• De los 37 decretos ley de la Habilitante, 27 son materia económica.
• Hasta hoy a las 12:00 de la noche el Presidente puede emitir mandatos.
Hoy terminan los poderes habilitantes del presidente Hugo Chávez, otorgados por la Asamblea Nacional el 31 de enero de 2007. En su período de 18 meses logró sancionar 37 leyes, de las cuales 27 son sobre materia económica. El mandatario fue facultado para legislar en 11 materias. Por su parte, el Parlamento ha descartado extenderle estos poderes especiales al jefe de Estado, pues él no lo ha solicitado, y no desecha la posibilidad de suspender el receso legislativo el 15 de agosto, para ponerse al día con las normas rezagadas.
La razón es que en el mismo período el Parlamento ha aprobado sólo 25 leyes, 12 menos que las sancionadas por el primer mandatario en su tercera Habilitante, además de normas como la de Inteligencia y Contrainteligencia que fue derogada pero que pasará a engrosar la agenda legislativa.
Esto, a pesar de que se trata de la Habilitante donde aprobó menos normas.
En la primera (1999), el presidente Chávez sancionó 50 decretos ley; y en la segunda (2000) publicó 51, ésta desencadenó los sucesos que condujeron al golpe de Estado de abril de 2002.
Esto, a pesar de que se trata de la Habilitante donde aprobó menos normas.
En la primera (1999), el presidente Chávez sancionó 50 decretos ley; y en la segunda (2000) publicó 51, ésta desencadenó los sucesos que condujeron al golpe de Estado de abril de 2002.
El Mundo
Mariana Martínez R.
http://www.megaresistencia.com/portada/content/view/2887/1/
Motores Fundidos
¿En qué chivera de Antímano o de la carretera a El Junquito yacerán los despojos mortales de los nunca bien ponderados "Cinco Motores del Socialismo del Siglo XXI"? ¿Qué habrá sido de la suerte de esa chatarra ideológica que el Gran Chamán nos vendió cual turbinas de súper jet, para conducirnos a toda mecha hacia la milagrosa comarca de Nunca Jamás?.
Puede recordarse su arrogante jactancia, enumerando y explicando los "motores" ante una babeante Asamblea Nacional, donde una buena parte de los padres conscriptos celebraba con grandes carcajadas los chistes de Chacumbele, seguros de que iban a abrir, con sus incondicionales votos, las puertas del Paraíso. Todo se volvió vapores de la fantasía. El olvido ha cubierto con su gran manto las excentricidades "teóricas" de nuestro Henry Ford del socialismo.
El "bloque" del motor principal lo constituía la Reforma Constitucional. De ésta habría de desprenderse la creación de un nuevo marco jurídico e institucional dentro del cual adelantar y eventualmente consolidar los impulsos hacia el control neo-totalitario de la sociedad.
Ese motor fue apagado de un solo trancazo por la voluntad de la mayoría del país –la cual incluía una considerable porción de sus propios partidarios–, que se negó a convalidar ese cuchillo para su propia garganta. El segundo motor, la Ley Habilitante, fallece hoy, silenciosamente, de muerte natural, después de dieciocho meses de rodaje. Dado que con tal instrumento se pensaba desarrollar la nueva normativa constitucional, al no haber reforma, la Habilitante se tornó inútil.
La "Nueva Geometría del Poder" quedó sólo para aplicársela al PSUV, porque pereció incinerada por el voto No del referéndum del 2D. "Moral y Luces" no pasó de la tentativa de meter por los caminos verdes el tristemente célebre "currículo bolivariano". Apenas el Primer Mecánico percibió que ese motor comenzaba a pistonear, propuso su diferimiento para el próximo año. De la "explosión del poder comunal" el único ruido que se oye es el de la protesta popular que desde ese ámbito recorre el país.
Aunque financiados y dirigidos desde la presidencia y castrados, por tanto, como instrumentos de organización y poder local, los consejos comunales sirven, sin embargo, para el inesperado propósito (para el Gobierno) de dejar oír la voz de inconformidad de los sectores humildes, empujando el carro ahogado de la administración pública para ver si así prende.
Del partido "único" de la revolución se pretendía que funcionara como la palanca de velocidades de los Cinco Motores, hoy convertidos en chatarra. Pero la palanca se trancó cuando los engranajes pequeños del dispositivo se negaron a dejarse triturar por el mayor. No hay partido único, ni tampoco unido. El carro de la revolución, que tenía más motores que estómagos la vaca, está arrumbado en el hombrillo, mientras el Gran Chofer está parado a su lado pidiendo cola.
El "bloque" del motor principal lo constituía la Reforma Constitucional. De ésta habría de desprenderse la creación de un nuevo marco jurídico e institucional dentro del cual adelantar y eventualmente consolidar los impulsos hacia el control neo-totalitario de la sociedad.
Ese motor fue apagado de un solo trancazo por la voluntad de la mayoría del país –la cual incluía una considerable porción de sus propios partidarios–, que se negó a convalidar ese cuchillo para su propia garganta. El segundo motor, la Ley Habilitante, fallece hoy, silenciosamente, de muerte natural, después de dieciocho meses de rodaje. Dado que con tal instrumento se pensaba desarrollar la nueva normativa constitucional, al no haber reforma, la Habilitante se tornó inútil.
La "Nueva Geometría del Poder" quedó sólo para aplicársela al PSUV, porque pereció incinerada por el voto No del referéndum del 2D. "Moral y Luces" no pasó de la tentativa de meter por los caminos verdes el tristemente célebre "currículo bolivariano". Apenas el Primer Mecánico percibió que ese motor comenzaba a pistonear, propuso su diferimiento para el próximo año. De la "explosión del poder comunal" el único ruido que se oye es el de la protesta popular que desde ese ámbito recorre el país.
Aunque financiados y dirigidos desde la presidencia y castrados, por tanto, como instrumentos de organización y poder local, los consejos comunales sirven, sin embargo, para el inesperado propósito (para el Gobierno) de dejar oír la voz de inconformidad de los sectores humildes, empujando el carro ahogado de la administración pública para ver si así prende.
Del partido "único" de la revolución se pretendía que funcionara como la palanca de velocidades de los Cinco Motores, hoy convertidos en chatarra. Pero la palanca se trancó cuando los engranajes pequeños del dispositivo se negaron a dejarse triturar por el mayor. No hay partido único, ni tampoco unido. El carro de la revolución, que tenía más motores que estómagos la vaca, está arrumbado en el hombrillo, mientras el Gran Chofer está parado a su lado pidiendo cola.
TalCual
Teodoro Petkoff
http://www.megaresistencia.com/portada/content/view/2882/1/
hugo+chavez
venezuela
habilitante
decretos
motores
socialismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario