Los efectos del "caso Stanford" se siguieron extendiendo por América Latina, donde en varios países se adoptaron nuevas medidas contra empresas del multimillonario tejano Robert Allen Stanford, investigado por una estafa millonaria y acusado ahora de presuntos nexos con el cártel mexicano del Golfo. Mientras Venezuela, Perú y Ecuador adoptaban acciones para salvaguardar los intereses de los clientes de Stanford, en Estados Unidos se revelaba que éste, además de estar acusado de captar 8.000 millones de dólares mediante un entramado de inversión fraudulento, es sospechoso de lavar dinero para esa organización narcotraficante.
Según la cadena de televisión ABC, la policía mexicana tiene en su poder uno de los aviones del magnate tejano, cuyo paradero dijo ayer ignorar la Comisión de Mercado Bursátil (SEC), y en él se encontraron cheques aparentemente vinculados con ese cártel. ABC informó de que la SEC tenía preparado el caso contra Stanford hace algún tiempo, pero no tomó medidas para no entorpecer una operación encubierta de la policía federal (FBI) sobre sus posibles vínculos con el narcotráfico.
Pero la acción de la autoridad reguladora se vio precipitada por el incremento de movimientos en las cuentas del multimillonario tejano, que retiró hasta 170 millones de dólares. El escándalo ha alcanzado también al Congreso de Estados Unidos, pues Stanford dio ocho millones de dólares en donaciones electorales a políticos, como el ex candidato republicano a la presidencia John McCain, de acuerdo con ABC, y a dos senadores demócratas.
Tres de las empresa del presunto estafador están intervenidas desde que la SEC anunció el inicio de una investigación en su contra el martes. Dos de ellas están en Estados Unidos y la tercera en la isla caribeña de Antigua, donde este miércoles numerosos clientes del Banco de Antigua, miembro del Banco Internacional Stanford, exigieron información a la entidad sobre sus depósitos y algunos los retiraron.
Desde que estalló el escándalo, el pasado martes, los clientes de las firmas del entramado financiero organizado por Stanford en países latinoamericanos han formado largas filas para retirar su dinero, como en Venezuela y Panamá. Las autoridades venezolanas, que ayer habían llamado a la calma y asegurado que el Stanford Bank local no tenía problemas, anunciaron hoy la intervención del banco para su "venta inmediata" tras registrarse retiros masivos de depósitos de los clientes desde el martes.
El ministro venezolano de Finanzas, Alí Rodríguez, explicó que, aunque el problema de la filial local de Stanford es "absolutamente ajeno" al sistema financiero venezolano, el pánico que ha provocado entre sus cerca de 15.000 clientes forzó a tomar esa medida. Además, reveló que la propia directiva del banco había reconocido que tras conocerse el presunto fraude les había sido "imposible la comunicación" con el Stanford International Bank, independiente de la entidad local y en el que, según medios venezolanos, se encuentran depositados entre 2.300 y 5.000 millones de dólares de ciudadanos y empresas de este país.
En Panamá, la Superintendencia de Bancos tomó el control de la filial local de Stanford Financial Group este miércoles. El multimillonario tejano cuenta además con empresas intermediarias de bolsa en México, Colombia, Perú y Ecuador. En los dos últimos países citados fueron congeladas temporalmente las actividades de esas firmas como medida preventiva.
La Comisión Nacional Supervisora de Empresas y Valores de Perú anunció que, tras realizar ayer una "visita de inspección" a las oficinas de Stanford Group Perú SAB en Lima, suspendió sus actividades durante 30 días para garantizar que sus operaciones no se vean afectadas por las investigaciones en EE.UU. contra su propietario. La misma decisión adoptaron en Ecuador las bolsas de valores de Quito y de Guayaquil respecto a Stanford Group Casa de Valores, de la que Stanford es prácticamente el único accionista.
