viernes, 6 de febrero de 2009

Le gusta que repriman




El presidente Chávez apeló a su formación militarista y envió un nuevo mensaje a las policías para que respondan con mayor represión, al tiempo que se regocijó por la detención de 16 estudiantes en Aragua.

El presidente Hugo Chávez apeló nuevamente a su formación militarista este jueves y envió otra vez un mensaje a las autoridades para responder con más represión contra las manifestaciones estudiantiles. Mostrando satisfacción por la detención de 16 universitarios este jueves en el estado Aragua por manifestar contra la reelección, el mandatario nacional expresó "¡Bien hecho, eso es lo que hay que hacer! ¿Cómo uno va a dejarse chantajear con eso?”, y recordó que el Estado garantizará que se cumpla la Constitución para evitar que se lancen acusaciones infundadas contra el Gobierno.

“Hay un Estado que debe cumplir la Constitución, y en esas acusaciones que muchos dan de forma irresponsable hay que aplicar las leyes", señaló en referencia al reciente asalto a la principal sinagoga de Caracas y las asociaciones que diversos sectores de la sociedad venezolana han hecho del discurso antijudío del gobierno nacional.

Chávez calificó de sospechosos los ataques a la Sinagoga de Caracas y se preguntó por qué los que perpetraron el acto sólo se llevaron un computador y por qué la planta eléctrica no funcionó después que cortaron la electricidad.

“Tan pronto se conoció el hecho, a las 7 de la mañana estaba ahí la comisión del CICPC. Quienes hicieron eso conocían el funcionamiento interno de la Sinagoga. Son hipótesis de cosas que se están investigando con ponderación y responsabilidad. Hay que llegar al esclarecimiento de los hechos. Estamos a la orden para continuar atendiendo a la comunidad judía”, dijo el presidente Chávez.

Aseguró estar muy preocupado por la situación y llamó a deponer cualquier actitud violenta de racismo y antisemitismo. “No podemos ser antinada de eso. Y nosotros estamos obligados como jefe de gobierno”.

Tal Cual






La sinagoga, el feriado y "el despojo"

El vacío ideológico y la incapacidad de producir obras concretas han llevado al gobierno a refugiarse en el extremismo, movimiento sin bases que logra cohesión en el resentimiento y el odio, con los que se pretende sustituir la capacidad creadora del ser humano. La iliquidez de las ideas de esta pseudo revolución y los límites impuestos por la ineptitud de la alta burocracia chavista, los obliga a buscar culpables de sus fracasos. De allí, que Chávez se la pase escrutando el mundo en busca de algún pleito que oxigene su moribundo sainete. Y su último objeto fue el estado de Israel. El desafuero y la violación a toda norma diplomática caracterizaron la insensata ruptura de nuestro país con esa nación. Lo que fue aliñado (cuándo no es pascua en diciembre) por una retahíla de insultos hacia el gobierno y el pueblo israelí. Este despropósito ha venido siendo atizado desde hace varios años por los farsantes que pretenden ser los intelectuales del chavismo, quienes utilizan para ello la Radio Nacional de Venezuela, entre otros medios. De modo que hay un mensaje implícito en la actitud del gobierno que, sin lugar a dudas, propició el despreciable ataque a la sinagoga el fin de semana pasado.

La violencia, así sea respaldada por el gobierno, no podría exhibirse en toda su inmoralidad si existiese un mínimo de control institucional. De modo que la causa fundamental de la violencia no son los caprichos del verbo presidencial, sino el perverso trabajo que se ha realizado para disolver hasta el último vestigio de institucionalidad. Aplastados ya los poderes públicos, queda ahora seguir demostrando que se utiliza el poder sin ningún tipo de control ni pudor. El poder ya no se ejerce, se demuestra. Es este concepto el que se encuentra en la raíz de la orden dada por el Presidente de declarar como feriado el día de su propio ascenso al poder, sin ningún tipo de fórmula y en medio de la improvisación que significan las decisiones tomadas de un día para otro. Esta trágica obra de tercermundismo africanizante da cuenta de la transformación sufrida por nuestro país: Venezuela ya no es un estado, es un potrero.

Pero la violencia y la carencia institucional necesitan de la estulticia para su implementación. Sólo un paquete de insensatos puede pretender que profanar un templo es un acto revolucionario. Sólo una banda de aprovechadores puede pensar que el sometimiento de los poderes a los caprichos de una persona es síntoma de desarrollo. La revolución no requiere de pensadores, sino de creyentes, como esos que se someten a un "despojo" y se desmayan ante la voz de un charlatán que, en medio de un estadio, le ordena que crea que todos sus reumas (¡incluyendo 5 hernias discales!) han sido curados por los extravagantes gritos de ¡Aleluya, Aleluya! Todo ello en medio de un rito ajeno a cualquier espiritualidad y cercano a una parodia lamentable per se, pero atroz por su protagonista: el ministro de la Defensa, con uniforme y séquito. Son estos los hombres que necesita Chávez. Es este el verdadero árbol de las tres raíces de la revolución: Ausencia de instituciones, violencia y necedad.


Marcos R. Carrillo P.

http://www.eluniversal.com/2009/02/06/opi_art_la-sinagoga,-el-feri_06A2216049.shtml

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