miércoles, 19 de marzo de 2008

Las Brigadas Bolivarianas: En la capital boliviana reciben varios días de adoctrinamiento militar.


Las Brigadas Bolivarianas

En la capital boliviana reciben varios días de adoctrinamiento militar. El propósito es que en el Perú actúen como milicias chavistas, según Inteligencia del gobierno.

La primera semana de marzo, el ministro del Interior Luis Alva Castro hizo un anuncio particularmente sorprendente. Refirió haber encontrado pruebas concretas de presuntos nexos entre las llamadas ‘Casas del Alba’, hoy investigadas por el Congreso de la República, con Venezuela y otro país. “Hemos tenido acceso a cheques que se envían desde otro país. No quiero revelar más”, dijo.

CARETAS obtuvo copia de uno de estos cheques –descubiertos en una de las 14 ‘Casas del Alba’ peruanas–, y su contenido explica el misterio. Fue girado por la Embajada de Venezuela a través de la cuenta 20000008773435 de la oficina del Banco Unión en la avenida Camacho Nº 1416, en La Paz, Bolivia. “Páguese a la orden del Edificio Illimani”, refiere el documento. Dicho edificio se encuentra ubicado en la avenida Arce, esquina Campos, Nº 2678, una de las zonas financieras más importantes de la capital boliviana. Y allí, en los pisos cuatro y cinco del edifico, está situada la sede diplomática venezolana.

La figura se repite en otros casos. A través de esa misma cuenta en Bolivia, según la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), salió el dinero para financiar el viaje de 12 integrantes de la Coordinadora Continental Bolivariana (CCB), ‘Capítulo Perú’, a Quito. Siete de ellos fueron atrapados el 29 de febrero en Tumbes, luego de que participar an en el II Congreso de la CCB, patrocinado por las FARC colombianas.

LA CCB ‘CAPÍTULO PERÚ’ es vigilada por la Dircote desde hace más de un año. No son nuevas las sospechas de sus nexos con las FARC y el MRTA. En todo caso, a fines de octubre pasado, los detectives de la Dircote notaron que, cada cierto tiempo, llegaban al local de la CCB, en el jirón Camaná, grupos de ex reservistas y licenciados de las FF. AA.

El seguimiento a los reservistas llevó a Puno y luego a La Paz. Los reservistas cruzaron la frontera y recorrieron en bus los 260 kilómetros hasta la capital boliviana. La Policía los fotografió ingresando a tres lugares estratégicos: el edificio Illimani, sede de la Embajada de Venezuela; el edificio ‘Multinacional’, donde se encuentra el Estado Mayor de la Policía Militar, y a uno de los cuarteles de la Policía Militar. CARETAS pudo ver dichas fotografías.

¿A qué iban?

La Policía Militar de Bolivia es la encargada de instruir y entrenar a los reservistas de ese país. Según la Dircote, cada mes llegan a La Paz grupos de reservistas peruanos para entrenarse en la Policía Militar por espacio de tres semanas, aproximadamente. Luego retornan al Perú por la frontera con Puno.

El teniente coronel Ramiro Torrico Suárez, comandante en jefe de la Policía Militar de Bolivia, negó la versión policial en una entrevista telefónica concedida a CARETAS la tarde del lunes último. “No hay ningún peruano dentro de la Policía Militar en el Ejército boliviano. Eso es falso. Todos son bolivianos”, dijo. Una versión similar fue ofrecida por la Oficina de Comunicaciones del Ministerio del Interior de Bolivia.

Pero Inteligencia del gobierno comparte la misma información de la Dircote. “Se está copiando el modelo de los círculos bolivarianos, que consiste en brindar entrenamiento militar a determinados grupos para que actúen como milicias armadas y fuerzas de choque”, advirtió una fuente.

Entrevistado por CARETAS, el titular del Interior, Luis Alva Castro, se limitó a adelantar que el caso “está en investigación”.

El Ministerio del Interior ha sido acusado por los humalistas de “macartismo” por insistir en las investigaciones a la CCB y las ‘Casas del Alba’.

Si bien es peligroso meter todo en un mismo saco –sobre todo cuando las ‘Casas de la Amistad’ suelen ser embriones aprovechados por algunas facciones de izquierda que no suelen llegar a mucho más– sí existe una preocupante conexión entre algunos grupos prochavistas con las FARC.

En un artículo de su último número, la revista Semana de Colombia se pregunta: “¿Qué tanto la CCB está influida por las FARC?... Lo innegable es que cada vez hay más vasos comunicantes entre una y otra, que llevan a que las acciones continentales de la CCB cada vez sean más vistas como si fueran una franquicia de las FARC. Sólo es ver las dos campañas más destacadas en el portal de la Coordinadora. Una es por el reconocimiento de la beligerancia a las FARC, la otra es por la libertad del guerrillero ‘Simón Trinidad’, preso en Estados Unidos”.

