ECUACION MASISTA
Boris Bernal Mansilla
Además de perder en el referendo de aprobación del estatuto autonómico cruceño, el presidente de la República, Evo Morales Ayma y el Movimiento Al Socialismo (MAS) se aplazan en matemáticas porque si aplicamos la "ecuación masista" a los resultados de los comicios generales del 2005 resultaría que un 70% del electorado habría "votado en contra" del actual Presidente de la República y éste hubiera obtenido apenas un 30% de los votos, fruto de la sumatoria de la abstención registrada en esas elecciones (15.49%), votos blancos y nulos (7.37%) y votos por otros candidatos (46.26%).
La actitud impositiva del gobierno también quiere pisotear hasta a las matemáticas, forzando una adición con datos tergiversados, la misma que es difundida a través de solicitadas en prensa escrita en las que señala que "el 50% de los cruceños le ha dicho no al estatuto", frase acuñada en base a la sumatoria de: abstención (39%), votos por el NO (9%) y votos blancos y nulos (2%).
En los 25 años de democracia boliviana y de comicios generales realizados desde 1980 hasta el 2005, los registros estadísticos de la Corte Nacional Electoral (CNE) nunca incluyeron el porcentaje de abstención en la sumatoria final de los resultados de cada uno de los siete procesos electorales realizados al presente.
En la estadística electoral boliviana el porcentaje de abstención, es decir, las personas que no acudieron a votar, se toma en cuenta sólo como parte del total de ciudadanos registrados en el Padrón Electoral, pero lógica y obviamente quienes no acudieron a votar no pueden ser parte de los "votos emitidos", como el gobierno señala.
Así la abstención no significa un respaldo al SI o al NO o a un candidato determinado, ya que existen infinidad de razones por las cuales un ciudadano decide no acudir a votar. De igual modo, tampoco se puede considerar a los votos blancos como favorables al NO y contrarios al SI, ya que expresan un desacuerdo y/o rechazo a ambas alternativas ofrecidas en el referéndum, lo mismo sucede con los votos nulos.
Si aplicamos la "ecuación masista" a los comicios del 2005, incluyendo los votos a favor de candidatos que no fueran Evo Morales, éste apenas hubiera obtenido el apoyo del 30,88 % del electorado.
Con ese "cálculo" y tomando como referente los porcentajes de las siete elecciones que ha enfrentado Bolivia desde hace 25 años, los porcentajes de "rechazo" a los entonces presidentes electos hubieran sido irracionales:
- En 1980, Hernán Siles Suazo habría asumido la presidencia teniendo al 98,54% del electorado en contra.
- En 1985, Víctor Paz Estenssoro habría asumido la presidencia teniendo al 98,18% del electorado en contra.
- En 1989, Jaime Paz Zamora habría asumido la presidencia teniendo al 110,85% del electorado en contra.
- En 1993, Gonzalo Sánchez de Lozada habría asumido la presidencia teniendo al 97,17% del electorado en contra.
- En 1997, Hugo Banzer Suárez habría asumido la presidencia teniendo al 112,59% del electorado en contra.
- En 2002, Gonzalo Sánchez de Lozada habría asumido la presidencia teniendo al 112.66% del electorado en contra.
- En 2005, Evo Morales Ayma habría asumido la presidencia teniendo al 69.12% del electorado en contra.
Lo preocupante de este ejercicio aritmético mal planteado, es que los asesores del Presidente Morales además de querer engañar a nueve millones de bolivianos demuestran como le mienten al Primer Mandatario y que éste se encuentra solo, sin funcionario alguno que lo oriente de forma correcta.
Los ministros y asesores del Primer Mandatario no le permiten sosegarse, tranquilizarse y tomar un respiro antes de dar un lamentable mensaje a la nación, donde falto de luces, lo empujan a cometer más errores de apreciación y simple lógica, además de aritméticos que un escolar corregiría.
No se entiende de otra forma que ni el Ministro de la Presidencia, el nuevo vocero de la Presidencia, ni el ministro de Gobierno que esa jornada dio al menos dos conferencias de prensa, den la cara para exponer tamaño disparate difundido la noche del Domingo 4 desde Palacio de Gobierno, con el consiguiente daño político a la gestión de gobierno y económico al Estado.
Pensábamos que con la renuncia del ex vocero Alex Contreras se acabarían las mentiras al Primer Mandatario y al país, pero parece que el entorno de Gobierno hace esfuerzos sobrehumanos por desgastar al Presidente Evo Morales, actitud sobre la cual él debiera pedir explicaciones a sus inmediatos colaboradores.
http://borisbernalmansilla
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