jueves, 20 de marzo de 2008

Un documental que repudia el Corán, nueva piedra arrojadiza entre culturas


Página del semanario noruego 'Magazinet' que reprodujo las viñetas. (Foto: AFP)


LA UE, EN ALERTA ANTE LAS POSIBLES REACCIONES

  • Holanda aumenta el nivel de alerta antiterrorista de 'limitado' a 'sustancial'
  • El Gobierno deja clara su discrepancia con Wilders, autor del filme

Se avecina un nuevo terremoto sociológico y, seguramente, político. Cuando a finales de mes, el diputado antimusulmán holandés Geert Wilders cuelgue en Internet su vídeo contra el Corán, se abrirá de nuevo el debate entre quienes ven el islam como una religión represora y conquistadora y los que —argumentos teológicos aparte—, defienden la libertad de expresión para criticarlo.

'Fitna', de 15 minutos de duración, muestra el Corán como un libro que incita a la violencia y que tiene contenidos fascistas por los que debería prohibirse. Wilders quería presentarlo en televisión, pero ninguna cadena aceptó hacerlo. Después, optó por una rueda de prensa, idea que descartó aludiendo al alto coste en medidas de seguridad que necesitaría para realizar el evento.

Entre la marabunta mediática, una imagen se repetirá hasta la saciedad: los radicales, los exaltados, muchos de ellos analfabetos manipulados, proclamando con el dedo en alto que el único dios es Alah y, como poco, quemando banderas y profiriendo amenazas.

Y, en medio, olvidados por la mayoría, quedarán millones de musulmanes moderados que no se alinean con las posturas más radicales del islam, que se sentirán prejuzgados, acusados y ofendidos, ajenos a los intereses que parecen querer imponer la idea de que la convivencia entre religiones no es posible.

"No estoy de acuerdo con que se amenace a nadie, pero tampoco quiero que insulten al islam porque a ellos no les guste. Si no son musulmanes, que no lo sean, pero que nos dejen tranquilos con lo que nosotros creemos", decía una mujer de 30 años en Madrid.

"El Corán contiene diversos llamamientos a la violencia y sobre todo advierte de crueles castigos para quienes se desvíen de camino recto. La Biblia también tiene historias de violencia en el nombre de Dios, y no por eso se criminaliza a los cristianos", apuntaba un profesor de religión islámica, que recordaba el conflicto que surgió en 2004 por la obra de teatro 'Me cago en Dios'. Se presentaron contra ella más de 3.000 denuncias y el autor tuvo que afrontar una querella criminal interpuesta por el Centro Jurídico Tomás Moro (CJTM), en representación de unos 70 litigantes.


"Entonces no se decía que los católicos son unos radicales intolerantes o que el cristianismo es intransigente. Pero cuando salgan ahora los extremistas a protestar por la película, se hablará de que hay una violenta respuesta del mundo musulmán. ¿Por qué sí se generaliza en el caso de islam?", apuntaba.

En Holanda, un grupo de ciudadanos ha creado el Comité 'Stop Wilders' ('Parar a Wilders'). En su pagina web matizan que no son musulmanes, que no tienen simpatía por ningún tipo de extremismo y que la película del diputado para "transmitir sus sentimientos personales" no es correcta y sólo llevará a más violencia.

Encontronazos con países islámicos

Aunque no hay fecha exacta para el estreno, se habla de él desde hace meses. El primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, que intentó en varias ocasiones disuadir a Wilders, ha prevenido a sus homólogos europeos de las consecuencias que puede tener para toda la UE su proyección. Además, según el ministerio de Justicia, Holanda ha aumentado el nivel de alerta antiterrorista de 'limitado' a 'sustancial'.

Algunos países musulmanes se han pronunciado al respecto. El presidente de la Comisión de Seguridad y Política Exterior del Parlamento de Irán dijo que "en el caso de que el Gobierno holandés emita la licencia para la proyección de esa película antimusulmana, se enfrentará a amplias reacciones por parte de los musulmanes».

En Egipto, Balkenende tuvo que distanciar al gobierno del cortometraje —"Tenemos diferencias de opinión fundamentales con Wilders", dijo el primer ministro— para conseguir que se exhibiera una película holandesa en un festival de cine para niños.

Mientras, el gobierno de Pakistán ordenó a sus proveedores locales de Internet que bloquearan el acceso a la página de vídeos YouTube porque algunas informaciones apuntaban a que 'Fitna' estaba disponible en dicha web. Desde Indonesia, el Gobierno ha hecho un llamamiento para tratar de disuadir a Wilders: "la película será un nuevo obstáculo para la concordia y el diálogo entre las comunidades de diferentes credos", ha afirmado el ministro de Asuntos Exteriores.

En Afganistán, donde Holanda tiene unos 1.600 soldados en el marco de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN, los talibanes amenazaron con aumentar sus ataques contra esas tropas. El propio secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, expresó su preocupación porque "a consecuencia del filme, las tropas en Afganistán se puedan poner en la línea de fuego".

Fortuyn, Van Gogh, Hirsi y Wilders

Wilders, que con su partido nacional-liberal 'Por la Libertad' controla nueve de los 150 diputados de la Cámara Baja del Parlamento holandés desde las elecciones de noviembre de 2006, vive bajo protección policial desde el asesinato del cineasta holandés Theo van Gogh, el 2 de noviembre de 2004, a manos de un radical que se vengó ante los insultos al islam de su película 'Sumisión', en la que se criticaba la falta de libertad de las mujeres musulmanas.

La diputada holandesa de origen somalí Ayaan Hirsi Ali, coproductora del documental, tuvo que exiliarse y mantiene a través de sus libros su lucha contra las injusticias del islam.

A estos se les ve, en algunos aspectos, como herederos de Pim Fortuyn, que fue asesinado —recibió seis tiros a bocajarro en un aparcamiento— por un ecologista y defensor de los animales. Fortuyn abrió la caja de Pandora en Holanda y alarmó sobre los problemas que se derivarían de la inmigración, sobre todo, musulmana.

La polémica abierta cuyo estallido final llegará con el estreno de 'Fitna' guarda paralelismos con la que surgió por la publicación de unas caricaturas del profeta Muhammad. Su autor, el danés Hurt Westergaard, en una entrevista en 'De Volkskrant', animó a Wilders a emitir su película contra el Corán. "Con mis dibujos quiero impulsar el debate y los musulmanes tienen que aceptarlo", señaló Westergaard, que también está amenazado de muerte por el islamismo radical.

Amanda Figueras

El Mundo, España

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/03/14/internacional/1205509488.html

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