viernes, 7 de diciembre de 2007

Algo se teje en el ámbito militar. Alerta.

Gato encerrado en Miraflores: Hugo Chávez y la situación militar


¿Quá ha llevado a Chávez a pasar de la sorprendente moderación en su comparecencia en la noche del domingo a esta otra donde califica de “victoria de mierda” la de la oposición”. El analista español José Javaloyes valora la situación militar en Venezuela.

¿Qué explica el cambio de reacción de Hugo Chávez ante los negativos resultados del referéndum sobre su iniciativa de reformar la Constitución para convertirla en una autopista hacia el socialismo? De la sorprendente moderación —incluso alabada por Fidel Castro— en su comparecencia cuando aún no había concluido el escrutinio de los votos, por todos alabada, a esta otra en que califica de “victoria de mierda” el triunfo de sus oponentes, del paso de una reacción a la otra, media un cambio de tal magnitud que no parece caber en la profunda esquizofrenia que podría atribuírsele.

Ahí hay gato encerrado. Si efectivamente fueron jefes militares los impulsores de la inicial actitud, tal como se dijo en su momento, horas después de que concluyera el escrutinio, y tal versión no fue modificada hasta la tarde del miércoles, ¿qué pasó durante este tiempo?

No se trataba de una versión sobre aspectos secundarios o de importancia menor al cabo de la primera derrota electoral que Hugo Chávez ha sufrido en su carrera política. Afecta la cuestión al meollo mismo de tan enorme tropiezo, resultante para muchos de la acumulación de abandonos y deserciones de sus partidarios y votantes. Algo del todo explicable por la magnitud y la radicalidad de la propuesta sometida a refrendo. Nada más y nada menos que todo un cambio de régimen de libertad, ciertamente deteriorado por la práctica chavista, a otro régimen castroperonista, de socialismo y nacionalismo toltalitarios.

A primera vista, lo que parece adivinarse en esta incógnita es que la citada versión de lo sucedido —consejo o presión de los mandos militares—, difundida por la CNN, es la versión que se corresponde con la realidad. Y si las cosas son así, ¿qué ha ocurrido después? ¿Cambiaron sin más de criterio los mismos militares que le aconsejaron un democrático reconocimiento de lo sucedido en las urnas, o fueron estos mismos militares obligados a rectificar por otros mandos castrenses eventualmente mayoritarios?

Hay base para plantearse si no se ha abierto una crisis política en el régimen chavista venezolano. Digo “régimen” y no digo “Gobierno” porque no son convencionales, normales, habituales en los sistemas democráticos, las condiciones de endoso político explícito que se observan en la relación de Hugo Chávez con el estamento militar. Tan es así que esta relación del caudillo bolivariano con el estamento castrense no parece hundir sus raíces en la base democrática de las urnas que legitiman su poder, sino en el fallido golpe de Estado que en 1992 dio el entonces teniente coronel del Ejército de Venezuela. Una aventura que le llevó a la cárcel y a la escena política.

Podríamos estar, por tanto, en una situación que va más allá de los términos de una crisis política al uso, por resultas del fracaso del proyecto castro-peronista de darle la vuelta al sistema demoliberal, cambiando la Carta Magna, al convertirlo en una estructura estatal de socialismo puro y duro. Se trataría, en consecuencia, de la afloración de algo más que una grieta en el estamento militar venezolano, pues unos mandos se inclinarían por saludar como algo positivo el rechazo democrático de la mayoría a la conversión del sistema en una dictadura vitalicia y socialista, mientras que otros jefes militares suscribirían ciento por ciento el proyecto del presidente Chávez, apoyándole también en su propósito de volverlo a intentar en otro referéndum o por cualquier otro medio.

No sería ocioso permanecer tan atentos a lo que dice Chávez como a lo que hacen los militares de Venezuela.


Gato encerrado en Miraflores
José Javaloyes
Estrella Digital


Nota:

Algo se está tramando, tal vez en días, semanas o meses. Puede ser un golpe de Chavez contra la democracia para imponer a la fuerza el totalitarismo comunista, algo así como un autogolpe, o bien puede ser en contra de la Sabandija de Sabaneta y sus delirios rojos. ¿Habrán hallacas o no? Compren "comía", velas, linternas, etc.,por si acaso. Este cuento no ha terminado todavía.

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