Cita:
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1.999:
“Artículo 333. Esta constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella.
En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia.”
Si les preguntara qué prefieren, voto o respeto, la mayoría se inclinaría hoy por respeto. Y ese resultado no tiene solución el 2D por no ser electoral, sino moral. Es por ello que muchos adultos hoy dicen que harán lo que los jóvenes decidan ante la trampa chavista de votar o no votar, que es una trampa constitucional, electoral y moral. Lo dicen porque los jóvenes se han erigido en una fuerza moral, y ahí está precisamente la paradoja. El chavismo instauró un sistema de dominación y control que desarrolla un golpe de estado permanente ante lo cual el voto smartmatic no tiene eficacia si no va acompañado de las exigencias morales de respeto, ante lo cual al ciudadano le queda la legítima defensa de la protesta. Y eso es lo que la juventud ha desarrollado con propiedad.
El chavismo necesita desactivar la protesta ante el fraude constitucional, de ahí la oferta tramposa de la opción electoral, amañada como lo demuestran hasta el cansancio la gente de esdata.org. El chavismo sabe que aceptar las condiciones es aceptar los resultados por lo que esperan una frustración colectiva el 3D. La oposición sabe que el pueblo rechaza abiertamente la reforma constitucional, que la sabe tramposa, poco beneficiosa para sus intereses personales, que no viene con el pote de leche, sabe el aumento del descontento por la gestión gubernamental, sabe que si las elecciones fuesen limpias el apoyo a la propuesta perdería de calle.
El chavismo está en franca desventaja moral, con un único líder descentrado y sus seguidores cada día más transaccionales, necesita crear una disrupción, una discontinuidad en la lucha ciudadana por el respeto a la democracia, por eso necesita el uso de la ventaja de la trampa electoral. La oposición tiene en sus manos las pruebas del fraude a la constitución de 1.999, que es la misma propuesta de reforma, convertida en oferta de sumisión a los venezolanos, tiene además la fuerza de los valores y principios democráticos, tiene la voluntad indeclinable de lucha y tiene la generación de relevo.
Tenemos que convertir cada voto por el No en una denuncia al Fraude a la Constitución. Cada voto por el NO debe ser la invocación al artículo 333 de la Constitución vigente. Cada voto por el NO debe ser el compromiso de lucha moral por los principios y valores democráticos, por un sistema electoral transparente y confiable y por el absoluto rechazo por la forma amañada cómo se están eligiendo al Fiscal General de la República, Contralor General y Defensor del Pueblo.
Convertir cada voto No en una invocación al artículo 333 de la Constitución vigente le da la fuerza moral al votante, para que independientemente del resultado electoral, le de continuidad a la lucha de la ciudadanía venezolana contra el golpe de estado permanente del chavismo. Cada voto No es una denuncia al fraude a la constitución vigente, no es la afirmación de una opción electoral.
El No del que hablo no está en responder a las inmorales preguntas de los dos bloques. Del No que hablo es decirle con firmeza al chavismo que se deformó y al mundo, No al fraude constitucional y No a un sistema de votación tramposo.
Cada voto No será invocar el artículo 333 de la Constitución vigente.
David Morán
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