domingo, 25 de noviembre de 2007

Carta abierta de Bolivia al mundo. Ante el peligro de la guerra civil


Quienes nos adscribimos a los siguientes párrafos, nos comunicamos con la comunidad internacional ante los acontecimientos socio políticos que se están suscitando en Bolivia, frente a las permanentes amenazas de una guerra civil, por parte de sectores radicales, armados y organizados y amparados por el Gobierno nacional, tal cual mostraron en los últimos meses los medios de comunicación.

La lógica de considerar a la Democracia como la imposición de la mayoría sobre las minorías, no sólo la está debilitando, sino que está demostrando en la práctica la posibilidad de un régimen corporativo que atente contra los Derechos Fundamentales, en los que se asientan la mayoría de los Estados en el siglo XXI.

La democracia, en todo caso, significa la convivencia pacífica donde los consensos y disensos, determinan la forma de vivir de la sociedad y su concertación, y esto no se está dando en Bolivia, por el contrario, existe la falaz y perversa idea que cuanta más sangre se derramó en acontecimientos históricos, determina la representatividad e imposición de unos sobre otros. De esta manera se cuantifican los muertos que la Guerra Federal del año 1899, entre La Paz y Chuquisaca, que derivó en que la sede de gobierno terminé en su actual posición; o la decena de infructuosos decesos en los que confluyó el enfrentamiento en la ciudad de El Alto, ante la oposición de la venta del gas a Chile, y por ende la renuncia y caída del régimen de Sánchez de Lozada, el año 2003.

Bolivia, ha cumplido este año 25 años de su joven democracia, y si bien se han respetado las reglas del juego, la necesidad de una Asamblea Constituyente, que haga de su Carta Magna un Estado más incluyente hubiese sido el momento histórico que demuestre al mundo que se pueden realizar verdaderos cambios, en confrontación de ideas y acuerdos, empero, instaurada rápidamente esta con voto popular, sin que exista un proceso previo, y ante el mal cálculo político del partido de gobierno, que pensó alcanzar más allá de los dos tercios en la votación, tuvo que dar un paso atrás, intentando que la mayoría absoluta sea la forma de aprobación de cada uno de los artículos, infringiendo cualquier lógica concertadora.

Hoy por hoy, a 15 meses, no se ha podido llegar a acuerdo alguno, y ni un solo artículo ha sido aprobado.

Otra contradicción se encuentra en su supuesto carácter “originario” de la Asamblea Constituyente, que ha sido intervenida en todo momento por el ejecutivo nacional, impidiendo ese su soberano ejercicio; y cuando la capital boliviana, a través de sus representantes oficialistas y de oposición, pidieron discutir sobre la sede de los poderes ejecutivo y legislativo, y su traslado a la ciudad de Sucre, se impidió ese legítimo derecho.

En estos días, y azuzados por el propio gobierno, por declaraciones de confrontación etnocentrista desde el propio Presidente de la República, el Vicepresidente y sus ministros, se empujan a grupos de campesinos hacia Sucre para enfrentarse a sus habitantes con el fin de impedir la inclusión de la temática; y se prevén sesiones en un cuartel de ejército, entonces, ¿cómo se puede departir un país incluyente, si su Constitución Política del Estado, emerge del encierro de sus representantes, y del cerco a quienes tienen el legítimo derecho de pedir simplemente algo que consideran suyo? ¿Qué tipo de Constitución podría emerger de estas actitudes?

Toda esta parafernalia es sólo la búsqueda de mayor poder para el partido en función de gobierno, la reelección indefinida y la instauración de gobiernos sucesivos con su propia mayoría. El Movimiento al Socialismo – MAS, solamente maneja el discurso mediático y ambivalente, que va desde el insulto y la diatriba contra los Estados Unidos y su embajador, y la solicitud de preferencias arancelarias; desde el afronte contra la Cooperación Internacional que le apoya financiera y técnicamente; desde la inclusión hasta al ataque frontal contra los “extranjeros” sólo por la tez; desde los medios de comunicación azuzados e incluso atacados en su infraestructura sino dan la palabra oficial, hasta el aparente respeto a la libertad de expresión; desde la satanización a las transnacionales como agentes del imperialismo, hasta su invitación a la inversión en el territorio nacional; de la invasión a la propiedad privada rural, al respecto a la norma.

¿Acaso aquello no crea inseguridad jurídica? ¿Cuáles serán, entonces, las consecuencias para un país pobre que precisa inversión?