De hecho, en el II Congreso de la CCB Quito participaron “universitarios” extranjeros que luego habrían muerto en el campamento guerrillero atacado por Colombia y donde cayó abatido el guerrillero ‘Raúl Reyes’. El propio Roque Gonzales La Rosa, jefe de la CCB ‘Capítulo Perú’ afirma haberse reunido con ‘Reyes’ en Quito y la Policía asegura que otros bolivarianos peruanos habrían sido entrenados en el propio campamento guerrillero en Colombia. Tal, por ejemplo, es el caso de Luis Miguel Trinidad Abarca, miembro del grupo ‘Todas Las Voces’, ligado al CCB. Trinidad, según la Policía, viajó a Colombia pasando por Ecuador y de allí saltó a Venezuela. En dicho país habría obtenidos documentos falsos y regresado a Colombia, como clandestino para entrenarse en las FARC, vía la zona de Táchira.

Precisamente, cuando la Policía incautó la agenda de su hermano Giancarlo Trinidad Abarca descubrió –además de los teléfonos de Roque Gonzales La Rosa y Ollanta Humala– dos contactos singulares: ‘Valentín de Táchira’ (Nº 04147585844) y ‘Ángela La Colombiana’ (Nº 04164916407).

(Américo Zambrano).

Revista Caretas, Perú

http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=768&idSTo=0&idA=31885


El Tocache de las FARC



Ministro de Defensa, Antero Flores Araoz, minimizó la presencia FARC . Pero la realidad es distinta

Según documentos del Comando Conjunto de las FFAA, las FARC despliegan una activa presencia en la frontera con el Perú. La cruzan regularmente y administran al menos 1,500 hectáreas de coca sembradas en nuestro país. Además, peruanos que fueron adiestrados por la guerrilla colombiana fueron rastreados por el Ministerio del Interior y se llegó a un nuevo hallazgo: las investigaciones establecen que reservistas y licenciados del Ejército peruano reciben, financiados por Venezuela, entrenamiento en instalaciones militares y policiales de Bolivia. Si bien el activismo político no debe ser respondido con una insensata caza de brujas, taparse los ojos ante lo que ya se manifiesta como una estrategia continental significa pecar de ingenuidad. Es hora de afinar la mirada.

A propósito de la delicada situación atravesada por Colombia y Ecuador, el ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, ha dedicado un especial esfuerzo a descartar la presencia de las guerrillas de las FARC en territorio peruano. Sus últimas declaraciones al respecto fueron publicadas el lunes 17 en el diario El Comercio: “No está acreditado un ingreso. Tenemos vuelos de reconocimiento y patrullaje fluvial. Si entraran, podríamos detectarlas rápidamente”.

Un diagnóstico reservado del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas obtenido por CARETAS narra una historia muy diferente. Hay acreditados cientos de ingresos. Según estas averiguaciones, las incursiones de miembros de las FARC vienen siendo detectadas al menos desde 1989. Los picos más altos fueron alcanzados entre el 2001 y el 2002, con 53 y 83 avistamientos de los guerrilleros, respectivamente. A partir de entonces se produce un progresivo descenso pero la presencia guerrillera acreditada por las Fuerzas Armadas siempre se ha mantenido. Como el propio ministro lo ha reconocido, no es fácil vigilar una franja de frontera selvática de más de 1,600 kilómetros.

La clave se encuentra en la coca. Los guerrilleros colombianos llenan buena parte de sus arcas con dos terribles negocios: secuestro y narcotráfico. En relación al segundo factor, el vecino país tiene sembradas unas 75 mil hectáreas de coca según el informe 2007 de la Oficina Contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas (UNODC). La presión del Plan Colombia, financiado por Estados Unidos, ha significado que entre el 2005 y el 2006, el período analizado en dicho informe, el número de hectáreas en total se redujera en 9%. Pero pese a ello los departamentos del Putumayo y Caquetá, limítrofes con nuestro país, vieron incrementar sus cultivos de coca nada menos que en 37%.

En la otra orilla de la frontera, por el lado peruano, también se produce un fenómeno llamativo. Según los documentos del Comando Conjunto, hay aproximadamente 1,500 hectáreas de coca sembrada en territorio peruano que son administradas por las FARC. El cálculo se basa en la suma de los sembríos en el sector del río Napo (690), Putumayo (470) y Amazonas (180).

La zona no es cuenca tradicional cocalera y al otro lado de la frontera operan los frentes Amazonas, 48, 15 y 14 de las FARC. Es obvio el destino de la coca sembrada allí en los últimos años.

