Golpista eres tú

A qué juega un gobierno conjurado que patea todos los días la Constitución

Cuando Su Serenísima Majestad, después que le fuera negada la "inconstitucional reforma constitucional" en diciembre de 2007, tapizó las paredes de los edificios públicos con la amenaza del "por ahora", estaba propinado el cuarto de los seis golpes de Estado que le ha asestado a la Carta Magna. La mitad de ellos perpetrados en los últimos diez años contra "su" Constitución, la que en algún momento calificó como "la mejor del mundo". Es el mismo librito azul que ahora pisotea y lanza a la basura. Por cierto, basura que tampoco recoge Jorge Rodríguez en el municipio Libertador.

En las primeras conspiraciones utilizó tanques y fusiles. Con la consecuente muerte de ciudadanos inocentes, por ninguno de los cuales fue condenado a 30 años de cárcel. Armas, aquellas, que la República le confió para la defensa de la misma. En las actuales rebeliones contra la Constitución Su Excelencia Imperial emplea como arietes a solícitos fiscales y jueces.

Tras los dos intentos fallidos de alzamiento militar contra el presidente Pérez en 1982, la entonces Corte Suprema de Justicia propició un tercer golpe a la Constitución al autorizar un proceso constituyente ilegítimo. Otra asonada (frustrada inicialmente) resultó la pretendida reforma constitucional de 2007. Los cambios ilegales de forma y fondo fueron rechazados por el pueblo en referendo. El quinto fraude lo constituyó el desacato de esa consulta popular que le negó a Usía la reelección perpetua. La que logró írritamente con la complicidad de la AN y el CNE al enmendar la Carta Magna y convocar un referendo plebiscitario.

La actual arremetida contra la legalidad, los principios y los derechos ciudadanos es masiva, desmedida e improcedente. Es gorilista, al mejor estilo de las tiranías africanas, algunos de cuyos caudillos están procesados por tribunales internacionales. El uso-abuso de las instituciones del Estado y la Fuerza Armada para violentar la Constitución no deja dudas del talante totalitario del Emperador tropical. La sentencia contra los comisarios y funcionarios de la PM, la reversión de la descentralización, la militarización de puertos y aeropuertos, la eliminación de la Alcaldía Mayor, la persecución a Rosales, Ledezma y demás gobernantes de oposición, la modificación de leyes para desconocer la propiedad y eliminar la empresa privada, etc., son acciones golpistas porque contravienen la Constitución, la cual vienen sustituyendo por leyes irritas y fraudulentas.

A qué juega un gobierno conjurado que patea diariamente la Constitución. Que oprime y reprime al pueblo. Que con su ineficacia, despilfarro y corrupción provocó una crisis de dimensiones impredecibles. El malestar popular y las protestas aumentan. Los problemas del país (desempleo, inflación, desabastecimiento, inseguridad, etc.) se agravan. La militarización del país no garantiza gobernabilidad.

Miguel Sanmartín
El Universal




De Llaguno a Maracay

Estamos ante un comportamiento que pone en tela de juicio al Poder Judicial

El viernes de Dolores se dicta sentencia condenatoria contra los PM acusados de criminales el 11A del 2002. La consternación es grande y en no pocos los sentimientos encontrados generan indignación. Estamos ante un comportamiento que pone en tela de juicio al Poder Judicial.

Fueron tales las evidencias presentadas sobre los pistoleros de Puente Llaguno que terminaron en prisión. Al poco tiempo fueron absueltos y condecorados como héroes de la patria. La mirada se volvió hacia los servidores del orden público. Porqué el juicio tuvo tantas irregularidades y aplica la máxima pena sin que medien "evidencias claras". A qué obedece el doble comportamiento del "mismo" Poder Judicial.

Cuando la justicia se vuelve selectiva y pierde credibilidad y legitimidad. La justicia humana no es sólo el pago de una pena. Requiere del respeto a la condición humana y a la vida, que están por encima de cualquier otra connotación. Pero, además, tiene una dimensión social. Debe producir una sanación en un doble aspecto: devolver la confianza a quienes tienen el derecho de circular libremente y a poner en remojo las barbas de quienes tienen la difícil misión de andar armados para defender la vida de todos. Toda moral que pone por encima "la salud" del sistema sobre los derechos humanos fundamentales, se convierte en una moral inhumana que acaba triturando a sus propios fautores. Por una razón muy sencilla: la vida concreta no vale nada, es sólo un instrumento para la consolidación de un sistema político. La historia desde la Revolución Francesa para acá es prolija en los efectos funestos y macabros de tal conducta.

Estamos en los días santos. El calvario de la muerte de un inocente, Jesús, es el drama permanente de los más débiles de la humanidad. La pasión y muerte sólo tienen sentido si desembocan en la resurrección. Es la esperanza que mueve montañas.

Mons. Baltazar Porras El Universal