miércoles, 1 de abril de 2009

Rosales, ¿un eslabón más de la cadena?


Huir sería profundamente negativo para su liderazgo, pues el Zulia va a sentir que su líder desaparece. Creo que debería enfrentar los hechos, independientemente si siente que la justicia está sesgada.


¿Casualidad o mera coincidencia? Todos los enemigos públicos del presidente Hugo Chávez han terminado tras las rejas, o peor aún fugados de la justicia venezolana. Eduardo Lapi, Pedro Carmona Estanga, Carlos Ortega, y más recientemente Nixon Moreno, pueden dar fe de lo que significa ser un preso político del gobierno revolucionario. El turno ahora es del alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales, a quien desde el año pasado el primer mandatario amenazó con “borrarlo del mapa político”. Desde la semana pasada, los rumores de la supuesta salida del país del burgomaestre marabino comenzaron a correr como pólvora.
Sin ser confirmadas, las declaraciones del pasado lunes del diputado oficialista Carlos Escarrá, terminaron de calentar el caldero: “El señor Manuel Rosales se escapó del país”.
El analista político, Alfredo Pineda, argumentó: “Conociendo las experiencias judiciales de los presos políticos venezolanos, Rosales no tiene garantía de un juicio justo. Ante eso, cualquier ser humano está en el legítimo derecho natural de poner en salvaguarda su integridad física”.

A juicio del también abogado, el Tribunal Supremo de Justicia no asegura las garantías individuales del Alcalde de Maracaibo, con “un proceso libre de presiones en donde se cumpla toda la normativa jurídica que está contemplado en la ley”.
En tres y dos también lo colocó el periodista zuliano Roberto Giusti, que en un artículo publicado en el diario El Universal, aseguró que en estos momentos Rosales enfrenta el compromiso con una parte del país que le dio cuatro millones de votos en las presidenciales del 2006, pero por la otra: “Si se va, ciao Rosales, desaparece del mapa político. Si se queda, lo ponen tras las rejas”.

El Alcalde sería -según el escritor-, “el preso más problemático que tenga el gobierno de Hugo Chávez y el juicio, si lo hay, puede desatar pasiones”.

Zapatero a su zapato
En defensa de las habladurías en torno a la huida de Rosales, Pablo Pérez, gobernador del Zulia, negó que estuviera en Panamá, tal como lo había anunciado la noche anterior el diputado Escarrá.
“Manuel está trabajando, por supuesto reuniéndose con sus abogados defensores y esperando que la jueza fije la audiencia preliminar”, expresó el dirigente regional en entrevista a Unión Radio, al tiempo que invitó sarcásticamente al parlamentario nacional a que se dedique a dirigir la Disip y la DIM.

Para descartar cualquier medida de detención, ayer el director del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), Wilmer Flores Trossel, negó que a su despacho haya llegado alguna orden de aprehensión en contra del Alcalde de Maracaibo.
"Una vez que llegue -adelantó- si así está bien de parte de los tribunales de justicia y que nos comisionen a nosotros, entonces allí procederemos a iniciar una búsqueda".

Y precisamente en tela de juicio, Giusti colocó las autoridades militares y policías venezolanas, y los llamó “inútiles”, pues a su parecer, no es posible que los presos más connotados del Gobierno, hayan protagonizado una “insólita cadena de fugas”. “Caen fácilmente en el soborno o simplemente relajaron la vigilancia porque así se les instruyó”, añadió en su texto.

Pensarlo bien
Como un “proceso de tensión política” definió el sociólogo y profesor de la Universidad del Zulia, Leoncio Pinto, el contexto que enfrenta Rosales, quien a su parecer, debe pensar bien la decisión que vaya a tomar, por su condición de liderazgo de la oposición venezolana.

“No sé lo que Manuel Rosales se va jugar, es una decisión personal. Huir sería profundamente negativo para su liderazgo, pues el Zulia va a sentir que su líder desaparece. Creo que debería enfrentar los hechos, independientemente si siente que la justicia está sesgada. Carlos Andrés Pérez lo dijo antes de su juicio: ‘Llueve pero escampa’. Pese a su posición política, él tuvo la fortaleza de enfrentar un juicio”.

Pero para Pineda la presunta salida del país del Alcalde no es del todo negativa, aunque ahora el oficialismo quiera demostrar lo contrario. “Estoy seguro que el Gobierno que es el acusador hará todas las manipulaciones de opinión pública necesarias para presentar eso como una victoria, y le van a sacar el mayor provecho político, pero ya habrá tiempo para valorar eso. En la política el tiempo cuenta. Lo que hoy pareciera ser perjudicial mañana puede ser beneficioso para Rosales, quien esta vez pudo decidir no someterse a ese linchamiento político”.

No es delito
El caso de Manuel Rosales aún espera por la decisión del Tribunal 19no. en Caracas, que desde la semana pasada debió haber fijado la fecha para la audiencia preliminar, pero que tras un “silencio sospechoso” no se ha pronunciado.
Si se demuestra que el Alcalde está fuera del país, en estos momentos no incurre en ningún delito, puesto que aún el Fiscal encargado de su causa no ha sancionado una medida que lo prohíba, ni tampoco lo ha citado a declarar.
Pero, si el Tribunal dicta sentencia o fija fecha de audiencia, y el Alcalde no se presenta, “es casi seguro que se resuelva dictarle orden de detención”, según lo explica el abogado Alfredo Pineda.

La Verdad

2 comentarios:

Alba dijo...

Lo que pasa en mi opinión es que no hay garantías ni estado de derecho ...él creo es el primero que quisiera dar la cara así como hizo cuando fue a la Asamblea Nacional que lo tuvieron todo el día y sin ningún derecho como es aunque sea tomar agua.Ni siquiera han querido recibir como prueba para su defensa las declaraciones juradas ni de bienes.Encima tememos por su seguridad , así que no sabemos que irá a pasar.Que La Chinita lo proteja , porque el gran delito de Rosales es ser lider en su tierra y haber cumplido durante sus gestiones con lo ofrecido.Saluditos desde Maracaibo.

Pandora dijo...

Rosales se encuentra en un verdadero dilema:

Si huye dirán que es culpable, y se van a ensañar con su familia.

Si acude al tribunal lo dejarán preso de una vez, lo juzgarán y lo condenarán a 10 o 15 años.

Es una acusación falsa la que se esgrime en su contra. Es una orden de Chávez meterlo en la cárcel.