El presidente Hugo Chávez cumple el lunes diez años de su llegada al poder ocupado en la campaña para su repostulación y la amenaza que representa la caída de los ingresos petroleros.
En una década, el mandatario reformó las instituciones venezolanas, aprobó una nueva Carta Magna, acumuló más poder que cualquier gobernante, creó un esquema de alianzas internacionales apuntalado en la riqueza petrolera y reivindicó a los pobres como la razón de su gobierno.
Durante ese tiempo se realizaron 14 elecciones, hubo un intento golpista, cuatro huelgas generales impulsadas por empresarios y sindicatos y Chávez mantuvo una constante descalificación contra los viejos partidos políticos que no sólo se niegan a morir, sino que además se cuelan como fantasmas en cada llamado a las urnas.
También habló en radio y televisión el equivalente a seis meses continuos, libró peleas con distintos gobernantes o ex gobernantes y desde 2006 está promoviendo el socialismo como el proyecto nacional del quinto productor mundial de crudo. También promovió la división entre simpatizantes y opositores de su gestión.
Los diez años equivalen a dos gobiernos de los anteriores a su llegada al poder, en el que desde 1958 se alternaron los partidos Acción Democrática y el social cristiano COPEI, pero ahora busca permanecer al menos otros diez en el palacio presidencial de Miraflores.
Casualmente, el mandatario sufrió su primera gran derrota electoral en diciembre de 2007, cuando los venezolanos rechazaron una reforma constitucional que planteaba cambios a 69 artículos, incluyendo el que limita los mandatos presidenciales a dos períodos.
La reelección ilimitada volverá a ser sometida a consulta popular el 15 de febrero, esta vez a través de una enmienda de la Carta Magna sobre ese único tema.
Chávez destaca como uno de sus mayores logros la atención de los pobres en materia de salud y educación, mediante las llamadas "misiones" que están apoyadas por más de 30.000 médicos, maestros y entrenadores cubanos.
Al presentar recientemente el informe de gestión de 2008 al Congreso, el presidente aseguró que en diez años salieron de la pobreza 2,19 millones de venezolanos, combinando la atención del gobierno, el aumento de la capacidad adquisitiva y los millonarios subsidios directos y a los alimentos.
"Sólo en 2008 dejaron de ser pobres 94.030 personas. La pobreza extrema, que abarcaba 42 por ciento de la población en 1990, se redujo ahora a 9,1 por ciento. Los hogares pobres pasaron de 55,1 por ciento a 26 por ciento en diez años", aseveró.
"La crisis no nos ha afectado gracias a las medidas que hemos tomado estos años", dijo al referirse a la crisis financiera global.
Chávez sostiene que los ciudadanos deben tener la posibilidad de reelegir "hasta que el pueblo quiera" un gobierno que es percibido como "bueno", y por eso promueve la enmienda sobre la reelección ilimitada.
Su gobierno, al que le restan cuatro años, no ha podido sin embargo contener la inflación ni los niveles de criminalidad e impunidad. En una década la moneda nacional sufrió una devaluación de un 275 por ciento y los precios aumentaron 542 por ciento. Sólo en los últimos dos años la inflación acumuló una tasa de más de 50 por ciento.
Aunque el Banco Central es autónomo por ley, Chávez pudo presionar el cambio de normas para el manejo de las divisas que se obtienen de la exportación petrolera, creando un presupuesto paralelo al nacional a través de un fondo de desarrollo que maneja miles de millones de dólares. De allí sale el financiamiento para proyectos nacionales y ayudas al extranjero.
El intento golpista de 2002 dejó una secuela en la lucha política con víctimas mortales y heridos que no se ha despejado después de casi siete años.
Un informe de Human Rights Watch titulado "Una década de Chavez", que provocó la furia del gobierno, denunció que la discriminación política y el "desprecio" manifiesto por la separación de poderes han sido las características del gobierno bolivariano.
"Si bien su gobierno denunció en su momento los patrones discriminatorios existentes, posteriormente los sustituyó con sus propias formas de discriminación contra adversarios políticos reales y contra aquellos que son percibidos como tales... El gobierno de Chávez proclama un compromiso de inclusión política, pero discrimina abiertamente contra quienes no comparten sus puntos de vista", señala el informe.
La organización no gubernamental agrega que una ley de 2004 le permitió "copar" el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) con "aliados del gobierno", generando decisiones que "amenazan los derechos fundamentales, en general, con pasividad y aquiescencia".
