"Podemos cambiar este país", dijo Obama, repitiendo uno de sus lemas durante los 21 meses de campaña. "Sí podemos".
Ambos candidatos fueron apoyados por cientos de aliados de campaña, visitantes a domicilio y voluntarios en líneas telefónicas en todo el país, al tiempo que daban sus últimos discursos en una competencia que tuvo un precio estimado de 2.000 millones de dólares.
Obama, quien continuaba con una amplia ventaja en las encuestas, se mantuvo incólume a pesar de que se descubrió que una tía suya, Zeituni Onyango, originaria de Kenia, vive ilegalmente en Estados Unidos.
El candidato "no sabía nada de su estatus, pero obviamente cree que se deberían aplicar todas las leyes correspondientes", se informó en un comunicado entregado a The Associated Press, que publicó originalmente la noticia.
El asesor de campaña David Axelrod añadió: "creo que la gente desconfía de las historias que salen a la luz en las últimas 72 horas de una campaña presidencial".
McCain no hizo comentarios sobre la tía de Obama, pero sí señaló las consecuencias de que los demócratas lleguen a la Casa Blanca y también tengan el control del Congreso. Advirtió sobre una lista de prioridades que "Aparentemente... comienza por disminuir nuestras defensas y aumentar nuestros impuestos".
McCain advirtió que Obama tratará de subir los impuestos si es presidente, en un esfuerzo por redistribuir la riqueza. El senador de Arizona hablaba con voz enronquecida, mientras hacia pausas para toser.
Agregó que Obama se "postula para ser redistribuidor en jefe, yo me postulo para ser comandante en jefe".
El candidato republicano captó un comentario que hizo su rival demócrata Barack Obama, al decir que su victoria en Iowa en las primarias, había "reivindicado" su fe en el pueblo estadounidense.
Mientras hacía campaña en Virginia, McCain dijo a sus seguidores que siempre tuvo fe en su país y que Estados Unidos "nunca tuvo que probarme nada".
McCain se esforzaba por defender estados que a estas alturas de otras contiendas por lo general ya habían asegurado su voto por el candidato republicano. Pero en encuestas recientes, Obama le llevaba ventaja a McCain en Virginia, que no ha votado por un candidato presidencial desde 1964.
"Tenemos unos pocos puntos menos, pero vamos remontando", afirmó. "No tengo miedo a la lucha, estoy listo para ella y ustedes pelearán conmigo".
Después se dirigió a Pensilvania y a Nueva York, donde se iba a presentar en el programa cómico "Saturday Night Live".
Obama realizó campaña el sábado en Nevada, Colorado y Misurí, estados que votaron por el presidente George W. Bush hace cuatro años. Esta fue la sexta visita de Obama a Colorado, un estado aún indeciso. En la ciudad de Pueblo, lo esperaba su esposa Michelle y sus hijas Malia y Sasha.
"Estamos a tres días de lograr un cambio fundamental en Estados Unidos", afirmó Obama a sus simpatizantes y les pidió que no se rindieran. "Tenemos que ganar Colorado, y vamos a ganar esta elección".
También el sábado, en un discurso transmitido por un programa semanal del Partido Demócrata Obama destacó: "Si me dan su voto el martes, no sólo ganaremos esta elección -juntos, cambiaremos este país y cambiaremos al mundo".
Obama usó el discurso a fin de reiterar su mensaje de campaña. Dijo que las elecciones tienen lugar durante la peor crisis económica que haya sufrido el país desde la Gran Depresión en la década de los 30. Prometió reducir impuestos a las familias, poner fin a la guerra de Irak, invertir en energía renovable y reducir los costos de salud.
"En momentos como este, hay tanto de por medio, no podemos tener cuatro años más de su propia filosofía vieja y cansada, que nos llevó a este embrollo", alegó. Acusó además a McCain de estar demasiado ligado a Bush.
La campaña de McCain afirmó que estaba más cerca de Obama de lo que se reflejaba en las encuestas electorales. Los colaboradores de McCain dijeron que estaba detrás de Obama por 4 puntos a nivel nacional, según una encuesta privada. Pero el candidato republicano podría haberse quedado corto de tiempo para revertir la tendencia.
Una encuesta nacional tomada por Associated Press-Yahoo News ponía a Obama en la delantera con 51 a 43, con un margen de error de 3 puntos más o menos. Pero uno de cada siete votantes, un 14% del total, dijeron que estaban indecisos o que podrían cambiar de opinión.
A medida que las elecciones se acercaban, Bush se alejó de las multitudes. McCain no pudo realizar su campaña de otra forma dada la baja aprobación que tiene el presidente.
Pero esto no limitó al vicepresidente Dick Cheney que dio su apoyo desde Wyoming, donde los demócratas contienden acaloradamente por el único escaño del estado. "Nuestro país no puede permitirse el gran liberalismo tributario de Barack Obama y Joe Biden" afirmó.
Por BETH FOUHY y DAVID ESPO
The Associated Press
http://www.elnuevoherald.com/257/story/313781.htmlLa Florida jugará un papel crucial en las elecciones
Votantes de la Florida.
La Florida hará historia el martes de una manera que nadie esperaba.
Puede llevar a Barack Obama a una victoria arrasadora o, posiblemente, convertirse en el trampolín de una fuerte ofensiva de John McCain. Y, como en la épica batalla del 2000, pudiera ser una lucha muy cerrada.
Pero no estaba planeado que fuese así.
Considerada desde hace mucho un territorio de McCain, con retirados, veteranos de guerra y un gobernador republicano, la Florida es un estado rojo visto con frecuencia como un frente de batalla púrpura debido a las elecciones del 2000. Barack Obama y otros demócratas no prestaron atención a la primaria adelantada del estado en el 2007. La Florida parecía perdida para el Partido Demócrata.
Pero cuando la economía se desplomó a mediados de septiembre, Obama quedó en posición de lanzar un contraataque contra el partido Republicano en uno de los estados más golpeados por la situación económica. La campaña demócrata ya trasmitía propaganda política y tenía a cientos de personas trabajando en el terreno.
Desde entonces McCain ha batallado por mantener ese ritmo en la Florida y en los otros estados que George Bush ganó de manera rotunda.
"Nadie esperaba que estuviéramos luchando por Carolina del Norte o Missouri'', dijo el representante estatal David Rivera, republicano miembro del comité en Miami-Dade. "No hay una fórmula para que John McCain gane sin la Florida'', agregó.
McCain ha remontado con mucha fuerza en el pasado. Hace un año en julioo, la falta de efectivo lo obligó a cancelar la campaña y sacar a su personal de la Florida. Para principios de este año, la primaria en New Hampshire lo revivió, la de Carolina del Sur lo colocó en el liderzgo y Florida prácticamente dejó su candidatura en claro en les elecciones del 29 de enero.
La Florida hizo a McCain, y pudiera destruirlo.
En el campo demócrata, la Florida pudiera haber obstaculizado la marcha de Obama hacia la nominación. Hillary Clinton tenía al estado de su lado, si no hubiera sido que el estado adelantó sus primaria a contraposición de los deseos del Comité Nacional Demócrata --lo que hizo que los candidatos se mantuvieran alejados y el partido despojara al estado de sus delegados-- Hillary Clinton podría estar ahora en la boleta para el 4 de noviembre.
Todavía ella batallaba por la nominación cuando Obama comenzó a poner el pie en su territorio.
La maquinaria de Obama en la Florida no debió haber sorprendido a nadie. Tan pronto como la nominación estuvo al alcance de la mano a finales de mayo, el senador por Illinois pasó tres días en la Florida y atrajo a multitudes récord para un candidato demócrata. Y se lanzó de cabeza en los puntos problemáticos para su campaña: las comunidades cubanoamericana y judía del sur de la Florida.
"Lo único que no han sido es penosos'', dijo Dan Gelber, líder demócrata de la Cámara, quien observó a Obama contestar preguntas durante una hora en una sinagoga conservadora en Boca Raton durante ese viaje. ‘‘Tienen una campaña muy atrevida''.
Para finales de junio, Obama estaba contratando personal, transmitiendo propaganda política y estableciendo la mayor maquinaria política que ha visto la Florida, que incluso llegó a poblados generalmente conservadores desde Chipley hasta Palatka que no eran conocidos por sus campañas demócratas.
