jueves, 21 de febrero de 2008

Los manifestantes atacan las embajadas de EEUU, Croacia y otros países en Belgrado














  • La protesta convocada por el Gobierno y varios partidos quedó eclipsada por la violencia
  • Jóvenes incontrolados provocaron un incendio en la sede de la legación estadounidense
  • Unas 200.000 personas participaron en los actos pacíficos en el centro de la ciudad

MADRID | BELGRADO.- La manifestación convocada en Belgrado para "mostrar de manera pacífica al mundo que Serbia no acepta la independencia de Kosovo" acabó eclipsada por la violencia. Decenas de personas atacaron las embajadas de EEUU y otros países que apoyan la secesión unilateral de la antigua provincia.

Mientras unos 200.000 manifestantes participaban en los actos organizados en el centro de la ciudad, un grupo se desplazó hasta la sede de la legación diplomática estadounidense, que había sido cerrada unos días antes.

Los jóvenes incontrolados lanzaron piedras contra el edificio y provocaron un incendio al lanzar bengalas en su interior, aunque el fuego sólo afectó a una de las oficinas y fue sofocado poco después por los bomberos.

Uno de los manifestantes escaló hasta el primer piso para arrancar la bandera estadounidense y colocar la serbia en su lugar. Desde abajo, un millar de personas lo aclamaron entre gritos de "¡Serbia, Serbia!".

Una hora y media después de que comenzaran los incidentes, unos 200 policías antidisturbios llegaron al lugar y golpearon y arrestaron a algunos de los alborotadores. Al menos 32 personas resultaron heridas en los enfrentamientos.

Contra comercios y autobuses

El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Sean McCormack, compareció ante los medios en Washington tras conocer lo sucedido. "Estamos en contacto con el Gobierno de Serbia para asegurarnos que dedican los recursos necesarios para afrontar la situación", dijo.

Además de la Embajada de EEUU, también sufrieron ataques las de Croacia, Turquía y Reino Unido. Las banderas de las dos primeras corrieron la misma suerte que la estadounidense.

su paso, los jóvenes rompieron los cristales de bancos y escaparates de varios restaurantes y tiendas, al tiempo que dañaron autobuses y señales de tráfico en algunas calles. Los bomberos tuvieron que acudir a la céntrica plaza Slabvija para apagar las llamas de un restaurante McDonald's.

'Canalizar la furia y la cólera'

El resto de manifestantes continuó participando en la multitudinaria protesta pacífica convocada por el Gobierno y varios partidos con representación parlamentaria, bajo el lema "Kosovo es Serbia".

Los congregados portaban banderas de Serbia y pancartas con frases como "Kosovo es el corazón de Serbia" o "Permanecerá serbio", así como iconos cristianos ortodoxos y fotos de los serbios desaparecidos durante la guerra de 1998-99 y después del conflicto.

La marcha comenzó en la plaza frente al emblemático edificio del Parlamento, donde los presentes —algunos de ellos procedentes de Montenegro y Bosnia— entonaron "Dios de justicia", el himno nacional.

El objetivo, según los organizadores, era "canalizar el descontento, la furia y la cólera, y mostrar de manera pacífica al mundo que Serbia no acepta la independencia de Kosovo".

El Mundo, España

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/21/internacional/1203610068.html

ANÁLISIS | LA INDEPENDENCIA DE KOSOVO

Se abre otra caja de Pandora en los Balcanes


MADRID.- Con la declaración de independencia, los albano-kosovares consiguen, con la ayuda de EEUU, Francia, la RFA e Italia, el sueño de su vida, pero abren otra caja de Pandora con graves riesgos de desestabilización dentro y fuera de los Balcanes.

La independencia de Kosovo cierra el círculo de las guerras balcánicas iniciadas por Slobodan Milosevic cuando proclamó, a finales de los ochenta, en territorio kosovar su proyecto de una Gran Serbia que incluía dos tercios de Bosnia, un tercio de Croacia, todo Montenegro y Kosovo.

Aunque el derecho internacional está claramente de parte de Serbia, que considera "nula e ilegal" la independencia kosovar, hace muchos años que, con su represión y violencia, el régimen serbio perdió su autoridad moral sobre la mayoría albano-kosovar.

Parte de Serbia desde el siglo XIII, las migraciones y las guerras dieron la mayoría demográfica a los musulmanes a principios del siglo XX, pero el territorio siguió formando parte de Yugoslavia y desde 1974 se convirtió en provincia autónoma de la antigua Yugoslavia.

La retirada de la autonomía por Milosevic desató el proceso que desembocó en 1997-98 en la organización de la guerrilla UCK y en los bombardeos de la OTAN durante diez semanas de 1999. Desde entonces, el territorio ha estado en un limbo jurídico, administrado por la ONU y protegido por la OTAN, que se ha comprometido a mantener los 16.000 soldados desplegados hoy en Kosovo.

