La mayor organización indígena de Ecuador declaró hoy su “oposición abierta y firme” al gobierno del presidente Rafael Correa, tras el rechazo del mandatario a que ese grupo incluya en la nueva constitución una ley que les permita autorizar la explotación de recursos naturales en sus territorios.
No se aclaró en qué consistiría tal oposición.
Con la presencia de 200 delegados de sendas agrupaciones, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) hizo tal declaración y anticipó que entre el 29 y 31 de mayo mantendrán una nueva reunión en la población de Zamora, al sur del país, para tomar “otras decisiones”, de las cuales no abundó.
El Coordinador Nacional del Partido Movimiento Pachakutik, brazo político de la CONAIE, Jorge Guamán, en declaraciones a radio Sonorama aclaró que la relación, ahora rota, con el gobierno no era a través de “un documento firmado”, sino que fue un “acuerdo natural, se dio con el programa, el modelo de desarrollo, las propuestas … la cooperación de contenidos”.
Pachakutik votaba alineado con las posiciones del partido gobierno, Alianza País, en la Asamblea, que elabora una nueva constitución, la que está dominada por 78 miembros de ese partido, de un total de 130 integrantes.
Guamán añadió que los indígenas “nos sentimos agredidos por las declaraciones dentro del país y fuera de él que ha hecho el presidente”.
Correa, en una alocución radial el fin de semana, en referencia a los indígenas dijo que “levántense (realicen protestas) no más, compañeros, qué vamos a hacer, levántense y ojalá que nos boten (derroquen) y nos manden a la casa”, e incluso les dedicó una canción cuyo estribillo dice “si se marchó sin un adiós, que se vaya, que se vaya” con referencia a un eventual alejamiento de ese sector.
Correa aludía a la tradicional forma de protesta de los indígenas, el levantamiento, que se expresa en el bloqueo de las principales vías y carreteras con troncos y piedras. A través de protestas similares, los indígenas fueron determinantes en las caídas del presidentes Abdalá Bucaram, en 1997 y Jamil Mahuad, en el 2000.
Las principales divergencias se produjeron porque los indígenas buscan incorporar en la nueva constitución una ley que les permita decidir si desean que se exploten los recursos naturales en sus territorios donde hay importantes reservas de petróleo y minerales como oro y cobre.
Miguel Guatemal, vicepresidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE), la mayor de su tipo en el país, señaló que “no estamos para arrodillarnos ante el presidente, la reacción del país será algún levantamiento o movilización nacional”.
Auki Tituaña, alcalde y líder indígena de la comunidad de Cotacachi, fue consultado si sería mejor una ruptura total con el gobierno.
“Creo que sí, porque no representa las aspiraciones de cambio y transformación que Ecuador necesita”, respondió.
Vía Efe
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