Venezuela habría gastado con recursos de la renta petrolera más de $220,000 millones en inversiones, subsidios y donaciones a 14 países aliados entre el 2005 y el 2009, reveló un estudio del Centro de Investigaciones Económicas (CIECA) citado ayer por la prensa local. En los anuncios gubernamentales se informó del gasto al exterior de $220,573 millones en los últimos cuatro años, reservados al financiamiento de inversiones, importaciones del Estado, donaciones y subsidios a naciones como Rusia, Cuba, Bolivia y Argentina.
En la lista de países receptores, Rusia ocupa el primer lugar con $34,485 millones en compra de armas y convenios energéticos, seguido de Cuba con $24,721 millones, que incluyen desde la electrificación de La Habana hasta una factura de 90 mil barriles diarios de petróleo.
De acuerdo con el CIECA, el pago por concepto petrolero es reembolsado con donaciones o trueques con productos alimenticios, como es el caso de Cuba, que ha entregado bombillas eléctricas de bajo consumo y contraprestado servicios médicos a través del programa social Barrio Adentro.
Un mecanismo de ayuda que destaca también en el estudio es la compra de deuda externa a Argentina por $5,000 millones, la cual ha sido ponderada por la empresa de investigaciones de crédito CMA Datavisión --aludida en el informe-- como la ''más riesgosa'' después de la deuda ucraniana.
También se entregaron hospitales y escuelas a Uruguay y Guatemala, dinero para la adquisición de maquinaria de recolección de basura a Haití y tractores a Honduras.
Se suma otro estudio de la propia estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) correspondiente al tercer trimestre del 2008, de donde se desprende que el país suministra 689,000 barriles diarios a países del Caribe, Centroamérica y Sudamérica, con créditos a 25 años pagaderos a 1 por ciento de interés.
Venezuela anunció hace una semana un conjunto de medidas dirigidas a paliar la crisis global entre las que destaca el recálculo del precio del crudo dentro del presupuesto nacional y el aumento del impuesto a las ventas de 9 por ciento a 12 por ciento.
El Nuevo Herald
¿Y dónde están los reales?
Según The Economist, unos 100 mil millones de dólares se habrían evaporado durante el gobierno de Chávez, dejando al estado venezolano sin recursos para enfrentar la descomunal crisis actual.
Una de las leyendas urbanas del antiperonismo era que cuando Juan Domingo Perón llegó al poder en 1946, en las bóvedas del Banco Central de Argentina había lingotes de oro hasta el techo, y cuando renunció por motivos patrióticos, en septiembre de 1955, sólo quedaba en el centro de esas bóvedas un solitario plumero. Algo similar parece estar ocurriendo en Venezuela. Nadie sabe cómo, tras diez años de increíble prosperidad petrolera, el gobierno del presidente Hugo Chávez ha comenzado a implementar medidas de austeridad muy superiores a las que enuncian desde el jefe de estado hasta sus asesores económicos.
Aunque la historia oficial chavista habla de un recorte presupuestario de un 6,7 por ciento, “si se compara con los gastos reales de 2008”, dijo la revista británica The Economist, “el corte nominal es de alrededor de un 18 por ciento. Y si se toma en cuenta la inflación, es superior a una tercera parte” del presupuesto anterior. (The Economist, 26 de marzo de 2009).
Ese no es un suave ajuste del cinturón. Eso más bien es como ahorcarse con la propia cuerda. ¿Y por qué semejante topetazo? Tal vez una de las razones pueda encontrarse en el Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM), adscrito al Banco Central de Venezuela.
Ese fondo, creado el 4 de noviembre de 1998 por decreto del entonces presidente Rafael Caldera, tenía un inteligente objetivo: “Procurar que las fluctuaciones del ingreso petrolero no afecten el necesario equilibrio fiscal, cambiario y monetario del país”.
Tal y como lo explicó el blog Caracas Chronicles, “la normativa (del FIEM) era muy simple: en primer lugar, había que estimar el precio promedio de la canasta petrolera de Venezuela en el curso de los últimos cinco años. Cuando los precios actuales estaban por encima del nivel de los cinco años, había que ahorrar la diferencia. Cuando los precios estaban por debajo del promedio, el déficit se subsanaba con los ahorros”.
Esa cámara de compensación servía para evitar tanto una brutal contracción en caso de un descenso de los precios del crudo, como las sensacionales parrandas de los gobiernos en épocas de vacas gordas –especialmente el de Carlos Andrés Pérez en la década del setenta.
