La situación financiera de la estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) podría alcanzar niveles críticos que afecten su capacidad de producción a corto y mediano plazos, mientras se incrementa el peso de un endeudamiento que ya compromete las reservas petroleras a futuro por primera vez en la historia del país sudamericano, advirtieron expertos.
El músculo financiero de la petrolera venezolana, que ha recibido ingresos brutos por más de $650,000 millones en nueve años de gobierno del presidente Hugo Chávez, podría quedar severamente debilitado debido al amplio gasto social que está subvencionando en Venezuela, el bajo nivel de las inversiones en exploración y explotación petrolera y una cifra inusual de endeudamiento.
Sólo el año pasado, PDVSA adquirió una deuda superior a los $12,000 millones, y podría verse obligada a pagar unos $10,000 millones a transnacionales energéticas, incluyendo ExxonMobil, para compensar por las nacionalizaciones que ejecutó a mediados del 2007, afirmó el economista José Guerra, un académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
El presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, ha defendido el desempeño económico de la empresa argumentando que el año pasado el 92.5 por ciento de las exportaciones petroleras quedaron bajo control estatal, mientras que aumentó su contribución fiscal en un 15 por ciento, a más de $42,000 millones en el 2007.
Pero el debilitamiento de las finanzas de PDVSA podría incluso comprometer el cumplimiento de los acuerdos que Chávez firmó con más de una docena de países caribeños, en una alianza denominada PetroCaribe, aseguró Horacio Medina, un ingeniero que fue ejecutivo de la firma petrolera.
Durante un foro organizado por la Universidad de Miami y el grupo Editorial El Venezolano, Medina y Guerra analizaron esta semana en detalle la salud financiera de la empresa venezolana, mostrando un panorama con importantes consecuencias para el mercado energético de Estados Unidos.
Aunque parece improbable un corte súbito en los cargamentos de crudo que vienen desde Venezuela a EEUU, alrededor de 1.3 millones de barriles diarios, la administración chavista viene preparando ‘‘un escenario para salir del mercado estadounidense a mediano o a largo plazo'', aseguró Medina.
Entre las señales de esta estrategia se encuentran la venta de la participación de Citgo en la refinería de Lyondell, en Texas, al conglomerado Lyondell Chemical, en agosto del 2006; y la disolución de la alianza que Citgo mantenía con la cadena de tiendas 7 Eleven, que le daba presencia en unas 3,000 estaciones de servicio a nivel nacional y generaba cientos de millones de dólares en ganancias para la subsidiaria de PDVSA.
Asimismo, en noviembre pasado PDVSA vendió a la empresa NuStar Asphalt Refining dos plantas de refinación de asfalto, situadas en Paulsboro, Nueva Jersey, y en Savannah, Georgia.
Una salida abrupta del mercado norteamericano afectaría principalmente a Venezuela, que se vería en problemas para colocar en otro mercado unos 600,000 barriles diarios de crudo pesado.
Según Medina, de los 1.3 millones de barriles que Venezuela exporta a Estados Unidos, hay unos 300,000 barriles de gasolina y destilados como el diesel y el jet fuel, que podrían ser fácilmente recomercializados en otros mercados. Otros 400,000 barriles de crudos livianos podrían también ser vendidos en el mercado internacional.
Los restantes 600,000 barriles, "sencillamente no tienen colocación'', detalló Medina. La razón es que para ser refinados deben ser procesados en refinerías especialmente diseñadas, como las que administra Citgo.
"Tampoco pueden ser enviados a la China'', agregó el ingeniero, porque no habría suficientes cargueros para transportar 600,000 barriles diarios a un mercado ubicado a 47 días de navegación de Venezuela. "Habría que enviar un carguero cada tres días a la China y no habría suficientes''.
En cambio, Estados Unidos "se recuperaría en menos de tres meses'', principalmente debido a la oferta presentada por Arabia Saudita de unos 2.5 millones de barriles diarios, con características similares al crudo pesado venezolano.
Por otro lado, las consecuencias legales tendrían un gran impacto negativo para Venezuela.
"Si cortas el suministro por razones políticas, sin que exista una causa de fuerza mayor, de catástrofe física, de inmediato se van a producir demandas en cortes federales de los Estados Unidos, lo cual llevaría a congelamientos preventivos de bienes'', indicó Medina.
Sólo Citgo, según el experto, posee activos entre $8,500 y $12,000 millones en territorio estadounidense. "Una medida de corte pondría en riesgo esos activos'', acotó el ingeniero.
Para el economista Guerra, la situación financiera de PDVSA en la actualidad es "delicada'' y ‘‘con tendencia al deterioro''.
La deuda consolidada de la compañía venezolana alcanzó $16,006 millones al cierre del 2007, un aumento superior a los $12,000 millones con respecto a la deuda consolidada hasta diciembre del 2006, "algo inadmisible e inexplicable'', acotó Guerra.
Adicionalmente, el economista citó cifras del Banco Central de Venezuela, según el cual la producción física de petróleo cayó en el 2007 en 5.3 por ciento.
La situación es tan difícil que la industria no pudo pagar un préstamo por $1,124 millones que le concedió el grupo financiero francés PNB Paribás en enero del 2007,. Tuvo que refinanciarlo luego del pago de los intereses. Asimismo, están pendientes $3,500 millones en deuda con el Banco para la Cooperación Internacional, de Japón, a lo que se sumaron $7,500 millones en emisiones de bonos, estos dos últimos durante el 2007.
En la actualidad, "PDVSA está invirtiendo más en gasto social y en la compra y distribución de alimentos que en exploración y explotación de petróleo, con lo cual no está produciendo para compensar los compromisos internacionales ni el mercado interno en Venezuela'', precisó el ex jefe de economistas del BCV.
Casto Ocando
El Nuevo Herald
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