Las alarmas de Pdvsa

Lejos de quebrar, a la principal empresa del país le sobra dinero. Pero también aprietos: los $70 millardos de la "Siembra Petrolera" aún no dan frutos y, entretanto, crecen las deudas y baja la producción.

Malos presagios. En muchos de los círculos de los economistas coinciden en que al ritmo que va, nada bueno le espera a Petróleos de Venezuela. El director del Centro de Investigaciones Económicas, Franklin Rojas, confirma lo que ya muchos han venido advirtiendo: "Pdvsa tiene poco flujo de caja".

La petrolera publicó el pasado 8 de junio los estados financieros correspondientes al ejercicio del año 2008 y con base en esa información, Rojas concluye que la principal empresa del país ha ido reduciendo el diferencial positivo entre los ingresos y egresos: "Pdvsa debe a las empresas mixtas, negocia los pagos de impuestos con la Tesorería e, insólito, ha recibido aportes fiscales vía créditos adicionales".

Por un lado, Rojas señala que las ganancias disminuyen con los subsidios y ventas a futuro. "Entre 50% y 60% de la factura se cobra a largo plazo", comenta. Y por otra parte enumera una lista de gastos que disminuyen el efectivo de la compañía: "Tiene costos de operación crecientes, ya que aumentaron 50% al pasar de 14.958 millones de dólares en 2007 a 22.385 millones en 2008, debe soportar gastos sociales por 14.733 millones de dólares y dio regalías, Impuesto Sobre la Renta, contribución por precios extraordinarios y dividendos por 39.890millones".

Pdvsa busca dinero para mantener el ritmo de gastos y es esa situación la que también critica Diego González, quien fuera gerente de Yacimientos y Gas de la empresa: "Una empresa puede endeudarse para hacer inversiones porque cómo va a pagarlas".

Las alarmas de Pdvsa están encendidas. Hay 10 puntos que ponen en tela de juicio a la empresa y, mientras sigue el debate, otro de sus ex funcionarios, el ex economista jefe, Ramón Espinasa, señala otras fallas, como la brecha que hay entre la información oficial y la que reportan las agencias a la que está suscrita la propia Pdvsa.

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La producción disminuyó en 10 años. Los 3,26 millones de barriles diarios que la industria produjo en 2008, según su último informe anual, representan 3% menos que los 3,33 millones que sacó en 1998. No es una gran diferencia, pero en el exterior advierten un panorama peor. "Según la Agencia Internacional de Energía, la producción de crudo en Venezuela ha disminuido a 2,36 millones de barriles diarios en 2008, desde 3,18 que tenía en 1997, lo que significa una baja de 820 mil barriles diarios o 26%", explica Ramón Espinsa, ex economista jefe de Pdvsa, en un informe que publicó la Universidad de Miami en febrero.

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Hay un acelerado endeudamiento. Si bien Pdvsa reportó en 2008 un ingreso récord de 126.364 millones de dólares, también acumuló una cifra elevada de endeudamiento: 15.095 millones, lo que no incluye el préstamo por 1.500 millones de dólares que solicitó en marzo de este año al banco japonés JBIC o los 3.000 millones en bonos de la deuda emitidos en julio. Aparte, Petróleos de Venezuela debe compensar a las 76 contratistas que están en proceso expropiación. El último informe de la industria señala, además, que en 2008 se acumularon cuentas por pagar de 7.556 millones, más del doble que en 2007.

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Disminuye la liquidez. La industria tiene con qué responder. Pdvsa está lejos de la quiebra; sin embargo, al cierre de 2008 prefirió destinar buena parte de sus ingresos al gasto social, antes que saldar compromisos previamente adquiridos. Entre el aporte para el desarrollo, que incluye a las Misiones del Gobierno, y la contribución al Fonden, dio 14.733 millones de dólares al Estado, lo que es más del doble que la deuda que no pagó a sus proveedores. Por su parte, las cuentas de cobro dudoso, entre las que podrían estar financiamientos a países aliados, llegaron a 244 millones de dólares, lo que representa 467% más que en 2007.

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La nómina creció 266%. Sin incluir los 19.374 personas que trabajan para contratistas de Pdvsa, el número de trabajadores y empleados de la empresa aumentó en los últimos siete años de 30.000 a 80.000, lo que implica un incremento de más de dos veces. Son declaraciones que dio la semana pasada el presidente de la empresa, Rafael Ramírez. La diferencia es de 50.000 empleados, pero la rotación de personal ha sido mucho mayor, porque el Gobierno despidió a más de 23.000 trabajadores después del paro de 2002 y 2003, lo que indica que menos de 10.000 tienen experiencia o años de servicio dentro de la empresa más importante del país.

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EEUU bajó su dependencia de Venezuela. Pdvsa perdió el liderazgo que tuvo entre 1995 y 1999 como principal proveedor de crudo a Estados Unidos. Las estadísticas del Departamento de Energía de ese país (Energy Information Administration) indican que en 1997 recibió de Venezuela 1,8 millones de barriles diarios. Ese número se redujo si se comparan con los 890 mil barriles que cada día de abril fueron a EEUU. El país ha sido desplazado por Canadá, México y Arabia Saudí, a pesar de su distancia. Pdvsa busca otros mercados, pero el analista Diego González cree que "EEUU es mejor cliente: está más cerca, paga de contado y sin descuento".

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El mercado interno incrementa pérdidas. Venezuela consume un cuarto de su producción y lleva 11 años sin variar la tarifa de entre 3 y 4 centavos de dólar por litro de gasolina. "El precio relativo de la gasolina cayó en 70%", concluye Ramón Espinasa, ex economista jefe de Pdvsa. "Los precios de la gasolina se mantuvieron constantes mientras el Índice de Precios al Consumidor creció 222% entre 2002 y 2008". Cada barril que se vende en el país a 7$/b cuesta cerca de 25$/b, pero se podría exportar en 90$/b. Se trata de un problema que la política ha postergado, pero que da pérdidas, privilegia el transporte particular y el contrabando.

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La misión de la empresa se desdibuja. "Ninguna petrolera en el mundo vende alimentos o fabrica neveras y cocinas", opina el ex gerente de Pdvsa, Diego González, con respecto a la expansión que la empresa dio en siete actividades ajenas a los combustibles. A Pdvsa también se le acusa de radizalizarse en la política y es algo que no ruboriza a su propio presidente, Rafael Ramírez, quien fue grabado, un mes antes de las elecciones de 2006, advirtiendo que "la nueva Pdvsa es roja, rojita, de arriba a abajo". En otro discurso desde Cabimas, la semana pasada justificó hacer un acto político. "Nosotros odiamos a la oligarquía", dijo entonces.

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Las cifras no cuadran. Hay una sombra de dudas alrededor de los informes de Pdvsa y los los de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Un estudio sobre Los Resultados del Sector Petrolero Venezolano 1997-2008, de Ramón Espinasa, y publicado por la Universidad de Miami, da cuenta de una brecha entre las cifras de exportación que reporta Pdvsa y la Agencia Internacional de Energía: "La diferencia entre ambas es de 1,24 millones de barriles diarios o 42%". Y es algo que no se limita a un punto: Pdvsa no presentó informes de gestión entre 2002 y 2006. No lo consideró necesario al deslindarse de la Comisión de Valores de EEUU.

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Abundan denuncias de corrupción. La principal empresa del país sufrió un escándalo el año pasado en la Corte de Miami. Uno de los diálogos -revelados el 10 de septiembre- involucra al Gobierno. Según el documento, Pedro Durán dijo a Guido Antonini que "el presidente Chávez ya sabe que fue el asistente de Rafael Ramírez el que llevó el maletín hasta el avión". Es un caso sin conclusión en la Fiscalía y la Asamblea Nacional, al igual que otros como las irregularidades en la compra de taladros (2007), las denuncias de contrabando a Colombia (2004) y los intentos de ventas de crudo a EEUU con la dudosa firma Free Market Petroleum (2003).

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Incumplen las metas. El Gobierno ha destinado más 77.340 millones de dólares para el llamado Plan Siembra Petrolera, cuyo principal objetivo es aumentar la producción de crudo a 5,8 millones de barriles diarios. Pero lo más cerca que ha llegó fue a 3,26 el año pasado. De los más de 100 proyectos que la nueva Pdvsa anunció en 2005, sólo se han cumplido tres y a medias: la refinería Cienfuegos de Cuba, la primera parte del gasoducto con Colombia y un tramo de la Interconexión Centrooccidente, para transportar gas en el país. "No hay nuevas refinerías ni petroquímicas y los pozos inactivos no se reparan", lamenta el analista Diego González.

Joseph Poliszuk
El Universal