EL RECIENTE INFORME DE NACIONES UNIDAS en su versión peruana corrobora la tendencia. La cuenca del Amazonas, el llamado sector de Caballococha-Santa Rosa, aparece por primera vez con 375 hectáreas: más del doble que las registradas un año antes por el Comando Conjunto. La UNODC califica de “recientes” los cultivos. El sector de Napo no es analizado –sí el de la cuenca del Marañón con 443 hectáreas– y sobre la cuenca del Putumayo, que es la primera línea de frontera, se advierte que “ha mantenido una cobertura nubosa que ha impedido el registro de escenas satelitales adecuadas”. Sin embargo, en la localidad de Yuvineto y sus alrededores se llegaron a contabilizar 150 hectáreas.

Yuvineto es precisamente uno de los sectores sobre los que alertaba el diagnóstico reservado. Los guerrilleros de las FARC han sido vistos navegando frecuentemente en el río del mismo nombre por lo menos desde el 2004. Entonces persuadían a las comunidades nativas Secoyas de Bellavista y Belén, en territorio peruano, para que siembren coca. Les aseguraban la compra de toda la producción.

Especialistas consultados alertan que si se toma en cuenta que nunca se ha practicado erradicación en la zona, y que el monitoreo es con un año de retraso, la cantidad de coca en la zona podría haberse incrementado sustancialmente.

Aún así, 1,500 dispersas hectáreas en toda la frontera bastan para producir anualmente quince toneladas de cocaína al 100% de pureza. Esa cantidad es comparable a las producciones actuales de Tocache, Cholón y Leoncio Prado.

OTRA PREOCUPACIÓN ESTRIBA EN EL TRÁFICO DE ARMAS. Según artículo del 16 de marzo del diario El Comercio de Ecuador, “parte del material bélico que usan las FARC proviene de Perú, (también) es obtenido de los rastrillos militares ecuatorianos y el resto de las importaciones ilícitas que llegan a puertos ecuatorianos, según investigaciones de los policías y militares. El destino de este armamento es el Frente 48 de las FARC, asentado en el Putumayo”.

El documento del Comando Conjunto detalla una de esas posibles rutas que en este caso es fluvial-terrestre (ver cuadro). Parte de Iquitos y sigue por el río Napo, Santa María, el también mencionado río Yuvineto y llega a Colombia. También es señalada una compañía de aerotaxis –North American Float Plane Service S.A.–, y se presume que “apoyaría a las FARC en el tráfico de armas, tráfico ilícito de drogas y traslado de ciudadanos colombianos indocumentados”.

En Ecuador, que todavía no apaga su pleito con Colombia por la muerte del líder farquista ‘Raúl Reyes’ durante un operativo militar del Ejército colombiano en territorio ecuatoriano, se han capturado 26 guerrilleros desde el 2004 a la fecha. Además se han desmantelado redes de apoyo al tráfico de armas y fueron destruidos 117 campamentos en territorio ecuatoriano.

En el Perú no hay evidencia sobre tamaña proliferación, pero la vigorosa presencia de la coca despierta resquemores. A lo largo de la frontera hay 14 bases del Ejército y 13 de la Policía.

La colaboración entre ambos países, a diferencia de lo que le ocurre a Colombia con Ecuador y Venezuela, es más fluida. Funciona una cartilla de seguridad para puestos de vigilancia y guarniciones de frontera. Hay intercambio continuado de oficiales de Inteligencia y, tras la baja de ‘Reyes’, el presidente Alan García impartió órdenes para que se estrechen todavía más los lazos con el poderoso Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) colombiano.

Un importante oficial peruano consultado reconoce que los guerrilleros siguen incursionando en territorio peruano para abastecerse de medicamentos, alimentos y acceder a “zonas de descanso”. También continúan reclutando nativos para sembrar coca. Desde las Fuerzas Armadas peruanas se percibe que la guardia colombiana, tan intensa en los lados ecuatoriano y venezolano, es mucho más baja en la frontera peruana.

Si bien resulta muy improbable que las FARC se abran otro frente militar, el influyente oficial sí considera riesgoso que la presión a la que vienen siendo sometidas les obligue a encontrar otras válvulas de escape.

A pesar de que aquieta los ánimos sobre las FARC, el ministro Flores-Aráoz alerta del adoctrinamiento político impartido en las casas del ALBA, actividad que reflejaría su extremo más peligroso en los contenidos de la nota siguiente. A la luz de la ya acreditada colaboración activa que Hugo Chávez mantiene con los guerrilleros, la coca de las FARC y el patrocinio político financiado por el venezolano labran las dos caras de una opaca moneda.

(Enrique Chávez)

Revista Caretas, Perú.

http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=768&idSTo=0&idA=31887

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