jueves, 6 de noviembre de 2008

"El país se sentirá igualmente amenazado cuando Barack Obama asuma la presidencia de Estados Unidos en enero"


"No dudo que EEUU quiera venir a buscar petróleo"


Venezuela seguirá comprando armas a Rusia, China o Belarús para tener “la suficiente fortaleza” a la hora de defender su territorio y proteger el petróleo de países como EE UU, según Jesús González. “El enemigo de Venezuela es todo el que quiera poner un pie aquí. Y yo no dudo de que los estadounidenses quieran venir a buscar petróleo. Tenemos que estar preparados: "Si quieres la paz, prepárate para la guerra" declaró este jefe del Comando Estratégico Operacional de la FAB en una entrevista con la AFP.

Responsable de analizar las necesidades de defensa de Venezuela y calcular posteriormente las compras de armamento, este general está empeñado en construir unas fuerzas armadas “netamente defensivas, mejor equipadas y adiestradas”.

“Queremos ser muy fuertes, pero en una dirección eminentemente disuasiva. Que cualquier país del mundo lo piense, no una, sino diez veces antes de venir acá”, aclaró.

Respondiendo a quienes critican que el presidente Hugo Chávez gasta demasiado en armamento, González recordó que dentro de algunos años, Venezuela será “uno de los cinco países del mundo” con petróleo.

Venezuela tiene 152.561 millones de barriles de reservas probadas de crudo y el gobierno desea certificar 316.000 millones de barriles de reservas en 2009.

“Estados Unidos lo va a necesitar en cualquier momento. Si no estuviera el presidente Chávez, las condiciones en las que ellos se llevan nuestro petróleo no serían las mismas. Yo me atrevo a asegurar que ya habríamos privatizado (la estatal) PDVSA y sería una filial de (la firma estadounidense) ExxonMobil”, explicó.

Según González, los venezolanos deben ser conscientes de que, en el ámbito puramente militar, el país se sentirá igualmente amenazado cuando Barack Obama asuma la presidencia de Estados Unidos en enero.

“Los intereses de EEUU serán los mismos siempre. Obama podrá manejar algunas cosas en política exterior pero, en esencia, los fines y propósitos del Estado norteamericano van a seguir siendo los mismos: dominar el mundo”, avanzó.

Por ello, en los próximos cinco años, Venezuela necesitará “importantes inversiones” para completar la renovación del armamento que adquiere gracias a aliados como Rusia, China y Belarús, según González.

En el presupuesto venezolano de 2008, se destinó a Defensa un 1,2% del Producto Interior Bruto (PIB) y en el proyecto de presupuesto para 2009, se dedican a Defensa 8.900 millones de bolívares (4.139 millones de dólares), es decir un 1,3% del PIB y un 5,3% del presupuesto total.

En 2005 y 2007, Moscú y Caracas firmaron contratos armamentísticos por un valor total de 4.400 millones de dólares que incluyen radares, 24 aviones Sukhoi-30, 50 helicópteros y 100.000 fusiles Kalashnikov entre otros.

Durante la visita del presidente ruso Dimitri Medvedev a finales de noviembre de este año se puede concretar además la compra de tanques tipo BMP3, MPR y T-72, según González.

Venezuela también adquirió recientemente en China radares y aviones K-8 de “entrenamiento y reconocimiento”.

“Tenemos necesidad de comprar esas armas (…) Una de las estrategias de Estados Unidos fue debilitarnos militarmente. Nosotros tocamos varias puertas y llegamos a Rusia y China. Rusia es un amigo que nos tendió la mano”, aseguró el general González.

En este contexto, la llegada a Venezuela a finales de mes de una flota de buques de guerra rusos, que realizarán unas maniobras conjuntas inéditas desde el fin de la Guerra fría, es vista por González “con toda naturalidad”.

“La intención es acercarnos más a ellos porque son quienes nos están supliendo las necesidades que tenemos en Defensa”, aseguró, explicando que la marina Venezolana realizará con los rusos ejercicios conjuntos de “navegación, salvamento y comunicación”.

Según González, si estas maniobras despiertan recelo internacional no es porque representen una amenaza militar real sino por la actitud del gobierno del presidente Chávez.

“En este país desde hace 10 años no se hace lo que a los gringos les da la gana, se hace lo que a los venezolanos les da la gana. Eso explica todos los ataques hacia nosotros”, concluyó.

Cadena Global
http://www.megaresistencia.com/portada/content/view/3746/1/





El imperialismo bolivariano


El salvadoreño Joaquín Villalobos, en un artículo de opinión para TalCual, asegura que los dólares de Hugo Chávez “han invadido el Caribe, Suramérica y Centroamérica” y que sus “programas de inversión externa venezolana en Latinoamérica podrían estar superando la inversión estadounidense” en la región.

Joaquín Villaobos es una reconocida figura política. Hasta principios de 1990, fue un importante líder guerrillero del Frente Farabundo Martí para la Liberación (FMLN) durante la lucha armada que se desarrolló en El Salvador entre los años 1979 y 1990, y fue uno de los signatarios de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a la guerra civil en El Salvador en 1992. Posteriormente renegó del FMLN y estudió un doctorado en Oxford, Inglaterra.

A continuación su artículo:

El imperialismo bolivariano

por Joaquín Villalobos
TalCual Digital
06 de noviembre de 2008

Hugo Chávez pretende ser un “liberador continental”. Sus dólares han invadido el Caribe, Suramérica y Centroamérica. Los programas de inversión externa venezolana en Latinoamérica podrían estar superando la inversión estadounidense.

La política expansionista bolivariana se apresta a librar la batalla por El Salvador, luego de conquistar Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Honduras. El FMLN es fanáticamente chavista y su alineamiento con el teniente coronel le aseguró el control del 30% del mercado de diesel del país. De esa forma el conflicto entre un partido extremista y la supuesta moderación de su candidato presidencial, lo resolverán los petrodólares.

No es la primera vez que conocemos de petróleo “solidario”. La desaparecida Unión Soviética regaló petróleo y tractores en forma más eficiente que Venezuela, y fue un rotundo fracaso. Lo nuevo ahora es regalar “dólares” multiplicados por precios del petróleo inflados por la especulación. Chávez financia la antiglobalización con dólares de la globalización que, paradójicamente, provienen del “capitalismo de casino”, el peor del “capitalismo de casino”, el peor de los capitalismos. Para saber si los ejércitos de petrodólares son libertadores o destructores es necesario analizar el llamado “Socialismo del Siglo XXI” que exporta el coronel.

Para ayudar a los pobres es necesario que las instituciones se fortalezcan, que las economías funcionen, que la democracia se preserve, que los gobiernos sean eficientes y que las sociedades sean tolerantes. El modelo chavista desinstitucionaliza los estados, destruye las economías, coloca agitadores en los gobiernos, expulsa la inteligencia de los países, divide a las sociedades y restablece el autoritarismo. Llega al poder con una cara moderada y el soporte de las clases medias. Pero una vez en el gobierno, moviliza, con asistencialismo, a los más pobres y construye con ellos una nueva mayoría electoral. Esta mayoría le permite cambiar las reglas del juego a su gusto, refundar al Estado y radicalizarse.

En ese momento pasa a hablar de “revolución”, institucionaliza la polarización, divide al país, fragmenta el sistema político, aparece el autoritarismo, los pobres son lanzados contra las clases medias y éstas, asustadas, pasan a la oposición, pero ya es tarde, el modelo está consolidado. Las consignas son contra los ricos, pero siendo éstos muy pocos, la verdadera batalla es entre pobres y clases medias.

Chávez anunció que no asistiría a la Cumbre Iberoamericana precisamente para proteger la cara moderada que necesita por ahora el FMLN, pero si ganan el teniente coronel llegará al país cada vez que le dé la gana.

Gobiernos ineficientes y con economías quebradas pueden, con este modelo, sostenerse ganando referendos y elecciones. La polarización es llevada hasta las últimas consecuencias y para preservar la mayoría pierde importancia la eficacia para gobernar y toma prioridad la capacidad para desatar el odio contra los opositores y volverlos culpables de los agravios del pasado y de las carencias del presente.

Esto no es nuevo, la revolución cubana ha sobrevivido en las peores condiciones, gracias a su enemigo el “imperialismo yanqui” y en nuestro país Arena ganó tres elecciones seguidas polarizando. Esta politiquería de la derecha nos tiene a punto de pasar de una polarización basada en el miedo, a otra peor basada en el odio.

Igualmente el modelo bolivariano se mantiene por rechazo al contrario y no por virtudes propias. El Estado es convertido en un aparato destinado a la movilización y agitación política institucional para gobernar desde las calles. En este escenario los petrodólares financian a potentes estructuras partidarias territoriales que pegadas al Estado hacen asistencialismo y organizan a pobres como nuevos electores.

En Venezuela, bajo el chavismo, el gobierno creció de 1,3 millones de empleados a 2,3 millones.

En Nicaragua, los llamados consejos del poder ciudadano, armados de petrodólares están librando una batalla votante por votante. Para consolidar el “socialismo” una artillería de dólares compra a militares, jueces, diputados, magistrados y políticos. Así mantienen a la oposición dividida y a las instituciones controladas. Éstas últimas pasan a ser instrumentos para acosar y perseguir. Si un medio de comunicación, un personaje, un partido político o una empresa son problema, el “nuevo socialismo” cancela licencias, abre cargos judiciales, ilegaliza partidos y ONG, expropia empresas, amenaza, chantajea y, en caso extremo, puede asesinar.

Los millones de petrodólares sin control no hacen solidaridad inocente, ni generan una inclusión ventajosa para los pobres. El asistencialismo los destruye como sujetos productivos. La institucionalización del odio entre los ciudadanos vía revanchas raciales, políticas o sociales termina haciendo más pobres a los países. En sociedades con democracias incipientes e incapacidad para inventar economías productivas, los petrodólares potencian la corrupción, desestabilizan la vida política, acaban con los empleos y destruyen las débiles estructuras productivas. Brasil atrajo 37,700 millones de dólares en inversión externa, Chile 15,300 millones y Venezuela sólo 600 millones, esta es la diferencia entre las izquierdas que construyen país y las que lo destruyen.

Una victoria del “chavismo salvadoreño” desestabilizaría toda la región. Centroamérica ha sufrido sangrientas guerras resultado de políticas imperialistas estadounidenses; es asolada constantemente por huracanes y terremotos; vive empobrecida por la insensibilidad de oligarquías retrógradas; sufre la violencia brutal de pandillas y crimen organizado, y alberga, en Guatemala, el conflicto étnico potencial más peligroso de Latinoamérica. La ofensiva desintegradora y divisionista del imperialismo bolivariano puede violentar y empobrecer más a Centroamérica. El modelo chavista no es un ningún socialismo, es una venganza organizada y las venganzas no resuelven problemas, los multiplican.

http://www.noticierodigital.com/?p=4083






1 comentario:

Arcangel Vulcano dijo...

Los estadounidense saliero a votar masivamente por muchísimas razones que sería largo de enunciar y de enumerar, pero que podríamos sintetizar así:

A la vocación democrática y libertaria de la mayoría de los integrantes del diverso y plural pueblo estadounidense que aspira lograr unido en un clima civilizado y de respeto mutuo importantes cambios socio económicos y políticos (integrales) en paz para todos; es decir, sin intentar imponerle a nadie una visión filosófica única.

Diríamos también, que esta vez la participación del pueblo a las urnas ha sido masiva (comparada con "algunas" elecciones anteriores) en virtud de la necesidad que los impulsa de asegurarse el cambio no sólo de gobierno, sino del partido que ha venido conduciendo al país norteamericano. El gobierno del Sr Bush sin duda ha sido desde diversos puntos de vista muy negativo para EEUU y para el mundo. No tenemos ningún problema en admitir que su pésima gestión en la política económica y su gris administración precipitó la crisis económica que actualmente amenaza con desatar una terrible recesión económica; que no atribuimos al supuesto fracaso del sistema capitalista como tal, sino a los sucesivos errores cometidos por regimenes como el de Bush.

Por otro lado, la sociedad estadounidense rechaza la política guerrerista de Bush y los halcones del pentágono. Buena parte del pueblo norteamericano también se movilizó procurando frenar la guerra en el medio oriente; pero no hay que ignorar el hecho cierto y evidente que también buena parte de los estadounidenses votaron por los republicanos, lo que indica que las opiniones seguirán divididas en ese sentido; pero sin duda, la opinión que ha prevalecido en la mayoría es la de procurar hacer la paz en el medio oriente.

Por su parte, es imposible ignorar el hecho histórico del afloramiento del fenómeno político que es Barack Obama, quien obviamente encarna un nuevo liderazgo muy carismático. No vemos a Obama como a un fenómeno racista , de ser así no hubiera sido posible su elección como presidente, Obama no podía ser presidente sin el apoyo de la mayoría blanca; vemos a Obama con muchas otras complejas implicaciones muy extensas de explicar aquí; ya habrá tiempo y espacio para evaluarlas; pero simplemente podemos decir que Obama ha esperanzado de nuevo al pueblo estadounidense con una profunda oferta de cambio posible pero en democracia, en paz, y fundamentalmente, en un clima de respeto recíproco por sus adversarios. Cambios que anuncia para hacerlos y concretarlos junto a los demás, llamando al diálogo constructivo y participativo, a la integración para el trabajo en equipo entre republicanos y demócratas, jamás amenazando con arrasarlos, ni barrerlos, ni desaparecerlos, ni profiriendo nunca un populista y demagógico grito de “oligarcas temblad, ni de no volverán”; tal vez es porque Obama no se muestra como "algunos" como un presidente con ínfulas de ser eterno, ni como un líder ambicioso e insustituible que procura la “reelección indefinida”, ni cono si fuera el dueño de su país y sus riquezas, sino como parte integrante de un valiosísimo colectivo plural y diverso.

La principal razón por la cual ha habido una masiva participación de los estadounidense en las urnas, es muy parecida (por no decir la misma) a la que moverá a los venezolanos también el próximo 23 de noviembre a votar masivamente, que no es otra que la necesidad y las ansias de concretar cambios posibles en democracia y en paz, sin violencia, sin guerras fraticidas, ni amenazas de borrarnos de la faz de la tierra a quienes no pensemos igual que el presidente de turno; pero sobre todo para procurarse mejores gobiernos regionales y municipales, que por cierto en su gran mayoría han sido pésimos aún peores que el de Bush. En Venezuela la gente saldrá también como allá a votar masivamente, procurando cambios positivos, entre ellos: Combatir la inseguridad galopante por la displicencia la inoperancia, la negligencia, la impericia y la pésima gestión del gobierno de Chávez, sus Ministros, sus gobernadores y alcaldes. La gente saldrá a votar para procurar elegir a los mejores (estén en donde estén) para intentar mejorar los pésimos servicios públicos en general, entre ellos el de luz eléctrica para evitar tantos apagones, mejorar el servicio de agua, de salud, educación, aseo urbano; combatir de algún modo la inflación, el desempleo, el alto costo de la vida la escasez de productos básicos; la gente quiere que haya más productividad, no precisamente en socialismo, sino en plenitud de libertades económicas con la supervisión de un estado responsable y auspicioso de la actividad empresarial seria y responsable socialmente, entre otros argumentos...

Saludos.