"El gobierno del presidente Chávez ha logrado en la práctica neutralizar al poder judicial como un poder independiente", puntualizó la agrupación defensora de los derechos humanos.
El debate político ocupó más tiempo en estos diez años que cualquier otro tema de Estado, con Chávez confirmándose como un candidato inagotable, que salta de una campaña proselitista a otra con una tranquilidad pasmosa.
Videos: BBC Mundo
Cadena Global
http://www.cadenaglobal.com/noticias/default.asp?Not=204670&Sec=76
Lista de muertos durante el intento de golpe de Estado del 04FEB1992
Noelia Lorenzo Parada. Tenía 9 años de edad. Recibió una bala de FAL en la cabeza cuando los Insurgentes iniciaron la toma de Miraflores, vivía en La Avenida Sucre era una alumna brillante del Colegio Teresiano de La Castellana. Era la hermanita mayor de tres niñas de una familia Uruguaya, era también una excelente alumna en la Escuela, hoy tuviera 21 años de edad.
Echarta Gaiska. Tenía 20 años y era estudiante de Ingeniería. Recibió una bala de FAL cuando los insurgentes iniciaron el asalto a la Carlota.
Migdalia Antonia Delgado de Marquina. Tenía 30 años y era Dirigente Estudiantil. Recibió un disparo de FAL en la cabeza, disparado por los rebeldes en La Base Aérea La Carlota, su hijo de 3 años recibió una herida rasante de FAL en la cabeza. Dejó otro hijo en aquel entonces de 6 años. Era hija del Jefe Civil de Chacao.
Hugo Orlando Villarte Mejías. Tenía 40 años. Trabajador de la Torre La Primera. Muerto a balazos por francotiradores en el “23 de Enero”.
José Enrique Ordaz. Tenía 44 años, era Escenógrafo de Arte TV, recibió un balazo en la espalda cuando militares insurgentes dispararon repetidas veces desde el Museo Histórico Militar en la parroquia “23 de enero” durante la revuelta del 4 de febrero, falleció el día siguiente en el Hospital Militar.
Funcionarios Policiales caídos en cumplimiento del Servicio:
Gerson Gregorio Castañeda, tenía 26 años y era Agente de la DISIP adscrito a la División de Patrullaje Vehicular, muerto en La Casona cuando los Insurgentes atacaban las casas aledañas a la Residencia Presidencial.
Edicto Rafael Cermeño Joves, Agente de la DISIP, muerto en La Casona.
Jesús Rafael Oramas, tenía 30 años y era Agente de la DISIP, adscrito a la División de Patrullaje Motorizado, resulto muerto a balazos en La Casona.
Jesús Aponte Reina, tenía 21 años era Agente de la Policía Municipal de Sucre, falleció al recibir un impacto neto de Mortero cuando los Insurgentes atacaban las residencias aledañas a la Residencia Presidencial de La Casona.
José Aldana, Cabo II de la Policía Metropolitana, muerto a balazos por los Tupamaros en La Cañada, Parroquia “23 de Enero”.
Franklin Alexis Vega, Agente de la Policía de Valencia, Estado Carabobo.
Wilmer Díaz, Agente de la Policía de Valencia, Estado Carabobo.
Efectivos Militares que cayeron luchando por la Patria y por la Libertad:
Deivis Peña Juárez, Cabo Segundo de la Guardia Nacional.
Elio José Gamboa, Cabo Segundo, Guardia de Honor.
Miguel Escalona Arriechi, Guardia de Honor.
Jesús Alberto González, Guardia de Honor.
Julio Peña Labrador, Guardia de Honor.
Jesús Santiago, Capitán (Ej).
Fernando Cabrera, Subteniente (Ej).
Pablo Linares, Sargento Técnico (Arv)
Celso González, AT de la Aviación.
José Salas Ramírez, Distinguido (Ej).
José Ramón Noguera, Soldado (Ej).
José Nieves, soldado (Ej).
Jesús G., Rodríguez, Distinguido (Ej).
Luis García, Distinguido (Ej).
Guerras Montes de Oca, soldado (Ej).
Hernández Herrera, Soldado (AV)
César Castillo, Soldado (Ej).
Wilmer Molina, Soldado (Ej).
Dos soldados desconocidos del Ejército.
Nota: fue realizada por un funcionario de la DISIP que prefiere reservar su nombre, en honor de los caídos.
