martes, 9 de octubre de 2007

Escarrá se presentó en Miraflores


El abogado constitucionalista consignó oficialmente el día de hoy, ante el Palacio de Miraflores, una carta en la que reta al Presidente de la República a debatir públicamente la reforma constitucional. Esta acción se enmarca dentro de la gira que realiza el abogado por varias zonas de la capital para difundir el contenido y las críticas que le hace a la propuesta de reforma, que considera una violación al texto constitucional original y un golpe de Estado a la democracia. Durante el fin de semana alertó sobre esta visita al Palacio.


TEXTO DE LA CARTA:

Caracas, 08 de Octubre de 2007
Ciudadano
Hugo Chávez Frías
Proponente de la Reforma Constitucional (2007)
Palacio de Miraflores
Presente.-
Ref.: Debate sobre la Reforma Constitucional


Me dirijo a Usted en ocasión del debate nacional sobre la propuesta de reforma constitucional que en atención a lo dispuesto en el artículo 342 de la Carta Fundamental vigente usted presentara a la Asamblea Nacional este 15 de Agosto. Como seguramente estará informado, hemos sostenido invariablemente que su actuación constituye no solo una grave violación al texto constitucional, sino un golpe de estado orgánico a la Democracia y a la Constitución de la República, ya que se modifica la estructura y los principios fundamentales del texto constitucional mediante un fraude al poder constituyente originario del pueblo, tal como lo expresa inequívocamente el artículo 347 constitucional, que su actuación también menoscaba y lesiona, es decir, usted busca modificar inconstitucionalmente la fuente suprema de validez del ordenamiento jurídico.

El contenido de su propuesta es también extremadamente grave al pretender sustituir la fórmula política de la Constitución vigente, la de un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, la del Estado Federal Descentralizado y la del gobierno democrático participativo, alternativo y pluralista (artículos 2,4 y 6 constitucionales), por el inefable Socialismo del Siglo XXI. Altera usted en su condición de proponente de la reforma las condiciones existenciales del Estado y de manera particular la referida a la organización político administrativa de la República desmembrando el territorio nacional; limita, hace nugatorios y anula derechos fundamentales como la libertad de trabajo, la propiedad de los ciudadanos la ubica en un régimen residual en esta fase que ustedes llaman de “transición”; sustituye el carácter profesional de la Fuerza Armada y elimina la cláusula fundamental de las democracias, esto es: la Fuerza Armada debe estar al servicio de la nación y no de persona o parcialidad política alguna; asume usted competencias constitucionales exacerbadas que distorsionan el sistema presidencial convirtiéndose en autoridad monetaria y financiera y pretendiendo manejar a su discreción las reservas internacionales. Se convierte usted en autoridad concentrada para la estructura paralela del poder territorial, asume las competencias militares y de política internacional de manera personal y no como políticas de Estado y finalmente presenta usted la idea de la Presidencia vitalicia plebiscitaria para solo mencionar algunos aspectos que nos llevan a concluir que las 33 normas propuestas son parte de un plan de destrucción de la República.

El pueblo de Venezuela realmente quiso hacer una revolución con el sagrado nombre de Simón Bolívar, pero en vez del programa revolucionario, en vez de la Democracia avanzada y social, nada ha cambiado en la República después de casi una década de ejercicio concupiscente del poder, me disculpo, en realidad no es que nada ha cambiado, si hay cambios: ahora gobierna una casta política en un maridaje inmoral con los negocios, la falta de ética administrativa se enseñorea por todo el país, el fraude a los dineros públicos, los contratos dolosos, el contubernio vulgar en las formas más inéditas de corrupción se suman al engañoso y fatigante método de las promesas y de la liviandad de la palabra. Ciertamente es una hora menguada caracterizada por la decadencia moral de la casta gobernante que está a punto de cumplir una década en el ejercicio del poder, pero soy de los que cree que también es el momento precursor de la caducidad de su régimen.

¿Recordará usted acaso a los niños abandonados?, los niños y niñas de la calle, la dolorosa pobreza de nuestro pueblo, ¿la percibirá esa casta insensible que se enriquece a la sombra de su gobierno como lo han denunciado hasta las propias voces del régimen…? Le pregunto, después de casi una década de poder, dónde está la igualdad social, la justicia económica y la ética pública? , banderas estas por cierto que yo también levanté en el proceso constituyente de 1999 y que usted traicionó.

