sábado, 15 de marzo de 2008

Obama-Clinton


Ni Hillary Clinton ni Barack Obama podrían alcanzar los 2.025 votos para hacer la mayoría absoluta que garantiza la elección. Fotos: AFP

EL 9 DE NOVIEMBRE de 2000, los estadounidenses amanecieron sin Presidente. Al Gore superaba a George W. Bush por solo 20 votos electorales en las elecciones del 8 y faltaba definir quién se llevaba los 25 escaños de Florida, donde los resultados daban un virtual empate. Tras tres meses de agrias batallas judiciales, Bush ganó por mínimo margen. Luego vinieron las acusaciones de fraude y un país fracturado.

Este año, las cosas para el partido demócrata apuntan en la misma dirección y de nuevo Florida es epicentro de la polémica. Barack Obama y Hillary Clinton libran un mano a mano que tiene en vilo la selección del candidato. Hace una semana, Obama se perfilaba como virtual ganador tras triunfos en 11 primarias o caucuses y una ventaja que parecía inalcanzable en el número de delegados necesarios para ganar la candidatura en la Convención de agosto. Pero el martes de la semana pasada, Hillary resurgió de las cenizas y ganó en Ohio, Texas y Rhode Island, y quedó a solo 99 delegados de Obama.

El problema, y aquí entran Florida y Michigan, es que ninguno podría alcanzar los 2.025 votos para hacer la mayoría absoluta que garantiza la elección en la Convención. Los dos estados fueron "suspendidos" por la Dirección del Partido el año pasado, pues decidieron adelantar las primarias. La sanción: no contabilizar los 366 delegados a la Convención. Los demócratas pensaban que para esta fecha el candidato estaría definido, pero la contienda está tan apretada, que ahora requieren los votos de los dos estados que, pese a la sanción y aunque los candidatos pactaron no hacer campaña en ellos, las ganó Hillary por cómodo margen. Si los delegados de esas primarias se contabilizaran, la distancia entre los dos desaparecería e incluso Hillary llevaría una ligera ventaja.

El empate Clinton-Obama plantea la posibilidad de volver a incluir los delegados de Florida y Michigan, pero tendrán que repetirse la primarias. "Nadie entendería que en tan apretada disputa no se cuenten los casi tres millones de ciudadanos que votaron en esos estados", dice el senador de Florida Bill Nelson. Y es que la participación demócrata en las primarias de Florida fue histórica: casi 50% más que en 2000, cifra clave para el Partido que busca volver a la Casa Blanca. "Vamos hacia un virtual empate: Obama ganará posiblemente seis de las nueve primarias restantes y Hillary las otras tres, que pesan más por el número de delegados que aportan -dice el estratega demócrata Dan Gerstein-. Florida y Michigan inclinarán la balanza".

Aún así, es probable que ni contabilizando Florida y Michigan surja un claro ganador. Quedaría en manos de 796 superdelegados en la Convención, cuyo voto lo determina la preferencia personal y no el voto popular. Que Hillary alcance la candidatura a pesar de perder por voto popular y con Obama triunfante en más de 30 de los 50 estados, podría desatar una hecatombe. "Pase lo que pase, la mitad de los demócratas se sentirá traicionada con el resultado -afirma el analista Tom Foreman-. Si Obama termina perdiendo por una jugada jurídica o por el conteo de superdelegados, sus seguidores gritarán. '¡Fraude!'". Y algo parecido pasará con Hillary. En resumen, el gran beneficiado es John McCain, el candidato republicano, que al comienzo de la campaña no figuraba en los cálculos de nadie.

Revista Cambio, Colombia.

http://www.cambio.com.co/mundocambio/767/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-4006672.html

No hay comentarios: