Si alguna duda existía sobre la anemia moral que padece este gobierno, ayer el Presidente de Venezuela se encargó de disiparla. Entre otras perlas, aseveró que "la oligarquía venezolana" estaba detrás de la incursión cobarde llevada a cabo contra la sinagoga Tiferet Israel, en Maripérez. Hay que ser bien caradura para atreverse a hacer en público esa afirmación, cuando todo el mundo sabe que los venezolanos jamás habíamos albergado odio ni rencores contra una comunidad, religión o nacionalidad. Eso es nuevo en nuestras vidas, y ocurre hoy porque desde Miraflores se bombardea a diario a los sectores de ultraizquierda para que localicen y actúen contra los "enemigos" de la revolución.
Con esa palabrita descalificadora, que les permite tildar de enemigos y no de adversarios a sus opositores, el gobierno chavista ha ido dibujando un mapa político destinado a darle instrucciones a sus bandas armadas para que éstas ataquen violentamente instituciones, personalidades, partidos y medios de comunicación, así como organizaciones de derechos humanos y de grupos de vecinos.
Esa palabrita macabra es característica del lenguaje militar que se usa para englobar a toda persona o institución que no esté al servicio de los planes y acciones de la guerra. Esta visión discriminadora de la sociedad civil tiene como objetivo convertirla en blanco de las bandas paramilitares y parapoliciales (al estilo del comando La Piedrita) en la misma medida que se reclamen espacios para la discusión y la crítica.
Pero el Frankenstein bolivariano creado con la finalidad de violentar y acorralar a la oposición ha terminado por creerse un organismo independiente a la hora de interpretar los deseos de su máximo jefe en Miraflores. Así que les parece gracioso incursionar en una sinagoga y darle vida represiva a los discursos encendidos del Presidente de la República contra Israel. Estamos seguros de que estas bandas bolivarianas regresaron a sus casas convencidas de que, a la mañana siguiente, el jefe del Estado los aplaudiría. Pero no: era tal el desaguisado que el comandante reculó asustado por el impacto tanto nacional como internacional.
Entonces hizo una maniobra infantil de propaganda para no dejar colgados de la brocha a sus matones y evitar que estos, en el futuro, le reclamaran su deslealtad y hablaran hasta por los codos. Pero ya nadie puede creer en la inocencia de estas bandas financiadas por el Estado, que cobraban quince y último como cualquier funcionario. Es difícil que actuaran sin sentirse cobijadas por las instituciones bolivarianas (Fiscalía, alcaldía, Poder Judicial) y que para colmo el Presidente les construya una coartada.
Se equivocan tanto el mandatario como sus esbirros, si creen que la arremetida contra la sinagoga de Maripérez, la violencia contra los estudiantes y la siembra de odio no los alcanzará judicialmente. Sucederá cuando las instituciones recobren su identidad ciudadana, se vuelvan honestas y dejen de ser meros tentáculos militares.
Editorial
El Nacional
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Dicen en el DomiNO: "MaNO segura, NO se tranca". Es interesante la reacción de un GobierNO que se da "Ganador" en la próxima consulta. Es demasiado evidente el nerviosismo. Actos irracionales, declaraciones incoherentes, populismo a ultranza, intimidación al oponente, Pan y Circo para el populacho, maniobras de distracción estupidas y peor ejecutadas. Mayor muestra de intranquilidad NO puede haber, lo que demuestran es MIEDO, un MIEDO atroz, DESESPERACION!!! Decia John Adams, uNO de los padres fundadores de la Unión Americana, "Un GobierNO temeroso NO es GobierNO".
En lugar de días de asueto, lo que deben hacer es ponerse a trabajar, dejar a un lado el MIEDO y gobernar como debe ser. Eso si sería algo revolucionario: QUE SE PONGAN A TRABAJAR
Procyon, ND
lunes, 2 de febrero de 2009
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