La Bolsa de Valores de Quito (BVQ) también realizó una inspección en la empresa y constató que ésta ha "estado haciendo las operaciones conforme a la ley ecuatoriana y bajo el control de la superintendencia de mercados". Sin embargo, admitió que "donde puede estar el problema es en las operaciones hechas directamente por los inversionistas a través de internet" y que, además, puede haber un inconveniente si las autoridades estadounidenses solicitan el embargo de las acciones de la firma.
En Colombia y México, las autoridades correspondientes han rehusado hasta el momento intervenir en las filiales de Stanford, a pesar de que en el primer país la compañía decidió ayer suspender voluntariamente sus actividades y de que en el segundo varias decenas de clientes se han manifestado al encontrarse cerradas las oficinas de la firma y de los reclamos de algunos parlamentarios.
La Superintendencia Financiera de Colombia lanzó un mensaje de tranquilidad sobre los efectos que tendrá en el país la crisis de la firma y señaló que a entidad, que no recaudaba recursos en Colombia, es vigilada permanentemente para que cumpla los compromisos con sus 5.000 clientes y con el mercado. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la entidad reguladora mexicana, aseguró que ni las cuentas ni los activos de Stanford Fondos, filial de Stanford Financial que opera en México como administradora de sociedades de inversión, "han sido congelados".
Infolatam/Efe
La ruptura de Carlos Reutemann con el kirchnerismo ha acelerado la desbandada en el oficialismo. La marcha de Reutemann es el último golpe al proyecto de Néstor Kirchner de formar una coalición que abarque a peronistas, radicales y progresistas en apoyo a Cristina Kirchner.
Según cuenta el diario Clarín, la salida de Carlos Reutemann y Roxana Latorre del Frente Para la Victoria en el Senado ha provocado que otros legisladores se planteen imitarle: María José Bongiorno estudia dejar el bloque la semana que viene. Todo indica que también se irán también Juan Carlos Romero y Sonia Escudero, así como otros tres diputados.
Por su parte, Carlos Reutemann ratificó que su renuncia al bloque oficialista del Senado fue por sus diferencias con la política agropecuaria del Gobierno de Cristina Kirchner y no por querer ser candidato presidencial: "Mi salida no tiene nada que ver con la candidatura. El conflicto [con el sector rural] sigue acentuándose". El ex gobernador de Santa Fe explicó que "Si uno está en un bloque con una posición distinta de la del resto de los compañeros, llega un momento en que la relación no es aceitada".
Desde que asumió Cristina Kirchner las disidencias en el bloque kirchnerista se han ido produciendo hasta enterrar la aspiración de Néstor Kirchner de crear un gran movimiento transversal que incluyera al peronismo y a partidos y fuerzas no peronistas pero aliadas del kirchnerismo.
La primera ruptura fue la del vicepresidente Julio Cobos tras votar en contra de la ley de retenciones en julio de 2008 y provocar la derrota del gobierno de Cristina Kirchner. Allí nació el cobismo que atrajo a muchos de los conocidos como radicales k, que apoyaron a Néstor Kirchner y se aliaron con Cristina Kirchner en las elecciones de 2007. Los pesos pesados del radicalismo k siguieron a Cobos y rompieron con el kircherismo: entre éstos destacan los gobernadores Arturo Colombi de Corrientes y Eduardo Brizuela del Moral, de Catamarca.
En noviembre de 2008, el peronista Felipe Solá se desvinculó del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, y pasó a convertirse en una de las figuras del arco opositor. Solá, exgobernador de la provincia de Buenos Aires entre 2002 y 2007, sostuvo que "no se puede decir que sí a todo" lo que diga el Poder Ejecutivo y remarcó que en la Argentina existe hoy "el temor político".
En diciembre de 2008, el diputado Miguel Bonasso confirmó su alejamiento de la línea oficialista y anunció un interbloque integrado por Vilma Ibarra, Victoria Donda y Paula Merchán. Bonasso afirmó que "en política las relaciones personales cuentan poco, lo que cuenta es si el poder escucha o no". Y desencantado expresó: "Desgraciadamente hoy Kirchner sólo confía en su propio juicio".
Infolatam
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