EL INQUIETO COBERO
Los despilfarros del gobierno chavista son ya de antología, y no deseamos aburrir al lector con un listado de sus egregios derroches. Tal vez con la excepción de enviar un venezolano a la luna y de cortar todas las amarras que aferran a Venezuela al continente latinoamericano a fin de convertirla en otra isla caribeña, cuanto gasto se le ha ocurrido a Chávez, se ha concretado.
Como recordó Caracas Chronicles, ya en el 2002, “tuvimos el escandelete del FIEM, cuando Chávez reconoció que había malversado 1.400 millones de dólares destinados al FIEM y, de manera predecible, no enfrentó consecuencia alguna”. (Caracas Chronicles, 24 de noviembre de 2005).
Si el gobierno chavista hubiera acatado las normas del FIEM, en estos momentos contaría con unos 100.000 millones de dólares para paliar la crisis, señaló la revista The Economist. (Para Caracas Chronicles, la cifra está más cercana a los 116.000 millones de dólares). Ese dinero hubiera sido muy necesario para enfrentar la crisis actual, la peor que vive Venezuela desde la década del ochenta, pese a los “blindajes” inventados por el gobierno, especialmente el blindaje ante la realidad.
Por supuesto, el gobierno alega que el dinero del FIEM ha sido transferido al Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden). El ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, dijo que unos 57.000 millones de dólares pasaron en los últimos años del FIEM al Fonden.
“Sin embargo”, dice The Economist, “según cifras del ministerio, había sólo 6.000 millones de dólares en el fondo para fines de diciembre, poco antes de que el gobierno hiciera una incursión a las reservas del Banco Central y sacara 12.000 millones de dólares para cubrir” el déficit. “Lo que ha ocurrido con ese dinero a partir de entonces, sigue siendo confuso”, añadió la revista.
Es obvio que si el gobierno se vio obligado a sacar 12.000 millones de dólares de las reservas del Banco Central, era porque no encontraba billetes en ninguna otra parte.
The Economist estima que si bien el déficit presupuestario puede ser reducido a través del aumento del Impuesto al Valor Agregado, que pasa de un nueve a un 12 por ciento, “eso dejará una brecha de más de 10.000 millones de dólares que deberá ser llenada mediante préstamos. Puesto que el crédito externo es virtualmente imposible de obtener, ese requerirá un 180 por ciento de aumento en la deuda interna del gobierno”.
Aunque Chávez ha prometido excluir del remezón a los programas de bienestar social y aseguró que la crisis no podrá frenar la marcha de Venezuela hacia el socialismo, la independencia y la grandeza, la crisis si puede alimentar una inflación ya galopante. El gobierno calcula que la inflación del 2009 será inferior al 20 por ciento.
Recomendamos al lector de TalCual no hacerse demasiadas ilusiones con esas cuentas del gran capitán. El año pasado, el primer pronóstico sobre la tasa de inflación fue del 11 por ciento. Tras revisar tres veces la cifra, los cálculos del gobierno fueron inferiores a la cifra real de inflación, que llegó a un 31,9 por ciento. Por lo tanto, el aumento del salario mínimo en apenas un 20 por ciento, representará un pequeño paliativo en otro doloroso ajuste del cinturón.
Lamentablemente, Chávez siempre pensó que la única moraleja que podía extraerse de la fábula de la cigarra y la hormiga era la necesidad de reprimir a la hormiga con gas del bueno. Aunque no hay muchos religiosos en el cogollo chavista, todos están convencidos de que Dios proveerá. Como dice el economista José Guerra, la estrategia del gobierno es “encender todos los días una vela a la virgen y rogar que la economía capitalista se recupere”.
Entre tanto otros, más pesimistas, temen que algún día, en las bóvedas del Banco Central de Venezuela, sólo quede un solitario plumero.
TalCual
Harry Blackmouth/ Crónicas de Nueva York
Ese no es un suave ajuste del cinturón. Eso más bien es como ahorcarse con la propia cuerda. ¿Y por qué semejante topetazo? Tal vez una de las razones pueda encontrarse en el Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM), adscrito al Banco Central de Venezuela.
Ese fondo, creado el 4 de noviembre de 1998 por decreto del entonces presidente Rafael Caldera, tenía un inteligente objetivo: “Procurar que las fluctuaciones del ingreso petrolero no afecten el necesario equilibrio fiscal, cambiario y monetario del país”.
