Las marchas de la semana dejaron 40 heridos en Anzoátegui, el chofer de un camión preso y 4 bachilleres bajo régimen de presentación. Estudiantes de Caracas fueron parados por la PM, como lo muestra la gráfica
Los universitarios prometen seguir en la calle y el Gobierno responde que los espera con más "gas del bueno". ¿Qué es lo que realmente buscan estos muchachos que han puesto tan bravo al Presidente? Por Joseph Poliszuk
El país ha vuelto a cerrar la semana con los estudiantes en la calle. No es la primera vez que se les ve con manos blancas levantadas frente a un piquete de la Policía Metropolitana, unidos contra el Gobierno nacional o corriendo en medio de una cortina de lacrimógenas. Pero tampoco es menos cierto que esas mismas protestas han impuesto la agenda política de los últimos días.
Es algo que concluye la profesora de Opinión Pública de la Universidad Central de Venezuela, Mariana Bacalao: "Por primera vez en mucho tiempo, el Gobierno ha sido sorprendido". La experta en gerencia política, con una maestría en la Universidad George Washington de Estados Unidos, cree que los estudiantes han vuelto a desencajar al presidente de la República. En fin, un Hugo Chávez avezado en el juego político ha tenido que responder en tiempos en que sus adversarios son los que suelen ser reactivos.
Los estudiantes volvieron a la calle en la segunda semana del año y Chávez ordenó echarles "gas del bueno". El resto de esta historia es bien conocida: marchas juveniles replegadas con perdigones y lacrimógenas; 40 bachilleres heridos en el estado Anzoátegui, cuatro estudiantes bajo régimen de presentación en Caracas y cárcel para José Dacre, chofer del camión de los universitarios sobre el que, de bando y bando, se acusan denuncias de haber sembrado bombas caseras.
Más organizados que en los días en que salieron a marchar contra el crimen de los hermanos Faddoul o la salida de RCTV de la plantilla de canales nacionales, los estudiantes de hoy reconocen con menos timidez que están haciendo política, "pero con P mayúscula y sin intereses partidistas", dice David Smolansky, representante estudiantil ante el Consejo Universitario de la Universidad Católica Andrés Bello.
En retrospectiva, para Smolansky no caben dudas de que se han constituido como un actor dinámico de la vida política. Lo reiteró este miércoles en una asamblea que copó el aula magna de su casa de estudios: "En dos años nos hemos ganado el respeto de la sociedad".
"Somos un motor importante porque nos hemos preocupado por ir a los sectores populares para llevar nuestro mensaje, porque hemos tomado las calles y hecho sentir que este país es nuestro", agregó ese mismo día el representante estudiantil de la Universidad Central de Venezuela, José Manuel Olivares, tras salir de un auditorio ucabista que gritó y reiteró la consigna de "No es No"...
Ese motor del que habla Olivares al parecer ha recargado el tanque en estos días. La profesora Bacalao considera que la disuasión de las marchas estudiantiles y los llamados a repelerlas son la gasolina de un movimiento que había perdido la frescura de hace dos años: "Es la primera vez en mucho tiempo que veo una estrategia desacertada del Gobierno, porque está basada en la lógica del miedo y olvidan que los jóvenes, por definición, responden sin miedo".
Sin los partidos políticos La campaña a favor y en contra de la enmienda, de todos modos apenas comienza. Olivares advierte, aún así, que en la oposición ha faltado presencia de otros factores que adversan la reelección indefinida. Ya no es noticia ver a jóvenes protestando contra el Gobierno; llevan dos años haciéndolo de manera activa, pero en esta oportunidad son los únicos que han sacado las consignas contra la enmienda a la calle. De hecho, la convocatoria de la oposición a la marcha del 23 de Enero de este año vino de los centros estudiantiles.
"Creo que estamos llevando hasta ahora las movilizaciones y que los partidos políticos deben incorporarse", señala. "No es un tema de ver quién está haciendo más o menos, pero si bien es cierto que los partidos han prestado toda la colaboración para cuidar los votos del referendo, creo que les hace falta conectarse con la gente en el sentido de movilizarlos a la calle".
Es algo que incluso reconoce el concejal metropolitano, Freddy Guevara, quien hasta hace muy poco estaba al frente del movimiento estudiantil. Aclara, sin embargo, esta vez como dirigente de Un Nuevo Tiempo, que la campaña va comenzando y que -puertas adentro- los partidos de oposición han estado organizando una serie de actividades que preparan sus estrategias para defender los votos en contra de la enmienda.
