domingo, 17 de febrero de 2008

Venezuela es un rico que muere de hambre


El desabastecimiento de productos básicos en Venezuela es cada vez mayor y se convierte en el talón de aquiles del proyecto de Chávez.

¿Quién está pasando dificultades en Venezuela? El pueblo. ¿Y quién es el pueblo? Según el comandante Hugo Chávez, el motor de la revolución bolivariana. ¿Entonces, qué pasa con la revolución bolivariana? Que le apretaron el estómago y está parada.

La autora de esta ecuación simple es Karla Rodríguez, ama de casa y madre de una niña de once meses, quien dice que en esta semana ya son tres las veces en que ha llegado corriendo a un supermercado Mercal (centro de abastos del Estado) sin alcanzar a comprar leche. Pero cuando la consigue, no la puede pagar.

Imagínate, una lata que debe costar entre $16.000 y $17.000 bolívares te la ofrecen los buhoneros (vendedores ambulantes) a $35.000 y hasta a $40.000 bolos”, asegura.

Eso no lo entiende su hija Mayté y por eso ha debido recurrir a medidas desesperadas para preparar sus teteros. “Cuando no hay leche me toca comprar leche condensada y disolverla en medio litro de agua hervida…mira dónde hemos llegado”.

Pequeños dramas cotidianos como este abundan en Caracas desde cuando el Gobierno adoptó una serie de medidas que, según el economista José Guerra, afectan la oferta de bienes y, en consecuencia, también el consumo.

Este es el resultado del control de precios ordenado desde el 2003 y que acabó con la rentabilidad de los sectores productivos; el control al cambio de divisas, que dificulta la importación de materia prima, y las invasiones masivas de hatos y haciendas, que acabaron con los rebaños”, dice Guerra.

Karla no sabe que el problema de la leche es mucho más grave de lo que ella piensa. En la actualidad la capacidad de producción lechera de Venezuela es de 1.700 millones de litros por año, pero la demanda rebasa los 3.400 millones anuales.

El presidente de una de las empresas lácteas consultadas por El País, quien accedió a hablar a cambio de no revelar su nombre, aseguró que los empresarios se negarán rotundamente a producir a pérdidas.

Ni esta empresa, ni ninguna otra, va a vender a menos del costo de producción. Aquí los precios son regulados mientras los insumos continúan a diario en una carrera inflacionaria”, señala.

El pan diario

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Pero el caso de la leche es sólo un ejemplo de lo que viene ocurriendo con otros alimentos como el arroz, un producto del que se requieren 89.000 toneladas para normalizar el consumo. Igual ocurre con el aceite, la harina de pan, los huevos, el azúcar y la carne.

Emilio Rojas, coordinador alimentario del partido Un Nuevo Tiempo, dice que la cantidad de toneladas de carne que se necesitan para surtir el mercado nacional sólo podrían conseguirse a través de un puente directo con Colombia.

Y el analista y economista Miguel Muñoz cree que la situación esta lejos de normalizarse. “Al inversionista no se le estimula y en cambio se le crea un ambiente hostil y se le amenaza con expropiarlo, sin importar que el Estado no está en capacidad de producir en la forma que lo vienen haciendo las empresas privadas”, asegura Muñoz.

De acuerdo con las cifras que manejan las cámaras de producción, la empresa privada fabrica más del 70% de los alimentos que consumen los venezolanos.

Pero además de ser un problema alimentario, el desabastecimiento está cambiando parte de la cultura del pueblo patriota.

Tradicionalmente, en la tierra del Libertador la mesa ha estado servida con arroz, caraotas (fríjoles negros), leche y carne. Sin embargo, en hogares como el de Karla han debido ser sustituidos por espaguetis y gaseosa.

Incluso, las servilletas han cambiado su uso desde que el papel higiénico empezó a escasear.

Y las vanidosas mujeres venezolanas podrían quedarse en dos meses sin tintes, labiales y rubores.

Según advirtió esta semana la Asociación Venezolana de la Industria Química, el control de cambios que aplica el Gobierno tiene frenada la importación de insumos y si la situación no se soluciona, a mediados de mayo empezarían a escasear productos cosméticos, pinturas, pegamentos, cauchos y maderas aglomeradas.

Karla, resignada, dice que “por lo menos ni yo ni mi hija nos enfermamos, porque aquí tampoco se consiguen algunas medicinas”.

Y concluye con una verdad inocultable: “El desabastecimiento no es una novela de Globovisión, como dice el Gobierno”.

¿Política alimentaria?

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El presidente Hugo Chávez amenazó con intervenir a las multinacionales Parmalat y Nestle si se comprueba que detrás del desabastecimiento de leche hay un sabotaje.

El Gobierno de Venezuela creó Pdval, una filial de la empresa petrolera Pdvsa, que venía importando de Estados Unidos lácteos, maíz, trigo, carne y aceite, pero sus cuentas internacionales fueron recientemente congeladas.

El Gobierno de Chávez anunció que tomará las tierras aptas para la agricultura que no sean cultivadas por sus propietarios, con el fin de destinarlas a la producción.

El precio regulado del arroz acaba de subir de 1.600 bolívares el kilo a 2.100 bolívares.

Venezuela es un rico que muere de hambre
Hugo Mario Cárdenas, enviado especial de El País, Cali (Colombia)

http://www.noticias24.com/actualidad/?p=12083

1 comentario:

airwolf97 dijo...

La situación que vive Venezuela actualmente ,se parece mucho a la vivida por Chile el año 1973:desabastecimiento,colas,Reforma Agraria que incluía expropiaciones de
Fundos (Fincas).El Título está bien puesto:Un país rico que se muere de hambre.

Saludos