"Están llevando la campaña al territorio de McCain, a lugares que cualquier otro candidato demócrata tal vez dejaría por imposibles, lo mismo que a otros estados que otro demócrata descartaría'', dice Gelber, refiriéndose a las escalas de Obama en la última semana en bastiones republicanos como Indiana y Virginia.
Para cuando McCain sacó su primer anuncio político televisado a principios de septiembre, Obama ya había invertido $9 millones en propaganda por televisión. Pero la campaña demócrata había derivado poco resultado de su inversión. McCain estaba adelante en las encuestas y su exhortación que se permitieran las perforaciones en busca de petróleo frente a las costas tenía eco en la ansiedad de los votantes por los precios de la gasolina y la dependencia del crudo extranjero. Incluso en las zonas costeras de la Florida, "¡Perforar, perforar! se convirtió en una consigna.
El impulso de McCain culminó con su inesperada decisión de escoger como compañera de boleta a la gobernadora de Alaska, Sarah Palin. Su posición contra el aborto y su carácter de madre trabajadora suscitaron simpatía entre conservadores sociales y mujeres también. En la Convención Nacional Republicana algunos delegados pronosticaron que Obama movería algunos recursos a otros estados indecisos menos caros para mediados de octubre.
Pero para mediados de octubre Obama estaba adelante en las encuestas en la Florida. Y el aumento de la inscripción de votantes demócratas le daba un margen de 657,000 votos.
"La gente miraba y se preguntaba si el esfuerzo de campaña de Obama iba a ser en serio'', dice el cabildero republicano Justin Sayfie, que tiene una página sobre política floridana en la red. "Su ventaja financiera le ha permitido convertir eso en realidad . . . Es una operación sobresaliente y tan buena como cualquier operación populista que los republicanos hayan montado antes''.
Obama no tenía que mencionar la guerra en Irak para vincular a McCain con un presidente impopular. La evidencia de fracasos gubernamentales está por todas partes, tanto en los letreros que anuncian ejecuciones hipotecarias en todos los vecindarios como en la caída de los colosos de Wall Street. Las pérdidas de las cuentas de retiro 401 (k) empezaron a llegar a los buzones con la misma plenitud que los espacios políticos pagados de Obama.
Incluso así, la ventaja de Obama es escaso y probablemente frágil, considerando cuánto ha superado a McCain en gastos. Los demócratas han ganado en la Florida sólo tres veces desde 1952. Lyndon Johnson, Jimmy Carter y Bill Clinton eran todos de estados sureños, donde la cultura y el clima no son muy diferentes a buena parte de la Florida.
No es extraño que la campaña haya escogido el estado para la primera y única presentación de Bill Clinton y Obama juntos.
"Es muy importante que ustedes hagan lo posible por garantizar que la Florida esté con Obama el próximo martes'', dijo Clinton ante 35,000 personas en Kissimmee el miércoles.
McCain y Obama están casi parejos en las encuestas; el resultado del martes dependerá más bien de cuántas personas salgan a votar.
Los republicanos pueden alardear de cierta pericia en ese sentido. La tan notoria operación de 72 horas que le garantizó a Bush su segundo término garantiza que las boletas de votantes ausentes se tengan en cuenta y que la gente también vaya a votar. Las nuevas tecnologías telefónicas ayudan a los voluntarios a contactar a los posibles votantes proMcCain y saber si ya han votado por correo o en persona.
"Hasta hace dos semanas ya habíamos hecho más llamadas telefónicas y tocado a más puertas que en el 2004, lo que es muy notable dado el ambiente político'', dice Erin Van Sickle, portavoz del Partido Republicano de la Florida.
Al final, dice el representante estatal republicano J.C. Planas, de Miami, la Florida votará por McCain porque se ajusta al molde político del estado. El senador por Arizona es un moderado que ha cruzado líneas partidistas en las reformas de inmigración y el calentamiento global, y en cuanto a política exterior es enérgico y apasiona en ese sentido a muchos votantes exiliados cubanoamericanos y judíos.
"Clinton hizo campaña como nuevo demócrata y demócrata sureño y no creo que este estado se haya movido tanto hacia la izquierda donde está Obama'', dice Planas. ‘‘John McCain es uno de los candidatos más centristas que han tenido los republicanos desde Eisenhower''.
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