Esta impugnación que hago a la inmoral casta política que usufructúa los negocios del Estado dándole la espalda al pueblo de Venezuela, la hago como un ciudadano común, el mismo que le dijo a usted personalmente que no estaba de acuerdo con la reelección y después solitariamente en el debate de la Asamblea Constituyente; hay sobradas razones históricas y sociológicas que nos obligan a impedir su deseo de perpetuidad en el poder. A ello debe agregarse la pretensión de imponer un sistema político no democrático que rechaza el pueblo de Venezuela, y yo, como uno de los redactores de la Constitución del 99, y como un claro defensor de la democracia, sus principios y valores en todo el proceso constituyente de 1999, tanto en el Senado de la República como en la Asamblea Constituyente, le he planteado públicamente un debate sobre la Reforma Constitucional en su calidad de proponente, y yo en mi calidad de uno de los redactores de la Constitución de 1999.

Este debate debe ser un acto pedagógico y cívico de democracia y por supuesto, de dos visiones radicales y encontradas sobre la realidad social política y económica de Venezuela. Le propongo entonces los siguientes temas: la geopolítica mundial y la geoeconomía del petróleo venezolano; el nuevo pensamiento militar, la planificación de seguridad y defensa y el concepto estratégico nacional; democracia, autoritarismo y socialismo, y, doctrina de Simón Bolívar, estos son temas que derivan de las 33 normas de su propuesta constitucional, pero debo agregar el tema de la educación y de los hijos del pueblo de Venezuela. Este es el más delicado de todos los temas, pues, la continuación de la nacionalidad y la libertad depende de él, y las madres venezolanas están dispuestas a defender a sus hijos hasta con la vida, como yo también estoy dispuesto a hacerlo, vuelvo a repetirle, no se equivoque.

Por supuesto que usted puede agregar o sustituir temas, y propongo también que sea en un espacio público con todos los medios de comunicación social, podría ser el Teatro de la Academia Militar o en el Aula Magna de la Universidad Central.

No se trata le repito, de usted como Presidente y yo como ciudadano, se trata del proponente de la Reforma y de uno de los redactores de la Constitución de 1999. Le agradezco evitar las descalificaciones a las que su régimen acostumbra, o las supersticiones políticas, esto es, ideas falsas que no se fundamentan en una crítica racional y además evite a los agitadores baratos, a los bufones o a los tinterillos de ocasión. El debate planteado es con usted, y sólo con usted.

En toda Venezuela se oye un clamor de equidad y de justicia, se ha negado el derecho por las vías legales y aparece en la conciencia ciudadana el derecho a la legítima defensa ante la agresión y la injuria. Los engañados y oprimidos de siempre, los burlados de todas las horas esperan de nosotros que actuemos con sinceridad y no con indolencia culposa. Recuerde que las grandes revoluciones nacen súbitamente en los pueblos que aparecían como resignados, pero esos pueblos nunca olvidaron la ofensa ni la injuria, la almacenan; por eso, es de los pueblos y solo de ellos el reino de la insurrección.

Quiero expresarle que hay un pueblo armado de un gran coraje civil y de una extraordinaria fuerza moral, todos en Venezuela somos descendientes de aquellos bravos que aniquilaron la servidumbre humana en estas tierras sagradas, hoy nuestra responsabilidad superior es evitar el conflicto entre los venezolanos y salvar la paz y la libertad de Venezuela, quienes no entiendan ese mandato de esta hora, estoy seguro serán acusados en la historia por su ignominia y abyección.

Ojalá se pueda discernir cabalmente esta actuación en una hora grave para la República, no soy candidato a nada, no ando buscando cargos ni en la oposición ni en ningún otro lugar, no deseo liderazgo alguno, lo único que deseo es cumplir con mi responsabilidad pues el pueblo de Venezuela andaba buscando voces que expresaran su desconcierto, frustración y dolor, y yo, soy solo una de ellas, de esas voces, de tantas que lo miran, esperan y enjuician. Recuerde finalmente, aquella magnífica frase de Juan Jacobo Rousseau: “un pueblo libre obedece, pero no es servil; pudiera elegir jefes pero no dueños; obedece a las leyes y nada más que a las leyes, expresión de la voluntad general, y es por la fuerza de las leyes legitimas por lo que no obedece a los hombres… un pueblo es libre cuando en quien le gobierna no ve al hombre que está en el poder sino al órgano responsable ante la ley. En una palabra, la libertad sigue siempre la suerte de las leyes, reinará o perecerá con ellas.” J.J. Rousseau, Cartas escritas de la Montaña, Carta VIII. Tomo III, pág. 842.


Espero su aceptación,

Hermann Escarrá

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