Tal y como lo explicó el blog Caracas Chronicles, “la normativa (del FIEM) era muy simple: en primer lugar, había que estimar el precio promedio de la canasta petrolera de Venezuela en el curso de los últimos cinco años. Cuando los precios actuales estaban por encima del nivel de los cinco años, había que ahorrar la diferencia. Cuando los precios estaban por debajo del promedio, el déficit se subsanaba con los ahorros”.
Esa cámara de compensación servía para evitar tanto una brutal contracción en caso de un descenso de los precios del crudo, como las sensacionales parrandas de los gobiernos en épocas de vacas gordas –especialmente el de Carlos Andrés Pérez en la década del setenta.
EL INQUIETO COBERO
Los despilfarros del gobierno chavista son ya de antología, y no deseamos aburrir al lector con un listado de sus egregios derroches. Tal vez con la excepción de enviar un venezolano a la luna y de cortar todas las amarras que aferran a Venezuela al continente latinoamericano a fin de convertirla en otra isla caribeña, cuanto gasto se le ha ocurrido a Chávez, se ha concretado.
Como recordó Caracas Chronicles, ya en el 2002, “tuvimos el escandelete del FIEM, cuando Chávez reconoció que había malversado 1.400 millones de dólares destinados al FIEM y, de manera predecible, no enfrentó consecuencia alguna”. (Caracas Chronicles, 24 de noviembre de 2005).
Si el gobierno chavista hubiera acatado las normas del FIEM, en estos momentos contaría con unos 100.000 millones de dólares para paliar la crisis, señaló la revista The Economist. (Para Caracas Chronicles, la cifra está más cercana a los 116.000 millones de dólares). Ese dinero hubiera sido muy necesario para enfrentar la crisis actual, la peor que vive Venezuela desde la década del ochenta, pese a los “blindajes” inventados por el gobierno, especialmente el blindaje ante la realidad.
Por supuesto, el gobierno alega que el dinero del FIEM ha sido transferido al Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden). El ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, dijo que unos 57.000 millones de dólares pasaron en los últimos años del FIEM al Fonden.
“Sin embargo”, dice The Economist, “según cifras del ministerio, había sólo 6.000 millones de dólares en el fondo para fines de diciembre, poco antes de que el gobierno hiciera una incursión a las reservas del Banco Central y sacara 12.000 millones de dólares para cubrir” el déficit. “Lo que ha ocurrido con ese dinero a partir de entonces, sigue siendo confuso”, añadió la revista.
Es obvio que si el gobierno se vio obligado a sacar 12.000 millones de dólares de las reservas del Banco Central, era porque no encontraba billetes en ninguna otra parte.
The Economist estima que si bien el déficit presupuestario puede ser reducido a través del aumento del Impuesto al Valor Agregado, que pasa de un nueve a un 12 por ciento, “eso dejará una brecha de más de 10.000 millones de dólares que deberá ser llenada mediante préstamos. Puesto que el crédito externo es virtualmente imposible de obtener, ese requerirá un 180 por ciento de aumento en la deuda interna del gobierno”.
Aunque Chávez ha prometido excluir del remezón a los programas de bienestar social y aseguró que la crisis no podrá frenar la marcha de Venezuela hacia el socialismo, la independencia y la grandeza, la crisis si puede alimentar una inflación ya galopante. El gobierno calcula que la inflación del 2009 será inferior al 20 por ciento.
Recomendamos al lector de TalCual no hacerse demasiadas ilusiones con esas cuentas del gran capitán. El año pasado, el primer pronóstico sobre la tasa de inflación fue del 11 por ciento. Tras revisar tres veces la cifra, los cálculos del gobierno fueron inferiores a la cifra real de inflación, que llegó a un 31,9 por ciento. Por lo tanto, el aumento del salario mínimo en apenas un 20 por ciento, representará un pequeño paliativo en otro doloroso ajuste del cinturón.
Lamentablemente, Chávez siempre pensó que la única moraleja que podía extraerse de la fábula de la cigarra y la hormiga era la necesidad de reprimir a la hormiga con gas del bueno. Aunque no hay muchos religiosos en el cogollo chavista, todos están convencidos de que Dios proveerá. Como dice el economista José Guerra, la estrategia del gobierno es “encender todos los días una vela a la virgen y rogar que la economía capitalista se recupere”.
Entre tanto otros, más pesimistas, temen que algún día, en las bóvedas del Banco Central de Venezuela, sólo quede un solitario plumero.
