Oposición calcula victorias en Nueva Esparta, Carabobo, Zulia, Táchira y Sucre
A tres semanas de las elecciones para gobernadores, alcaldes y consejos legislativos, el comportamiento amenazante del presidente Hugo Chávez opera como validador de los cálculos coincidentes de diversos sectores de la oposición: victorias segurísimas en Carabobo, Nueva Esparta, Zulia y su capital, Maracaibo.
Precisamente ha sido en estas regiones donde Chávez inició su campaña con más fuerza, acusando de "narcotraficante" a Morel Rodríguez, gobernador de la isla. Se revivió hace pocos días en el TSJ la posible inhabilitación contra Henrique Salas (PV) y el Presidente amenaza con "meter preso" a Manuel Rosales (UNT), quien lleva una ventaja "inalcanzable" -según las fuentes consultadas- a su contendor del PSUV.
En Zulia el oficialismo ha cumplido todas las condiciones para una campaña perfecta, sin fracturas ni disidencias, de allí que una derrota electoral para Chávez le colocaría, como él mismo lo señaló el sábado, en el trance de resultar derrotado en "la gran batalla moral", allí escenificada.
Más o menos certera, según sea el consultado, se da la victoria de la oposición en la Gobernación de Táchira, con César Pérez Vivas (Copei). Hay quien sin duda la ubica en el primer lote. En su alocución del sábado desde Maracaibo, Chávez anunció su visita hoy lunes a Táchira.
En el cuadro de opciones claras, seguida del estado andino, se cuantifica a favor la victoria en la Gobernación de Sucre, con Eduardo Morales Gil (Ind.).
En estas cinco regiones los cálculos de la oposición se presentan coincidentes. Para esta proyección no se tiene sólo en consideración la intención de voto, sino valoraciones cualitativas diversas y el comportamiento tradicional de los electores en las regiones. Lo que más destaca en estas valoraciones es el aumento de la disposición a votar, independiente del sector con el que se simpatice. De allí que los últimos veinte días de campaña son determinantes en muchas regiones, especialmente para la oposición, que por razones de carencias financieras ha debido esperar la recta final para la propaganda masiva.
Según las posibilidades, de mayor a menor, siguen las candidaturas en Mérida de William Dávila (AD), en Miranda con Henrique Capriles (PJ) y Cojedes, con Alberto Galíndez (AD). Aquí ya las valoraciones de los consultados varían y tienen en consideración aspectos como el daño que se hicieron mutuamente los precandidatos en Mérida. El contendor de Dávila, Lester Rodríguez (Copei) es ahora el abanderado opositor en Mérida, la capital. Allí se teme que la animadversión que cada uno levantó en los simpatizantes del otro perjudique la votación en esa localidad.
La falta de unidad en los altos mirandinos, roces internos en Primero Justicia y la apatía que persiste en la clase media de los municipios Chacao, Baruta, El Hatillo y Sucre, pone en duda la victoria de Capriles, a quien se le reconoce un gran esfuerzo en la campaña. Esta clase media fue la que marcó la derrota de Enrique Mendoza en los comicios regionales de 2004.
En el caso de Cojedes, que en principio no se consideró con posibilidades, la fractura del chavismo en la entidad está favoreciendo a Galíndez.
Como parte de las derrotas que se le propinarán al oficialismo, esta vez por parte del chavismo disidente, según los cálculos de la oposición, deben contabilizarse las de Portuguesa, con Bella Petrizzo (PPT) y Lenny Manuit (PPT) en Guárico. La primera con mayor comodidad que la segunda.
Elvia Gómez
EL UNIVERSAL
Guerra federal
Para las elecciones conviene precisar en qué consiste una victoria (y, por supuesto, una derrota). Hay quienes abominan de esta discusión, sea porque introduce inconvenientes dudas, sea porque desenfoca las tareas principales o, simplemente, porque empava.
Chávez está en el escenario electoral por dos razones. Una, atinente al gobierno y la otra, a la oposición. El gobierno tiene su capital más fuerte en el líder; en ese frente nadie calza sus puntos, ni de lejos. Adicionalmente, es una forma de hacer que los chavistas dubitativos por la obra de sus gobernadores y alcaldes, sientan el llamado que desde abajo, desde el alma, les hace su comandante, ahora metido en camisa de once varas. Podría hacerse una analogía con el llamado de Rómulo Betancourt cuando convocó a cerrar filas en torno a su partido dividido y les dijo a los vacilantes "adeco es adeco hasta que se muera". En algo similar, aunque desinflado, anda Chávez.
En la otra acera, aun cuando se han levantado voces que sugieren que no se debe caer en la estrategia plebiscitaria del régimen, lo cierto es que no ha habido más opción que aceptar el debate en este ámbito. Chávez es el dueño del terreno; al usar sin escrúpulo todo el poder del Estado para sostener sus propuestas electorales, crea un campo magnético al que no se puede escapar simplemente porque se tenga una estrategia diferente. Vale tener una política para los días soleados, pero si llueve, llueve, y no hay más remedio que abrir el paraguas.
Concurre un elemento adicional que refuerza la confrontación con Chávez. Se trata de que la propuesta para forzar candidatos únicos opositores, incluso con cierto autoritarismo en algunos casos, es porque el propósito -nada oculto- es el de derrotar al candidato chavista. Al colocar el tema inexorable de la derrota del chavismo el 23-N se convoca no a los méritos de unos candidatos y a las desatinos de los otros, sino que se está diciendo que quienquiera que sea "el nuestro" es mejor que "el de ellos" porque se trata de derrotar a Chávez. El resultado es que dirigentes opositores dicen no querer la estrategia -por lo demás correcta- que deliberadamente han promovido, de los candidatos únicos; algunos unitarios y otros no tanto.
Los Números
El problema de determinar en qué consiste una victoria no es tan fácil. Varios portavoces de los partidos de oposición han asomado cifras que rondan entre los 10 y 12 gobernadores y su equivalente proporción en términos de alcaldías, que es como decir la mitad. Nadie duda de que ésta sería una victoria mayúscula porque se estaría hablando del mayor porcentaje de electores del país, pues se triunfaría en los estados más poblados.
Cabría cavilar qué pasa si los resultados son inferiores a los estimados; tal vez menos gobernaciones se podrían convertir en una victoria, sólo si fuesen las más importantes de la zona central, junto a la Alcaldía Mayor y el Zulia; o, quién sabe, si otra combinación que reúna el mayor número de electores. En todo caso, lo que resulta es que la victoria de unos u otros se decidirá por un número mínimo de gobernaciones y alcaldías (¿8 para la oposición?), pero en forma muy especial la percepción que de victoria o fracaso tenga cada uno de los dos grupos en los que se divide el país. Y no es un problema de cómo se manejen los medios (por ejemplo, la oposición no puede convertir en "victoria" ganar solamente 4 gobernaciones, ni el Gobierno puede hacerlo con 10), sino de quién logre poner de su lado el centro de gravedad político cuyo elemento esencial es quien tenga más de 50% votos al final, en el total nacional.
El Centro de Gravedad. Para la operación bolivariana que arropa a Venezuela es esencial obtener un triunfo el 23 de noviembre. Chávez sabe que su régimen quedó gravemente herido desde el 2-D, así como con las divisiones que aíslan su movimiento, el desencanto civil y militar, y la insurrección popular de baja intensidad que recorre al país. El desaliento erosiona sus filas, lo cual va más allá de los números, porque se expresa en el desgano de los suyos y la perplejidad por tanta inseguridad en las calles y tanto latrocinio en las guaridas bolivarianas. Chávez sigue teniendo cierto apoyo, pero no sabe cómo contener las posibles derrotas, por tal razón agravia a unos, atropella a otros, amenaza a los de más allá. Procura crear miedo; inhibir; desactivar; pero, no parece haberlo logrado hasta la fecha. Una parte importante del país se apresta a votar contra el Presidente.
