El ex presidente hondureño Ricardo Maduro se prepara hoy, 8 de julio de 2009, para una reunión con la integrante del Comité de Asuntos Exteriores de la Casa Blanca, la representante Republicana Ros-Lehtinen en el Capitolio de Washington D.C. (EEUU), con la cual discutirá la actual situación del presidente depuesto Manuel Zelaya.
El ex presidente de Honduras, Ricardo Maduro, se reunió hoy en Washington con una veintena de congresistas estadounidenses para explicar con la Constitución en la mano los motivos de la destitución de Manuel Zelaya.
Maduro, que fue presidente entre 2002 y 2006, subrayó que Zelaya está acusado de varios delitos por el poder judicial del país y ha sido destituido por el Congreso en virtud de varios artículos de la Constitución.
En concreto, hizo referencia al artículo 239 que estipula que “el ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado“.
“El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos, y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública”, agrega el artículo.
El día del golpe de Estado Zelaya había convocado una encuesta para preguntar a los electores si aceptaban una cuarta urna en las elecciones de noviembre para votar sobre una Asamblea Nacional Constituyente encaminada a reformar la Carta Magna en 2010.
Según los opositores de Zelaya, esta consulta, que había sido declarada ilegal por el Parlamento, el Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia, permitiría abrir una vía para la posible reelección.
“La gente solo despertó cuando escuchó que los militares habían tomado parte pero todo el mundo estaba diciendo que (Zelaya) se estaba saltando la Constitución“, dijo Maduro durante una reunión organizada por la congresista Ileana Ros-Lehtinen.
La congresista es la republicana de mayor rango en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.
La legisladora ha sido muy crítica con la suspensión de Honduras por parte de la OEA y ha propuesto un recorte de fondos al organismo, al considerar que ha abandonado sus principios fundadores con su apoyo a Zelaya, entre otros motivos.
El ex presidente subrayó que “no es el clásico golpe militar porque no ha habido ruptura del orden constitucional” y el nuevo presidente, Roberto Micheletti, ha sido instaurado en el Gobierno por el Congreso.
También se refirió al artículo 306 que indica que “los órganos jurisdiccionales requerirán en caso necesario el auxilio de la Fuerza Pública para el cumplimiento de sus resoluciones; si les fuere negado o no lo hubiere disponible, lo exigirán de los ciudadanos”.
El ex-presidente reiteró que los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, están en vigor legal y democrático, de acuerdo a la Constitución y “ningún militar está en el poder“.
A su juicio “lo importante ahora es llegar a una solución basada en el estado de derecho, asegurar que se siga con el calendario electoral, que está muy avanzado en Honduras y que sea una solución hondureña”.
En este sentido valoró la mediación del presidente costarricense, Óscar Arias, que ha convocado al diálogo a Zelaya y Micheletti en una ronda de negociaciones de dos días.
Las gestiones de Maduro coinciden con las de una delegación multidisciplinar compuesta por congresistas, empresarios y representantes de varios sectores hondureños que han viajado a Washington para explicar los motivos del golpe.
El ex embajador de Honduras en Washington, Roberto Flores, indicó el martes a la prensa que “hay contactos” con Maduro pero “no se puede decir que sea una sola misión”.
EFE
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