Denunciamos que se está instaurando un régimen sobre la base de la psicología del miedo, se han legitimado grupos armados de civiles como los “ponchos rojos”, que han desfilado con fusiles máuser frente al propio Presidente de la República y el Comandante General de las Fuerzas Armadas, siendo actos inconstitucionales acá o en cualquier Estado democrático; u otros similares que a través de los medios hacen demostraciones públicas de entrenamiento o marchas armadas en zonas de producción de coca.

Hace pocas horas, uno de estos grupos decapitó públicamente a canes colgándolos en horquillas haciendo analogía con los Prefectos (Gobernadores) de oposición, que ganaron legítimamente con el voto popular, mientras el Gobierno les reduce sus presupuestos, manipulando a la opinión pública en sus sentimientos profundos, puesto que esos recursos irían a los adultos mayores en una mensualidad, aunque en la práctica aquello se estuvo dando con otras fuentes financieras.
La oposición, es sin duda débil, falta de propuestas, no obstante no se puede concebir un estado de derecho sin voces contrarias, regímenes lo han intentado o intentan el mundo acallarlas; aunque en el siglo XXI donde la comunicación e información son herramientas eficaces, la comunidad internacional las utiliza para evitar atrocidades que se dieron en el pasado, justamente por el aislamiento de muchas sociedades.

Comprendemos que aún hay aspectos para solucionar como problemas nacionales, nos hemos erigido como Estado sobre la base de injusticia en demasía, aunque esta es una realidad de la humanidad toda, y las deudas históricas, las falencias cometidas en el pasado no pueden ser resueltas a través del ejercicio de la violencia que quienes heredamos y vivimos casualmente este momento. La misma historia nos demuestra cuán equivocadas estaban las sociedades que optaron por este irracional camino.

Hacemos, entonces, un llamado a preservar la democracia, la libertad de expresión, el derecho a disentir. Llamamos a la comunidad internacional toda para que pongan sus ojos en este momento tenso en Bolivia; llamamos a todos los padres, los jóvenes que creemos en los valores de convivencia pacífica. A nuestros compatriotas en el exterior cuyo vínculo con el país es estrecho, y tuvieron que dejarlo por la insostenible capacidad de más fuentes de trabajo.
Solicitamos a las organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, las organizaciones que velan por los Derechos Humanos, la democracia, la transparencia y equidad a respaldar un proceso de paz.

Llamamos a quienes gobiernan circunstancialmente Bolivia a dejar de erigir un Estado sobre la base del odio, de dejar de aprovechar la palestra que les brinda la ocasión para convocar a la confrontación abusando de su situación, puesto que son representantes de un grupo social y no de algunas escisiones de esta.

Llamamos a las dirigencias de algunos movimientos radicales para que piensen que en esta confrontación pueden ser sus hijos o ellos mismos perjudicados, en sus vidas y su integridad física. Que vean que más allá de las fronteras, en el pasado, ayer y hoy donde, hay miles de madres sufren la pérdida de sus hijos, cientos de mutilados y discapacitados, como aconteció en Centro América. Qué se reflejen en las víctimas de octubre de la ciudad de El Alto, que reclaman justicia y aún no son oídas. Como viene pasando con las FARC de Colombia y sus secuestros. Como fuera el paso de Sendero Luminoso que confluyó en masacres de la sociedad civil, la mayoría pobres. Con la persecución por sus creencias en Birmania. Como se torturan y matan a diario en muchos países del África. Violencia que no resuelve en la práctica nada, sólo en la frenética generación de más y más pobreza.

Llamamos a la comunidad internacional, para ser parte de una cruzada por la verdadera paz entre todos nosotros y evitar malestar a los países del continente.

Bolivia, 24 de noviembre de 2007


Boris Bernal Mansilla
LA PAZ EN ACCIÓN

José Martin Prado
Comité Regional El Alto
LA PAZ EN ACCIÓN

Adscritos:
Carlos Pablo Klinsky Fernández
DIPUTADO NACIONAL

Jorge Real Díaz
CENTRO DE ESTUDIANTES DE LA UNITECVENEZUELA

Paola Rojas Aracena
DIPUTADA NACIONAL

1 comentario:

ciudadana dijo...

A los bolivianos conservadores de la derecha, dejense de paranoias ya es hora de que piensen en las mayorias aplastadas por ustedes durantes décadas.
Los cambios en America Latina y sobre todo el los países donde los pobres fueron castigados y condenados, son irreversibles les guste o no.