“El Carabobeño”, acá en Venezuela, y “El Tiempo” de Bogotá, fueron los únicos diarios que tuvieron como motivo principal para titular la edición de ayer el tema del Golfo de Venezuela. El diario bogotano ayer tituló: “en diciembre, los dos países podrían poner fin a su disputa limítrofe. La comisión binacional ya tiene muy perfilada una propuesta que presentará a los dos presidentes. Hay ambiente para una solución”.
Nuestro diario carabobeño recogió las declaraciones del abogado constitucionalista Herman Escarrá Malavé, en las que de manera categórica afirmó: “El Golfo de Venezuela no es negociable”.
No tengo dudas de que el diferendo limítrofe por las áreas marinas y submarinas entre Venezuela y Colombia volverá a subirle la temperatura al clima de tensión que silenciosamente persiste tanto en los cuarteles de la hermana república, como en los de la legítima propietaria del golfo, o sea, a los de Venezuela. Mientras allá en Colombia preparan las condiciones para llegar a la solución del conflicto, aquí nuestros representantes ocultan la verdad del asunto. En efecto, Pedro Gómez B., encargado de las negociaciones por parte del gobierno colombiano, dice que sólo falta un hervor para llegar a un acuerdo y, además, reconoce que proporcionalmente a Venezuela le corresponde más o menos el 90 por ciento de la plataforma del golfo, porque esa es su extensión ribereña sobre el mismo.
Es decir, ya está revelando que uno de los puntos del acuerdo que se está cocinando consiste en despojar a Venezuela del 10 por ciento de los derechos que nuestro país tiene sobre el "Golfo de Venezuela".
Debemos recordar que en el Golfo de Venezuela existe un gran potencial energético y los negociadores lo conocen muy bien; por tal razón, deben estar pensando en cómo venderle a sus compatriotas la idea de aceptar sin reservas el contenido del acuerdo, ya que no les caería nada mal que a Colombia le quede, aunque sea, el 10 por ciento de algo que históricamente no le ha pertenecido, en lugar de seguir batallando solamente por una expectativa. Y, de paso, ese 10 por ciento con el que se quedaría Colombia sería más que suficiente, quizás, para entregarle en comodato a EEUU un área para que establezca una base naval al estilo de Guantánamo; de esa manera, el Tío Sam, a través del Plan Colombia, vigilaría y aseguraría aún más el suministro petrolero a la potencia del Norte.
Tanto Hugo Chávez como Alvaro Uribe, el primero moviendo los hilos del cual penden las marionetas colocadas en el Poder Electoral, y el segundo aprovechando la alta aceptación que tiene en su país, someterán a consulta popular el acuerdo que pronto saldrá a la luz pública.
Si se llegare a materializar el despojo, Chávez seguirá acumulando motivos para ser juzgado por traición a la patria. Artículo 128 del Código Penal: "Cualquiera que, de acuerdo con una nación extranjera..., conspire contra la integridad del territorio de la patria.... será castigado con la pena de presidio de veinte a treinta años".
Resolviendo el acertijo
Hugo Chávez creerá que se la comió... que por fin solucionó esa controversia limítrofe, pero lo que más le importa a él es la ambición que tiene de que su proyecto siga extendiéndose a toda la región andina, pues continuará cosechando simpatías en la hermana república y se imaginará, además, que es mucho más "vivo" que Alvaro Uribe, ya que si le sumamos las supuestas gestiones de "paz" que Chávez está realizando para lograr que se logre el intercambio humanitario con la guerrilla colombiana y ahora la solución de las diferencias que se tienen por el Golfo de Venezuela, Chávez sería visto como un gran estadista.... pero... pero, la realidad será otra. Alvaro Uribe, utilizando un término colombiano, es más "verraco" que nuestro Presidente. Uribe, mientras Chávez supuestamente se escribe cartas con "Tirofijo" Marulanda y se reúne con esos señores que tanto daño han causado a los colombianos y también a muchos venezolanos, el Presidente colombiano no da tregua, sigue persiguiendo a la guerrilla, sigue bombardeando los campamentos guerrilleros, y prueba de ello fue que al día siguiente de su reunión con Chávez en la hacienda presidencial de Hato Grande, ubicada a las afueras de Bogotá, le propinó un golpe certero a la guerrilla, causando la baja de una de las leyendas dentro de los grupos irregulares, como lo era el "Negro Acacio".
Uribe utiliza a Chávez para acabar con la guerrilla y dizque lo acepta como intermediario, cuando en realidad él no tiene dudas de que hablar con Chávez o hablar con la guerrilla es hablar con la misma persona. Chávez es parte de la guerrilla, con la diferencia de que si el Presidente colombiano negocia directamente con las FARC o con el ELN, estos insistirán en exigirle que les reconozcan beligerancia, mientras que si lo hace a través del presidente de otro país, no hay novedad. Si logra la paz, bien bueno... pero si falla en el intento, fue Chávez quien falló, y adicionalmente traicionó al pueblo colombiano.
Alvaro Uribe sabe muy bien que la paz no se conquistará a través de Hugo Chávez, pero políticamente en este momento le conviene usar a su homólogo venezolano para seguir ganando tiempo en su compromiso de exterminar a los irregulares que le dieron muerte a su padre en el tiempo que le queda como Presidente de Colombia. No creo que haya olvidado lo que la guerrilla le hizo a su padre en el año 1983, en una finca de la familia Uribe en Antioquia.
La dignidad no es lo que cuenta
No digo que la falta de dignidad sea patrimonio exclusivo de la V República, antes también veíamos escenas más que deprimentes, pero lo que sí no debemos poner en discusión es que lo que vemos ahora dentro de las filas del oficialismo, sean estas actuaciones de civiles o de militares, es monstruosamente grotesco.
Confieso que no sentí absolutamente nada de vergüenza por el "arrepentimiento" de la semana pasada de Francisco Ameliach, reconozco estar acostumbrado a ver manifestaciones parecidas a las del mayor Ameliach; por tal razón, me abstendré de opinar sobre la posición que en este momento está jugando el diputado Ismael García desde su partido Podemos, aunque estamos conscientes de que dentro de ese partido político existen hombres y mujeres que como ciudadanos merecen respeto.
Pablo Aure
El Carabobeño
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