Los dirigentes serbo-bosnios han amenazado con seguir los pasos de los albano-kosovares. Con el control del 50% de Bosnia, si lo hacen romperían los acuerdos de Dayton que pusieron fin a las últimas guerras balcánicas en 1995 y entraríamos en otro periodo de fuertes convulsiones en la zona.

Vitaly Churkin, embajador ruso en la ONU, advirtió el jueves en el Consejo de Seguridad del peligro de "graves amenazas para la seguridad de la población local, de violencia interétnica y de actividades extremistas en Kosovo y en el resto de los Balcanes".

Otros pueblos este-europeos como los de Nagorno-Karabaj, Ossetia del Sur, Abjazia y Trandsnistria pueden ver en la independencia kosovar un modelo a seguir e intensificar sus demandas de independencia.

Si Serbia retira embajadores, impone sanciones o rompe relaciones con los Estados que reconozcan al nuevo país, se aislará peligrosamente del resto de Europa y se echará en brazos, para sobrevivir, de Rusia, que acaba de adquirir el control de la petrolera estatal serbia y que estaría encantada de abrir bases militares permanentes en los Balcanes, de donde fue expulsada por Tito tras la segunda guerra mundial.

"Serbia hará lo que tiene que hacer cualquier país con un mínimo de dignidad", advirtió el jueves por televisión el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha insistido hasta la saciedad en que la independencia kosovar es ilegal y peligrosa, y ha anunciado que Rusia tiene a punto un plan para lo que ya se veía venir desde hace meses o años, aunque no ha concretado el contenido de dicho plan.

Grecia es uno de los seis países de la Unión Europea que hasta primeros de febrero seguían oponiéndose también a la independencia de Kosovo. España, con graves problemas separatistas en el Pais Vasco y Cataluña, comparte sus temores, aunque ha preferido mantener un perfil bajo en esta crisis por su incapacidad para modificar el resultado final.

La ministra de Exteriores griega, Dora Bakoyannis, viajó a Washington el 14 de febrero para reiterar por enésima vez su temor de que el norte de Chipre decida imitar a Kosovo, y que los albaneses de Macedonia y de Albania, con grupos radicales fuertemente armados, se sientan legitimados para lanzarse a la realización de su sueño de una Gran Albania.

La fuerza de 2.000 policías, jueces y funcionarios que la UE va a desplegar desde este fin de semana, que irá sustituyendo a la ONU durante una fase de transición de cuatro meses, no es suficiente para asegurar el orden si la minoría serbo-kosovar, formada por unas cien mil personas, decide proclamar su propia independencia en el norte del país, con Mitrovica como capital, y enfrentarse abiertamente a las autoridades de Pristina.

Obviamente, lo que hagan dependerá de las órdenes, organización, financiación, equipamiento y dirección de Belgrado, y de la estrategia que Rusia esté dispuesta a seguir en la región.

Las medidas que Serbia y Rusia pueden utilizar para ahogar al recién nacido Kosovo van desde el cierre de fronteras a un embargo comercial, el rechazo de los pasaportes kosovares y cortes de los suministros de petróleo, gas, electricidad, teléfono, agua y servicios de internet.

Es probable que la coalición gobernante en Belgrado, incapaz de ponerse de acuerdo sobre la mejor respuesta a la independencia de Kosovo, se rompa en las próximas semanas. En tal caso, el presidente Boris Tadic se vería obligado a adelantar las elecciones legislativas de 2011 a mayo de este año.

La votación se convertiría en otro referéndum sobre el futuro del país, que tendría que optar de nuevo por la UE o por Rusia. De volver a las urnas, es más que probable la victoria del Partido Radical, lo que alejaría y complicaría la futura integración de Serbia en la UE.

Felipe Sahagún

El Mundo, España

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/15/internacional/1203077453.html



Protesters Attack U.S. Embassy in Belgrade

BELGRADE — Demonstrators attacked the United States Embassy and set part of it ablaze Thursday as tens of thousands of angry Serbs took to the streets of Belgrade to protest Kosovo’s declaration of independence.

Witnesses said that at least 100 people broke into the Embassy and torched some of its rooms. One protester was able to rip the American flag from the facade of the building. An estimated 1,000 demonstrators cheered as the vandals, some wearing masks to conceal their faces, jumped onto the building’s balcony waving a Serbian flag and chanting “Serbia, Serbia!” the witnesses said. A convoy of police firing tear gas was able to disperse the crowd.

The Associated Press reported that the small fires at the Embassy were quickly extinguished by firefighters.

The United States has been a strong advocate of Kosovo’s independence from Serbia and was among the first countries to recognize the new state, stoking deep resentment. While jubilant Albanians wrapped themselves in the American flag throughout Kosovo this week, protesting Serbian nationalists have burned it to show their discontent.

