martes, 18 de septiembre de 2007

¿Qué hacer?


Es el momento de informar y hacer labor pedagógica sobre lo que es la reforma

Los ciudadanos se preguntan, con razón, qué hacer frente a las pretensiones presidenciales de imponer la reforma constitucional.

Según las encuestas la mayor parte de los ciudadanos de este país no sabe de qué se trata la reforma. La primera tarea de todos los que nos preocupa este asunto es informarnos y transmitir la información. No tengas miedo y hazlo. Tenemos que enterarnos de los verdaderos alcances y efectos de la propuesta del Presidente. Las organizaciones ciudadanas y políticas, los jóvenes, gremios, universidades, voceros intelectuales y técnicos, en fin todo el que pueda decir algo sobre esto debe cumplir una labor pedagógica. Hay que explicar que la propuesta afecta a todos, chavistas, oposición y despreocupados. Que nadie se salva de sus efectos: malos para todos.

No es el momento de planearnos si se va a votar o no, no dividamos al país desde un principio. Es el momento de informar y hacer labor pedagógica y de reflexión colectiva.

Tenemos que explicar y gritar que la propuesta es antidemocrática en su contenido y en su metodología. Y que además afecta la vida diaria de la gente común, no importa en qué acera se encuentre. Es definitivamente el momento de que el país se comunique con el país.

Es el mejor momento que hemos tenido para hablarle al chavismo y a los ni-ni. A los chavistas no les gusta que les arrebaten el terruño con el centralismo; no les gusta que les menosprecien su propiedad ganada con sudor y trabajo; no quieren que se les castre políticamente con la reelección indefinida; no les gusta que nos parezcamos a Cuba y; a los chavistas, no les gusta una FAN para hacer la guerra. Por primera vez la dirigencia oficialista y los chavistas en general no tienen argumentos ni fuerza para defender las imposiciones del líder. Si es necesario, ponte en el lugar del chavista y comunícate con él. Sin pretender halagar al que quiere a Chávez y oponiéndote a la reforma de manera contundente, explica sus perversos efectos y canta fraude contra la democracia y demuestra que nos estamos "jugando la de Rosalinda".

Gerardo Fernandez

www.eluniversal.com

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