"Venezuela debería pensar mejor si las FARC merecen todos estos problemas"
La computadora de un misil lo convirtió en una bomba inteligente. La computadora en el teléfono satelital, que fue rastreada por el misil, lo guió al blanco. Pero ninguna de estas dos fue la computadora más destructiva en el asesinato de alta tecnología cometido ese día en la frontera entre Ecuador y Colombia. La computadora realmente peligrosa yace ilesa entre 21 muertos e innumerables cuerpos heridos. En sus células cerebrales electrónicas sanas, esa computadora contenía los secretos que revela de muy buena gana.
Lo que la computadora de Raúl dice es que la relación del Gobierno de Venezuela con las FARC, el terrorismo, materiales para armas nucleares, secuestro, narcóticos, lavado de dinero y negociaciones con armas no es tan inofensiva como el Gobierno ha insistido desde hace largo tiempo. ¡Mentiras!, insiste el Gobierno. Pero ante la ausencia de pruebas de que la computadora de Raúl sea un fraude, el Gobierno debe dar algunas respuestas. En Venezuela, quizás se tenga tan buen concepto de la palabra del Gobierno que todos creerán que la computadora de Raúl es un fraude porque el Gobierno insiste en que es así. Pero eso no es evidencia desde la perspectiva que pudieran adoptar jueces independientes en Bogotá, Brasilia, Washington. Y eso será importante.
Venezuela no quiere ser calificada como un Estado delincuente, un Estado que patrocina el terrorismo, un narcotraficante o un socio silente en una mafia. Algunos en el Gobierno pueden mofarse de esa afirmación y decir que no importa un comino lo que piensen sobre la conducta de un Estado soberano. Pero están muy equivocados.
Las leyes internacionales y nacionales en la Unión Europea y EEUU son inequívocas respecto de lo que debe ocurrir en tales circunstancias. Se imponen sanciones, sin excepciones. Sería horrible pensar en lo que le harían las sanciones a Venezuela, dado que importa 60% de lo que come y vive de las exportaciones de crudo. Las sanciones o incluso los rumores de sanciones podrían apresurar un colapso en Venezuela. Ya ocurrió antes y puede ocurrir de nuevo. Hace 40 años, Cuba fue expulsada de la OEA por tratar de desestabilizar el gobierno de Betancourt. Actualmente, Irán y Corea del Norte -dos socios de Venezuela- sufren sanciones impuestas por la comunidad internacional. Venezuela debería pensar mejor si las FARC merecen todos estos problemas.
Michael Rowan
Traducción José Peralta
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