clarín evaluaron como “penalmente poco relevante” el dato sobre Antonini. Sin embargo, viene a confirmar que alguna alta autoridad de Venezuela o de la Argentina lo invitó a un encuentro diplomático de importancia en un escenario sensible.

Así como en Miami se investiga si “Alex” Antonini Wilson fue víctima de lo que ahí llaman “conspiración” para ocultar el destino de los 800 mil dólares, lo que se trata de averiguar aquí es si, mediando algún ardid o engaño, Antonini intentó ingresar una cantidad de dinero relaciona da con algún ilícito. El hecho de que no tenga en el país ningún bien a su nombre -inmuebles, autos, sociedades- lo acerca al rol del mero valijero.

El vuelo Caracas-Buenos Aires fue pagado por ENARSA, la empresa estatal de energía. Además de Antonini, Beresziuk y Claudio Uberti -titular del OCCOVI- en el minijet iban el presidente de ENARSA, Exequiel Espinosa, y funcionarios de PDVSA.

Rubia, delgada, atractiva a los ojos de algunos, Beresziuk dejó de ocupar el cargo de secretaria privada de Uberti no bien estalló la primera parte de este escándalo. Su declaración testimonial ante la jueza Novatti debió ser postergada unos días porque alegó ciertos problemas de depresión.

Antonini Wilson se volvió una preocupación para la presidenta Kirchner a sólo días de su asunción, la semana pasada. Un fiscal federal de Miami es quien sostiene que Antonini grabó subrepticiamente una conversación con ex amigos en la que uno de ellos comentó que esos 800 mil dólares eran para la campaña proselitista del oficialismo en la Argentina. El jueves, el Congreso repudió esto como “una operación de inteligencia” de Washinton.

http://www.noticias24.com/actualidad/?p=10574

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