martes, 18 de septiembre de 2007

¡Despierten!


La historia señala que infinidad de tiranos lograron mantenerse por muchos años en el poder. Generalmente la explicación es que tenían la fuerza de las armas, llámese legiones romanas o divisiones panzer. Pocas veces se cae en cuenta que, como dijo Napoleón, nadie se puede sentar sobre las bayonetas. Necesariamente hay otros actores, quizá más importantes que los ejércitos regulares, que hacen viables los abusos de poder y las violaciones a los derechos humanos.

Quienes detentan el poder económico tienen sin duda una cuotaparte importante. Hoy, muchos banqueros se limitan a enriquecerse haciendo negocios con bonos y papeles del Estado, haciéndose los desentendidos con la eliminación de la autonomía del Banco Central. Algunos gremios profesionales y medios de comunicación también han optado por pasar agachados. Las autoridades de las universidades experimentales, al plegarse incondicionalmente al régimen, constituyen un lamentable mal ejemplo para sus estudiantes. Por otra parte, extraña observar que, por primera vez en nuestra historia, hay grupos de estudiantes oficialistas como retribución por tener asignado un sueldo.

El que determinados grupos económicos, sociales o profesionales estén pecando por omisión no es de extrañar, pero lo que más llama la atención es que ciudadanos de cierto nivel educativo, tenidos como gente honesta y trabajadora, continúen siendo afectos al teniente coronel. Muchos lo hacen porque no estuvieron de acuerdo con el comportamiento de los gobiernos de AD y Copei, otros porque les atrae el discurso en favor de la igualdad social y unos pocos por simple resentimiento, a veces justificado.
A estos ciudadanos que pueden actuar de buena fe, nos permitimos preguntarles: ¿Es que acaso no escuchan los discursos agresivos, intolerantes, llenos de odio y autoritarios del teniente coronel? ¿Acaso no se han enterado que a los empleados públicos los obligan a asistir a las concentraciones políticas y a inscribirse en el partido oficialista? ¿Acaso ignoran que por haber ejercido un derecho constitucional muchos venezolanos fueron despedidos de sus trabajos? ¿Acaso no han leído en la prensa o visto por TV los atropellos de la Guardia Nacional y de algunas policías? ¿En qué país viven que siguen simpatizando con un militar que mantiene en prisión, sin ninguna prueba, a un grupo de comisarios y policías de la Metropolitana, mientras aquellos que fueron filmados disparando se encuentran en libertad? ¿Acaso no saben que Usón está preso por explicar cómo funciona un lanzallamas, que Gebauer fue condenado por haber cumplido órdenes de trasladar al comandante a La Orchila? ¿Acaso no comprenden que muchos compatriotas que estarían dispuestos a someterse a los tribunales para dilucidar su situación, tuvieron que optar por el exilio por no confiar, con toda razón, en el sistema judicial, entre ellos Carlos Ortega, Patricia Poleo, Juan Fernández, Horacio Medina y otros cinco gerentes petroleros, Carlos Fernández y Pedro Carmona? ¿Acaso desconocen que Maritza Ron, José Manuel Vilas, Evangelina Carrizo, López Castillo y Juan C. Sánchez, además de otros, fueron asesinados por gente del oficialismo y que Nixon Moreno todavía está refugiado en la Nunciatura? ¿Acaso se olvidaron del atropello en horas de la madrugada a madres, abuelas y niños de Los Semerucos? ¿Acaso no se enteraron del cierre de RCTV, de la confiscación de sus equipos y de las agresiones a Globovisión y a centenares de periodistas y camarógrafos? ¿Acaso no se han dado cuenta que el proyecto de nueva Constitución, entre otros aspectos, limita seriamente los derechos de propiedad, centraliza el poder, elimina la libertad de escoger la actividad económica que se prefiere y crea de hecho la presidencia vitalicia, por el ventajismo que dan los recursos del Estado?

Creemos en la convivencia y respetamos opiniones contrarias, por ello este artículo no pretende estigmatizar a nadie, sino simplemente contribuir a que la gente de buena fe, todavía afecta al chavismo o bien indiferentes, despierten y se pregunten si vale la pena seguir apoyando, por acción u omisión, a quien miente, siembra el odio, protege a los corruptos, avala los atropellos y, por si fuera poco, no ha resuelto ninguno de nuestros graves problemas. Por favor ¡Despierten!


Eddie A. Ramirez S.
www.eluniversal.com


No hay comentarios: