Una mirada a las encuestas de intención de voto en E.U. permite pensar rápidamente que el demócrata Barack Obama ya es el dueño de la Casa Blanca.
El promedio nacional (que factura las muestras relevantes), le otorga 7 puntos de ventaja frente a su rival John McCain.
Más importante aún, se trata de una sólida diferencia que sea ha mantenido a lo largo de los últimos tres meses. Tras el breve momento que siguió a su nominación como candidato del partido republicano (a comienzos de septiembre). McCain nunca ha podido sobrepasar al afroamericano.
Y el conteo por estados también lo indica así. El senador de Illinois ya tendría "asegurados" 277 votos al Colegio electoral, cuando solo se necesitan 270 para ser Presidente.
Muchos medios, por lo tanto, lo han coronado como ganador y hasta preparan especiales anticipados sobre el impacto y lo histórico de su victoria.
Y no son pocos los que se están subiendo al bus del triunfador ante la aparente "certeza" de una administración Obama. Por ejemplo, el Chicago Tribune -que durante más 100 años de historia guardó su neutralidad- optó por apoyar su candidatura. O el ex subsecretario de Estado y republicano Colin Powell, que esta semana le dio su bendición.
Pero una serie de elementos, entre ellos la historia, el factor racial y algunos recientes movimientos en las encuestas, sugieren que McCain sigue dando la pelea. O, al menos, invitan a observar con cautela.
Primero las encuestas. Si bien el promedio nacional que hacen Real Clear Poilitics y CNN en su 'poll of polls' favorecen a Obama -y algunos sondeos individuales le dan hasta 14 puntos de ventaja-, en la semana surgieron otros que pintaron una realidad diferente.
Varias encuestas alertan
La agencia AP, para citar un sondeo, publicó una muestra el miércoles según la cual la diferencia sería de solo un punto. George Washington Univeristy reveló otra en el que la cifra es de solo dos puntos. Y el Investor Businnes Daily-Tipp, la única empresa encuestadora que le acertó a los resultados del 2004, dice que la brecha es de tres. El lunes, CNN decía que eran 5. Todos perfectamente dentro del margen de error que, en la mayoría, suele ser de 3,5 puntos.
Aunque estos sondeos no son la regla, más bien la excepción, si podrían indicar que la carrera se estaría apretando en su tramo final.
Además, resaltan lo volátiles que pueden ser este tipo de muestras, que se basan en un pequeño universo de menos de 2.000 personas, para predecir el sentimiento de más de 60 millones de votantes.
Y cosas se han visto. Muchos recuerdan, por ejemplo, como el vicepresidente Al Gore lideraba la mayoría de encuestas previas a las elecciones del 2000, que disputó con George Bush. Una, de CNN USA Today-Gallup, a un mes de esas elecciones, le daba 9 puntos de ventaja. Pero terminó perdiendo. O Bill Clinton en 1992 contra Bush padre: aunque ganó por 6 puntos, vio su diferencia de más 15 esfumarse en las últimas dos semanas.
Muchos analistas, basados en este tipo de resultados, han concluido de tiempo atrás que los republicanos suelen repuntar en último momento y casi siempre por encima de lo que predicen las encuestas. Y la razón es simple: se trata de un electorado que es mucho más disciplinado a la hora de acudir a las urnas que el demócrata.
El 'Efecto Bradley'
Pero de lo que más se habla por estos días es del llamado 'Efecto Bradley', en alusión al caso de un popular alcalde afro americano que se perfilaba como el nuevo gobernador de California en las elecciones del 1982, pero que perdió y sorprendentemente. En la víspera de las elecciones todas las encuestas lo daban como favorito frente al candidato blanco y republicano, George Deukmejian.
De hecho, el diario San Francisco Chronicle, uno de los más importantes del estado, lo dio como ganador en su edición del día posterior a las elecciones. Pero cuando se terminaron de contar los sufragios, el resultado favoreció -por un estrecho margen- a Deukmejian. Confundidos, los expertos se dieron a la tarea de averiguar lo que había acontecido.
Auque hoy es materia de controversia, muchos concluyeron, basándose en entrevistas con votantes, que una gran cantidad de demócratas había mentido en las encuestas por temor a que se les catalogara de racistas.
"La lección de es ese ciclo electoral es que una cosa es lo que la dice la gente y otra lo que hace cuando esta solo frente al puesto de votación. Especialmente cuando hay un afro americano de por medio" dice Charles Henry, un politólogo que ha estudiado a fondo el ya famoso 'efecto Bradley'.
Desde entonces, el fenómeno ha sido cosa de leyenda y los expertos lo han visto reemerger en otras ocasiones.
En 1989, el candidato afroamericano David Dirkins llegó a las elecciones para Alcalde con una ventaja de 18 puntos frente al republicano Rudd Guliani. Y aunque ganó, la diferencia final solo fue de 2. Algo parecido sucedió con la carrera para gobernador de Virginia entre el demócrata Douglas Wilder y Marshall Coleman ese mismo año. Wilder triunfo por un punto pese a que le sacaba 9 a su rival en los sondeos previos. Muchos votantes blancos, que se habían declarado como indecisos en los días anteriores a los comicios, luego dijeron que se habían inclinado por Coleman.
De allí que muchos en la academia se inclinen por facturar al menos un 6 por ciento de desventaja para un candidato de color. Lo cual indicaría que McCain podría dar una sorpresa el próximo 4 de noviembre.
Sin embargo, algunos estudios hechos desde entonces sugieren que si bien el 'efecto Bradley' era una realidad hasta 1996, las tendencias han ido cambiando.
De acuerdo con informe de la Universidad de Pittsburg, de 133 elecciones para Senado y Gobernador que se analizaron entre 1996 y 2006 en las que uno de los dos candidatos era negro, la raza influyó en menos del 0.3 por ciento.
Inclusive, de acuerdo con el analista político David Gergen, en esta ocasión podría darse el 'antiefecto Bradley'. Muchos republicanos o independientes, dicen Gergen, podrían haberse inclinado ya por Obama, pero no lo estarían diciendo por pura y sencilla pena.
"Pese a la tendencia, esta carrera aún tiene plantea interrogantes. Que no se resolverán hasta que se terminen de contar todos los votos", dice el analista. Y tiene toda la razón.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
Sombra de recesión se extiende sobre economía estadounidense
Las señales de una posible recesión se han vuelto más explícitas y contundentes a medida que los inversionistas abandonan el mercado de valores ante los reportes de ganancias de las compañías, las perspectivas de los trimestres por venir y los despidos masivos.
En la última semana, el índice Dow Jones perdió 473 puntos (5,35%) al tiempo que muchos inversionistas cambiaron su atención de la crisis crediticia a la economía, por lo que la idea de una recesión mundial y prolongada en el futuro no fue de su agrado.
"Comenzamos a notar ventas de títulos al por mayor", afirmó Peter Morici, profesor de economía y negocios en la Universidad de Maryland. "Nos dirigimos a una época muy negativa".
Aunque no todos son tan apocalípticos, la idea de la situación en las compañías estadounidenses es irremediablemente desalentadora.
Si los ejecutivos de algunas de las compañías más importantes del mundo están en lo correcto, se deben esperar algunas situaciones sombrías en los próximos meses: menos regalos bajo el árbol de Navidad, restaurantes vacíos, automóviles sin vender y filas más largas de solicitantes de empleo ante el recorte de costos de las compañías por las ventas escasas.
En todo caso las empresas con buenos resultados no representan precisamente una buena noticia. Dos de las principales compañías tabacaleras lograron sus proyecciones de ganancias, mientras que otra aumentó sus perspectivas de ingresos, pues sus productos, aunque pueden producir cáncer, se venden razonablemente bien incluso en los tiempos difíciles.
La recesión aún no ha sido declarada por la oficina nacional de economistas, que la denomina como dos trimestres consecutivos de decremento del producto interno bruto y esta situación aún debe ser reflejada en las estadísticas gubernamentales.
Pero esa es una simplificación extrema que ignora otros indicadores utilizados para identificar una recesión incluyendo el empleo, los ingresos por familia, las ventas minoristas y la producción empresarial. Los principales empresarios no esperan una proclamación oficial.
"Nos acercamos claramente a lo que es un estado de recesión", afirmó Blake Jorgensen, director de finanzas en Yahoo Inc. a The Associated Press pocos días después de que la compañía de internet anunció sus planes para despedir a 1.500 trabajadores, casi el 10% de la plantilla, para finales de este año.
Incluso antes de que este complicado mes comenzara, la economía estadounidense había perdido 760.000 empleos en el año.
La situación actual proyecta despidos continuos y generalizados, aunque pocos expertos creen que el desempleo pueda llegar hasta el 10,8%, el pico que alcanzó en la última recesión grave entre 1981 y 82. El índice de desempleo en Estados Unidos es actualmente de 6,1%. En marzo del 2007 era de 4,4%, lo que indicó un punto bajo de desempleo en la última expansión económica.
Algunas compañías no realizan los despidos porque han perdido dinero, sino que intentan obtener más ante el débil crecimiento de los ingresos. Al recortar 3.000 empleos en los próximos seis meses Xerox cree que podría impulsar sus ganancias del 2009 al menos 10%
El Nuevo Herald
http://www.elnuevoherald.com/167/story/309656.html
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