Tomado del Blog de Martha Colmenares
Chávez, una década de amor y odio en Venezuela
Tras una década en el poder, el presidente Hugo Chávez se ha vuelto omnipresente en Venezuela y sus políticas se han convertido en uno de los puntos que más tensión genera en un país polarizado.
Su imagen preside grandes carteles en edificios públicos o adorna precarias casas en los barrios más humildes, sus lemas revolucionarios se multiplican en murales por las calles de todo el país, su voz resuena prácticamente cada día en radio y televisión, a veces ocupando la señal de todos los medios.
En su discurso conviven su fe en Jesucristo, Fidel Castro y "el Libertador" Simón Bolívar, a quienes, de la mano de una memoria prodigiosa, le gusta citar con asiduidad.
Popular entre los más pobres del país caribeño por su carisma y sus "misiones" sociales financiadas con la vasta renta petrolera, el "Comandante" desata con su sola presencia un torrente de pasión entre sus seguidores y la ira furibunda de sus heterogéneos adversarios dentro y fuera del país.
"Al que le pique, que se rasque", responde divertido el corpulento gobernante de 54 años, a quien ya es difícil verlo sin su característica camisa roja.
Tras 20 años de vida castrense, el ex teniente coronel interpreta la política desde la óptica militar y en su constante batallar electoral no quiere ni acepta neutrales.
"Los que quieran patria, están con Chávez. !El que no está conmigo, está contra mí!", clamó en un reciente mitin exigiendo a sus partidarios que respalden en febrero su propuesta de eliminar los límites a la reelección para poder cumplir su promesa de gobernar Venezuela "hasta el 2021".
Esa misma estrategia fracasó en el 2007, cuando intentó reformar la carta magna para acelerar su llamada "revolución socialista" y abrir las puertas a su reelección en el 2013.
"Es una victoria de mierda", le dedicó a la oposición días después de reconocer una primera derrota en las urnas que desvanecería el halo de invulnerabilidad electoral que lo había acompañado desde que ganó la presidencia en 1998.
ENTRE CHAVEZ Y CHAVEZ
No siempre fue así.
Chávez logró llegar al poder con un aguerrido discurso de justicia social que capitalizó 40 años de descontento hacia una "corrupta partidocracia". Pero, al mismo tiempo, pedía la colaboración de los inversores privados y afirmaba, sin titubear, que Cuba "sí es una dictadura".
El entonces espigado candidato ya estaba presente en el imaginario popular por una paradójicamente breve intervención televisiva en la que asumió, "por ahora", el fracaso y la responsabilidad de un fallido golpe de Estado en 1992.
Años después, ahuyentaría a los capitales internacionales estatizando amplios sectores de la economía, nunca le faltaría el proverbial saludo a su "padre ideológico" -"How are you, Fidel?"- y siempre tendría tiempo para atizar la llama del enfrentamiento con el "imperio estadounidense".
Entre un Chávez y otro hay una oleada de recurrentes crisis políticas que, desde un golpe de Estado a un referendo para revocarle el mandato, pusieron en jaque a su Gobierno e instalaron al país en un permanente estado de tensión.
Para el líder izquierdista, sus frecuentes alocuciones son parte de esa "guerra para pulverizar las mentiras" de la oposición, que le acusa de querer instaurar un modelo "castro-comunista" y de dilapidar la riqueza del país con el único objetivo de perpetuarse en el poder.
Su programa "¡Aló, presidente!", al que ha dedicado más de 300 domingos, se ha convertido en el estandarte de su "batalla mediática", donde explica sus políticas socialistas, reprende y destituye a funcionarios de todo rango y muestra su estilo más combativo contra la "oligarquía golpista y pitiyankee".
Con tanto tiempo en la pantalla, Chávez también ha tenido tiempo para desgranar, entre café y café, amplios pasajes de su vida: su infancia en un humilde hogar de la sabana venezolana, su sueño adolescente de ser beisbolista, sus 15 años de conspiración en el Ejército o el amor por sus cuatro hijos.
Divorciado en dos ocasiones, ahora asegura que está "casado con la patria y con la revolución", aunque no duda en coquetear con su nutrida audiencia femenina entonando con voz profunda, y a veces rota de tanto hablar, rancheras y boleros de amor.
Diez años de amor y odio que el presidente resume recitando una tradicional copla del llano venezolano: "Yo soy como el espinito, que en la sabana florea, le doy aroma al que pasa y espino al que me menea".
Vea especial completo: 10 años en el poder
Videos: BBC Mundo / Globovisión
Cadena Global/Reuters
lunes, 2 de febrero de 2009
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