Se llama Fernando Ónega y es un periodista de gran prestigio en España. Hoy escribe un revelador artículo en el diario La Vanguardia que deja entrever el profundo daño que el incidente provocado ayer por Chávez y Ortega puede ocasionar a las relaciones de España con Latinoamérica.
Este es su artículo:
Todos los demonios se juntaron y se hicieron visibles ayer en Santiago de Chile. Primero, el demonio del populismo, que no sorprende a nadie porque es el estilo de los gobernantes de América. Quizá lo más novedoso es que ya no limitan su mensaje al ámbito de sus naciones, sino que llevan su discurso y sus agravios a los foros internacionales.
Segundo, el demonio de la intransigencia ilógica, que conduce a alguno de ellos a la fijación obsesiva en quienes no coinciden con su pensamiento, y así han decidido designar a Aznar su adversario, con calificaciones no sólo falsas e injustas sino impropias de quien las dice. El mensaje que envió el señor Chávez a Occidente es el de un totalitarismo incompatible con un entendimiento normal de la democracia.
Y tercero, el demonio del infantilismo. En algunos momentos, esa cumbre pareció un grupo de gamberros juveniles entretenidos en el juego del insulto y en la pedrada a unas empresas que han aportado uno de los pocos saltos hacia una economía moderna y hacia la creación de riqueza en esos países. ¿Qué hace España en ese grupo? Está claro que ahora se abre un periodo de reflexión política: no se puede mantener una relación normal con quien se dedica a insultar e injuriar a un ex presidente democrático, llámese como se llame.
Se abre un periodo de cautela económica: nuestras empresas deben replantear sus inversiones en unos lugares donde es dudosa la seguridad jurídica y empieza a ser inexistente la seguridad personal.
Se abre un periodo de análisis diplomático: ¿es de recibo que en ningún lugar del mundo España tenga tantos problemas como con sus países hermanos de sangre, cultura y lengua? No, no es de recibo.
El presidente Zapatero tiene que pasar el mal trago de que echen basura sobre una parte sustancial de su política exterior. La concibió como una política generosa y se le responde con ofensas.
Menos mal que el rey Juan Carlos estaba allí. Y representó todo esto: la indignación de la sociedad española ante los exabruptos; la autoridad que sólo él puede ejercer en ese patio de colegio alborotado, y la dignidad de la jefatura del Estado español ante los agravios a personas y empresas. Ayer, España fue defendida por su Rey. Pero no sólo España: también esa comunidad de naciones que merece dirigentes de mayor sensatez.
http://www.noticias24.com/actualidad/?p=9665
4 comentarios:
Bien, teniendo en cuenta que, Fernando Ónega, si tiene cierto prestigio en España. También debe tenerse en cuenta que es un buen aliado del PP. Entonces, al hacer un análisis de lo ocurrido, pienso que no es objetivo. Primero, Zapatero, unque Chávez no le dejase hablar, le estaba exigiendo respeto hacia un presidente elegido libremente en las urnas.
Segundo: El rey ya intenta intevenir en la primera interrupción de Chávez a Zapatero y éste se dirige el rey y le dice "un momentín", y continúa intentando pedirle respeto a Cháves -y pido disculpas a quien le moleste-, que se ha mostrado como un perfecto maleducado. Claro que, sinceramente, poco se puede pedir de quien cuando no tiene argumentos, lo que hace es no dejar hablar al oponente; ya sin meterme con alguien que prepara una constitución a su medida -en nombre del socialismo y la democracia, jaja-, para gobernar 30 años más.
RB
Añadir a mi anterior comentario, que más que salir en defensa de Aznar, que es lo que pretende toda la derecha española -que ni las gracias le ha dado a Zapatero, por salir en defensa de Aznar, al que no quiero califica-; creo que lo que pretende el rey es decirle que se calle para que Zapatero pueda exponer sus razones para exigierle respeto hacia Aznar.
En la anterior intervención me olvide dicir que soy socialista, orgullas de serlo. Pero ese tipo de "socialismo" del que tanto se le llena la boca Chávez, no es más que el intento de cualquier dictatorzuelo, por justificar lo injustificable que no es otra cosa, que acabar con la democracia aludiendo a algo que para mi es sagrado, qeu es el socialismo. El socialismo es democracia, no dictadura. Solo basta leer algo sobre la socialdemocracia en sus inicios. Así que si el impresentable de Chávez pretende subirse al carro del socialismo, lo tiene muy crudo. Al único carro qeu podrá subirse es al de los megalomanos qeu creen que ellos y solo ello van a salvar la patria, porque los ciudadanos, les importan una mierda -y disculpas por la expresión-.
Saludos
RBlanco
Chávez, Ortega, Morales, Fidel e Lula, formam o quinteto da esquerda mais retrógrada da América Latina.Usam os mais pobres e incultos da população para perpetuarem-se no poder.
Respuesta para anónimo: Pienso que tanto Ortega, que tuvo posibilidad de perpetuarse en el poder y no lo hizo, como Lula, que hasta el momento, todavía no ha dado muestras de lo que puede o no hacer, como Castro, que ya hemos visto lo que ha hecho; de Morales no puede opinar porque no lo conozco.
Yo creo que todos ellos, menos Castro que ya está epoltronado y bien apoltronado, están un poco a la espera de lo que puede suceder en Venezuela.
Sinceramente, para mí las cosas no pintan bien.
Solo un os pido a quienes seáis de derecha democrática, que afortunadamente todavía queda, no califiquéis de socialistas a quienes pretenden mantenerse en el poder de por vida, porque ese no es socialismo. Llamadle como queráis, pero no socialismo, porque el socialismo es todo lo contrario a robar la voluntad del pueblo, la liberta, la justicia y todos los derechos que, como ciudadanos libres debemos tener.
RBlanco
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