El presidente de Copei, Luis Ignacio Planas, agrega que no entiende la reacción del Gobierno contra los estudiantes, de quienes dice que "están prestando un papel importante en la democracia". Pero por aquello de que Venezuela no es Caracas ni el resto de las grandes ciudades, reivindica la labor de los partidos de oposición que, entre otras cosas, se dan a la tarea de "ir casa por casa en los pueblos y ciudades del interior".
Sea lo que sea, a estas alturas nadie niega que el ruido de la campaña opositora se ha visto al mando de estudiantes de universidades como la Central de Venezuela, Católica Andrés Bello, Metropolitana, Monteávila, Simón Bolívar y otras del resto del país. Tanto así que el presidente Chávez los llamó este viernes "pitiyanquitos" que "no saben ni hablar".
Varias veces los ha tildado de "guarimberos" o hijos de la oligarquía, pero en esta oportunidad reiteró responderles con los cuerpos de seguridad del Estado: "Aquellos que intenten desestabilizar y trancar las calles, van a tragar gas del bueno, lo vuelvo a repetir". El primer mandatario nacional incluso felicitó el encarcelamiento de "Maraco", el chofer del camión en el que el Gobierno asegura haber encontrado bombas molotov. "¿Qué quieren? ¿Qué lo condecoremos?", preguntó. "La locura de estos 'pitiyanquitos' llega a tal nivel, que ayer dijo uno que iban a liberarlo; es una cosa enfermiza".
¿Quienes son estos jóvenes que han puesto tan bravo al Presidente? Olivares dice que el discurso de hijitos de papá y mamá es una leyenda como la de la CIA. "Yo nací en La Guaira, perdí mi casa en el 99 y ahorita vivo en Baruta; Ricardo Sánchez en Catia y Smolansky por la Católica", dice. "Hace 10 años yo creí que este país era nuestro, me creí el cuentico del balcón del pueblo y todo; no es que era chavista pero uno decía, buenoVenezuela es mía, pero los cinco años que llevo estudiando medicina me han demostrado que esto ha sido mentira".
Con manos blancas Aunque acusados de quemar el Ávila y desestabilizar el país, Smolansky se refiere a los estudiantes como un movimiento que busca "ser una voz crítica y reflexiva dentro de la sociedad, capaz de llevar los actos pacíficos al límite, recibir golpes, humillaciones y represión de los cuerpos de seguridad del Estado, sin caer en radicalismos y volviendo a salir al día siguiente con las manos blancas".
Olivares añade que se trata de una organización que ha demostrado capacidad para renovarse. El proyecto de enmienda constitucional que plantea la reelección indefinida hoy los tiene en la calle; hace poco fue RCTV y antes el crimen contra los Faddoul y su chofer, Miguel Rivas. Acota, sin embargo, que su lugar natural son las aulas y que sus luchas, "van desde cualquier delegado de curso que pelea por el cambio de un examen".
Estos dos estudiantes tienen 23 años y aunque no descartan seguir en política, como lo han mostrado sus predecesores, dicen que su objetivo es graduarse. La historiadora Inés Quintero advierte que no se puede proyectar a las nuevas generaciones de políticos en estas caras. "Sería anacrónico y determinista", concluye.
La miembro de la Academia Nacional de la Historia aclara que cada proceso histórico responde a una coyuntura específica, pero encuentra similitudes entre las acciones estudiantiles de hoy y las de otras épocas, por tratarse de movimientos con demandas políticas que no buscan el poder.
La agenda de los estudiantes no es tumbar gobierno. Al menos es lo que han dicho desde 2007. Creen, no obstante, que lo han debilitado. "Yo siempre he respetado al presidente Chávez como político, sobre todo su capacidad discursiva y su conexión con la gente, pero de verdad siento que desde que los estudiantes salimos a la calle ha ido perdiendo", afirma Smolansky. "Puede sonar lo más arrogante del mundo, pero siento que por primera vez buena parte de la agenda política y mediática no la establece el Presidente".
Parte del discurso que los estudiantes han reiterado en estos días es que al Gobierno le duele carecer de su apoyo. De hecho, Guevara cree que no están polarizados: "Aquí nada más hay un movimiento estudiantil electo, las juventudes del PSUV fueron impuestas y no tienen respaldo en las universidades". Hace un llamado, por eso, a los padres a acompañar a sus hijos. "No somos los únicos y, al decirlo también hay que recordar que solos no podemos", añade Smolansky.
El Universal
http://www.eluniversal.com/2009/01/25/pol_art_el-motor-estudiantil_1238637.shtml
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