Serbian television reported that the Croatian Embassy had also been attacked and the state news agency said the Bosnian and Turkish Embassies were also targeted. Emergency services said that at least 30 people had been injured in the incidents, half of them police. Security sources estimated that 150,000 people joined the protests.

Groups broke into a McDonald’s restaurant in central Belgrade and destroyed its interior. Witnesses said vandals were attacking foreign-owned shops, including a Nike store, and were seen carrying off running shoes and other goods as Serbian police looked on.

The United States Embassy had been closed since Sunday after it was targeted by demonstrators and employees had been told to stay home. A State Department spokesman, Sean McCormack, on Thursday urged the Serbian government to protect the Embassy, the Associated Press reported. He said the ambassador was at his home and was in contact with American officials.

At the United Nations, Zalmay Khalilzad, the United States ambassador, said he was “outraged” by the attack on the Embassy and would be seeking a unanimous statement today from the 15-member Security Council condemning it.

“The Embassy is sovereign U.S. territory,” he said. “The government of Serbia has the responsibility under international law to protect diplomatic facilities, particularly embassies.”

The violence fueled growing fears in Washington and Brussels that Serbia was turning to the virulent nationalism of the past.

But Serbian analysts predicted the country would ultimately embrace the West as it came to terms with losing its medieval heartland.

In recent days, Western leaders have looked on with growing alarm as Serbia’s hard-line Prime Minister Vojislav Kostunica, who helped lead the revolution that overthrew Slobodan Milosevic in 2000, has replicated the nationalist rhetoric of the late dictator, who used Serbs’ outrage that their ancestral heartland was dominated by Muslim Albanians to come to power in Serbia.

“As long as we live, Kosovo is Serbia,” Mr. Kostunica told the crowd in Belgrade, who thronged next to the old Yugoslav Parliament building chanting patriotic songs. “We’re not alone in our fight. President Putin is with us.”

In a sign of the divisions within Serbia’s government, the pro-Western President Boris Tadic was conspicuously absent from the rally, on a state visit to Romania.

Western diplomats said their hope for a moderate, outward-looking Serbia had been buttressed by the recent re-election of Mr. Tadic, who campaigned on the argument that holding on to Kosovo did not justify sacrificing Serbia’s future in Europe.

Their optimism, however, was tempered by the strong election showing for Mr. Tadic’s opponent, Tomislav Nikolic, a far-right nationalist who has exploited Serbs’ discontent over Kosovo by arguing that Serbia should reject Europe and look to Moscow and China instead.

But while Moscow has gained in popularity in Serbia by blocking Kosovo’s integration into the international community, leading Serbian intellectuals said most Serbs realized that the Kremlin’s willingness to fight for their cause was limited and driven by self-interest.

“Russia wasn’t there to help Serbs during the disintegration of the former Yugoslavia, it wasn’t there to help Serbs in 1999 during the NATO bombing and most people realize it will not go that far now,” said Zoran Dogramadziev, a leading Serbian writer.

In the short term, analysts said an anti-European Union backlash would gain force following the West’s support for an independent Kosovo. But Marko Blagojevic, an analyst with the Center for Democracy and Free Elections in Belgrade and a leading pollster, stressed that recent polls showed that 65 per cent of Serbs saw their future in the European Union.

Mr. Blagojevic said he did not believe this had drastically changed. He noted that only about 10 percent of Serbs supported going to war over Kosovo, and many were pensioners and housewives.

Serbian analysts said that rather than reflecting a resurgence of dangerous nationalism, the protests over Kosovo reflected disenchantment by the “losers of the transition” — those Serbs who have not benefited from the country’s democratic transformation during the eight years since Mr. Milosevic fell.

Unemployment hovers at about 21 per cent, while the country’s annual per capita gross domestic product of about $7,400 has made Serbia one of Europe’s poorest countries.

Without European Union membership, Serbs do not enjoy the open borders of their neighbors. Many Serbs say they feel isolated and closed in.

Yet many of the younger generation, hungry for flashy cars and for the European Union visas that would help them see the world, say they would happily trade poor, landlocked Kosovo for better jobs and economic security.

“For my generation, the opportunity to have a good life is far more important than this piece of land,” said Aleksandar Obradovic, a 23-year-old political scientist from Belgrade who did not protest on Thursday and, like many Serbs, has never set foot in Kosovo.

Ljubica Gojgic, a leading Serbian commentator, noted that Mr. Milosevic had been overthrown by the Serbian people, who had recently put their faith in a newly elected moderate president, backed by the West. “If Tadic is good enough for the E.U. and Washington, why is he not acceptable to the Albanians in Kosovo?” she asked. “Milosevic is dead.”

Dan Bilefsky reported from Pristina, Kosovo..

The New York Times

http://www.nytimes.com/2008/02/22/world/europe/22kosovo.html?_r=1&hp&oref=slogin


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