TalCual
Harry Blackmouth/ Crónicas de Nueva York
Hillary Clinton: Resulta "infantil" debatir con Chávez
Espero que cambie su comportamiento para el beneficio del pueblo de Venezuela, de sus vecinos y de todo el hemisferio
En entrevista con el canal hispano Univisión trasmitida la mañana del domingo, Hillary Clinton dijo que su gobierno no responderá a los calificativos de "ignorante" que la semana pasada le endilgó el presidente venezolano a su par estadounidense. Sin embargo, se permitió unas recomendaciones a Caracas. Las diferencias de EE.UU. con Chávez incluyen la política económica."No vamos a entrar en ese debate, el debate de insultos, eso es algo tan infantil que no vamos a responder a eso", dijo la secretaria de Estado en una entrevista grabada en su despacho en Washington la víspera de su reciente viaje a México.
Aunque el tema dominante de la entrevista fue la política hacia México, que por esta semana anunció la Casa Blanca, el presentador del programa quiso saber la reacción del gobierno ante las palabras de Chávez.
"Obviamente tenemos muchos problemas con el presidente Chávez y la manera como está maltratando al pueblo venezolano. La manera como trata a sus vecinos. Su actitud general en política doméstica e internacional que no creemos que esté en el mejor interés de nadie" afirmó Clinton.
"Que Chávez cambie"
Hillary Clinton recordó que "la democracia es más que realizar elecciones" refiriéndose al argumento del gobierno venezolano que cuando se cuestionan sus credenciales democráticas exhibe la realización de 11 elecciones y referéndums en la década que lleva Chávez en el poder.
Espero que cambie su comportamiento para el beneficio del pueblo de Venezuela, de sus vecinos y de todo el hemisferio
Hillary Clinton
Pero para Washington también hay diferencias en la filosofía de economía política que utiliza Caracas que, en la promoción de lo que definen como "el socialismo del siglo XXI", ha estatizado varios sectores de la economía.
"Creemos que está en el interés de Venezuela promover una economía de libre mercado y no caer en las políticas fracasadas del pasado cuando se apropiaron de compañías y negocios para verlos después fracasar", afirmó.
Por último Clinton dijo esperar que Chávez "cambie su comportamiento para el beneficio del pueblo de Venezuela, de sus vecinos y de todo el hemisferio".
"Pobre ignorante"
Los comentarios de Clinton han sido los más duros pronunciados hasta ahora por funcionario alguno del gobierno de Barack Obama y se producen en respuesta a las palabras de Chávez, quien la semana pasada acusó de "pobre ignorante" al mandatario estadounidense.
Hugo Chávez
Chávez espera una rectificación sobre las supuestas acusaciones.
Chávez calificó así a Obama por un comentario, según él, supuestamente salido de la Casa Blanca en el que se acusaba al gobierno venezolano de "patrocinar el terrorismo".
"Al menos uno pudiera decir pobre ignorante, que estudie, que lea un poco para que aprenda cuál es la realidad de lo que está viviendo y la realidad de América Latina y la realidad del mundo", dijo Chávez a Obama durante su programa dominical Aló Presidente
Aunque ese mismo día Chávez aseguró que "ni nos va ni nos viene el imperio de los Estados Unidos", también dijo esperar que la Casa Blanca rectifique para que las maltrechas relaciones entre ambos países puedan mejorar.
Cita en Trinidad y Tobago
Los vínculos entre Caracas y Washington están en su más bajo nivel, desde que el año pasado Chávez expulsó al embajador estadounidense del país en solidaridad con el gobierno de Bolivia que había tomando días antes una decisión similar.
El gobierno venezolano acusa al estadounidense de intentar desestabilizarlo y asegura que promovió el golpe de estado que en abril de 2002 sacó a Chávez brevemente del poder, aunque no ha suministrado las pruebas y pese a que Washington lo niega.
Sin embargo, con el fin de la era del presidente George W. Bush muchos esperaban que las tensiones bilaterales se redujeran, sobre todo considerando que ambos son importantes socios comerciales y que EE.UU. importa más de un millón de barriles de petróleo venezolano cada día.
Pese a este nuevo impasse retórico, muchos siguen confiando en que Chávez y Obama tengan algún tipo de intercambio o contacto en la Cumbre de las Américas que se realizará a mediados de abril en Trinidad y Tobago. Aunque sea un saludo en los pasillos.
BBC Mundo
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_7970000/7970996.stm
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