Si Chávez puede evitar la derrota con esta campaña en la que está envuelto, lo hará; pero si no logra parar la avalancha, la pregunta que cabe es si se arriesgarán a perder; si la epopeya bolivariana se aprestaría a fenecer a punta de votos. Sin duda, si Chávez ve que va a perder, tratará de arrebatar con la pequeña ayuda de sus amigos del CNE, del TSJ y de Clodosbaldo, el Verdugo. Pero, ¿podrá hacerlo, si se lo propone? En diciembre pasado no pudo por la acción de los estudiantes y de los militares, ¿podrá ésa o parecida voluntad disuadirlo de aventuras?
La Rebelión Federal. Chávez ha destruido la descentralización en todo lo que ha significado como arreglo institucional. Sin embargo, no ha podido someter las fuerzas que desde abajo y desde los estados se han desarrollado a lo largo de los años en los que estuvo vigente el proceso. Esas fuerzas están allí, son poderosas; vienen del subsuelo; del vastísimo mundo que vive y protesta en ciudades y pueblos de Venezuela. Es tan potente que hizo que varios de los hijos predilectos del prócer bolivariano se rindieran al empuje de la fuerza descentralizadora, aun a costa de perturbar al líder que retoza en el Olimpo.
Nadie sabe lo que va a pasar en términos políticos e inmediatos; pero en términos históricos, las fuerzas de abajo y de adentro vienen por el desquite, y allá, en el barranco donde se dan las luchas cuerpo a cuerpo, la reciedumbre de los federales doblegará la arrogancia de los centrales. Todo es cuestión de tiempo. Chávez, mientras tanto, con signos de desesperación y de cierto derrumbe espiritual, embiste enceguecido.
El Universal Carlos Blanco // Tiempo de Palabra
Activistas de derechos Humanos instan a la juventud venezolana a recuperar la democracia
“Ustedes tienen la fuerza de la juventud y con esa fuerza ustedes pueden lograr recuperar a su país; así que háganlo. Recupérenlo”
Los activistas de derechos humanos de países del Este que se encuentran en Venezuela realizaron la mañana de este domingo un foro en la sede del Colegio de Abogados en el que narraron su experiencia tras vivir en países con regímenes totalitarios e instaron a los jóvenes venezolanos a recuperar al país de ese destino porque tienen la fuerza para lograrlo.Advirtió a los jóvenes que trabajan por los derechos humanos que quizás no lograrán convertir a Venezuela en un país de ángeles y probablemente sufrirían muchas desilusiones y decepciones y verán personas que alguna veces hacen cosas q1ue no son correctas; pero el hecho cierto es que muchas personas pueden hacer muchas cosas correctas”.
Kukan dijo que el régimen del presidente Hugo Chávez podrá parecer “ridículo” algunas veces; “como si se montara en una tarima para cantar una canción y para una persona que se considera gobernante podría lucir ridículo y uno se podría reír; pero eso no es gracioso para aquellos que están en las cárceles, ni para quienes han sido abaleados. Así que hay muchas cosas que ustedes tienen que frenar. Y quienes más que ustedes lo pueden parar y cuándo, si no ahora”?, preguntó.
“Ustedes tienen la fuerza de la juventud y con esa fuerza ustedes pueden lograr recuperar a su país; así que háganlo. Recupérenlo”, concluyó.
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Chávez no auxiliará a la banca venezolana en caso de crisis
El presidente Hugo Chávez amenazó que si en algún caso se produce alguna crisis financiera con los bancos venezolanos no les prestará ningún tipo de auxilio, sino que procedería a expropiarlos. El mandatario dijo que no haría como los gobiernos de Europa que han ayudado a la estabilización de la crisis financiera que afecto a numerosas entidades, durante el acto de inicio de construcción del aeropuerto de Barinas.
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