Expediente
En la Costa Oriental del Lago hay una bomba de tiempo. Si los filtros políticos no bastan para entrar a trabajar en los muelles de Pdvsa, ya hay empleados que denuncian una reducción en sus salarios. Por Joseph Poliszuk
Lagunillas.- "Vos expropiando y el pueblo pelando". El mensaje va con acento zuliano directo al presidente de la República, Hugo Chávez, y estuvo colgado hasta el miércoles de esta semana en un pendón de la avenida Intercomunal de Ciudad Ojeda, para advertir a propios y extraños que la estatización de 74 contratistas petroleras de la zona no dejará nada bueno en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo.
La tela iba acompañada con otras sentencias que advertían sobre "14 mil obreros sin empleo" y "65% menos de ingresos municipales". Una concentración oficialista que recibió el jueves al ministro de Energía y Minas, Rafael Ramírez, desapareció el pendón para instalar sobre él otras consignas que dieron un "Sí a la expropiación de los muelles", pero las primeras frases siguen dando vueltas por el estado Zulia.
Como el resto del país, la Costa Oriental no es ajena a la polarización de estos días. De cualquier modo, no caben dudas de que si Pdvsa no termina de absorber a los 8.000 petroleros que trabajaban en las empresas que fueron estatizadas el pasado 8 de mayo, vendrá la ruina de la zona. O al menos una depresión económica que en palabras del presidente de la Asociación de Comerciantes e Industriales del Municipio Lagunillas, Lucas Martínez, "constituye la peor crisis que verá la Costa Oriental en toda su historia, incluyendo los momentos del paro petrolero".
Martínez habla de una cadena que generará un efecto dominó en la economía local. El debate se centra en 74 contratistas pero detrás de esas compañías y sus 8.000 trabajadores, destaca 25.000 pequeñas y medianas empresas, cooperativas y tiendas, que dan trabajo a otras 100.000 personas. "Un problema económico se está volviendo un drama humano", advierte.
Ante la proximidad de las vacas flacas, Gustavo Torres, alcalde de Tía Juana, otro de los pueblos afectados, teme que se incrementen los delitos. "No es que la suma de todos esos 108.000 trabajadores va a quedar sin trabajo, pero indudablemente que algunos lo perderán", añade Martínez. Y no hace falta ser vidente o esperar mucho para eso, porque además de las protestas que ha mostrado Ciudad Ojeda durante toda la semana, ya hay obreros que, a raíz de esta transición, confiesan una reducción en sus salarios.
Los 505.000 bolívares que la empresa Z&P pagaba semanalmente a Albino Vila han sido reducidos a 344.000 y a pesar de la desmejora, se cree con suerte en medio de sus colegas: "Estamos agarrando aunque sea fallo, los demás que formen guarimbas pero yo no voy a dejar de trabajar sin nada que hacer aquí". Es una situación similar a la que cuenta Ricardo Vargas, otro marino que forma parte de los 668 empleados que han sido absorbidos por Pdvsa. "A nosotros nos pagaron la mitad del sueldo la semana pasada", lamentó.
El presidente del Concejo Municipal de Simón Bolívar, Carlos Meleán, denuncia que Pdvsa ha cambiado sus turnos, guardias y rotaciones, para gastar menos en la nómina que ha asumido. El concejal tiene nombres de trabajadores de los campos petroleros de la población de Tía Juana que, en los últimos días, han aceptado sueldos de 340 bolívares semanales, en lugar de los 1.610 de antes."Es el caso de un familiar", garantiza.
Y aunque suena difícil de creer, no hay muchas opciones: los desempleados improvisan guardias a las puertas de las empresas expropiadas. En el muelle Costa Bolívar de Bachaquero, por ejemplo, se sientan a la sombra de un cují o a pleno sol, como lo hizo el miércoles Enrique Lizardo, quien tiene 9 hijos. "La meta es pasar el portón, después hablaremos de sueldo", dijo al calor de otro mediodía sin respuestas.
Miedo... Tan singular como su regionalismo, es la oposición que el electorado zuliano ha mantenido frente al gobierno nacional. Pero en la Costa Oriental, uno de los últimos resquicios copeyanos del país, ya hay quienes hablan de bailar al ritmo que toque. Algo grave ha debido pasar para que algunos de sus habitantes declaren que están dispuestos a ganar menos, con tal y no entrar en las proyecciones que prometen desempleo.
"Hay miedo, la gente tiene miedo ante tanta represión", concluye el alcalde de Tía Juana. De todas formas, en el núcleo petrolero del estado Zulia recomiendan no subestimar a su población. "Esto es una bomba de tiempo", acota el presidente del Concejo Municipal de Lagunillas, Francisco Alvarado.
La estatización ha hecho a los petroleros más dependientes del Gobierno. "Hay trabajadores que me han llamado para alertar que están pasando un filtro político para repartir las vacantes", denuncia el dirigente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, Froilán Barrios.
La lista Tascón y otras artimañas andan por la Costa Oriental. En las entrevistas de trabajo que ha formulado Pdvsa saltan preguntas como la filiación de los aspirantes con las misiones y el propio Gobierno nacional. "Me preguntaron dónde trabajaba y cómo estaba con el proceso", comentó Joan Pineda antes de advertir que lleva las de ganar: "Estoy muy orgulloso de que me vayan a entregar el carnet, porque nosotros estamos muy bien con el Proceso".
Por esas y otras razones, el sindicalista Germán Cortez ha venido augurando un estallido social. Sea o no así, es claro que estos son días difíciles para la región. Los negocios que rodean a la plaza Bolívar de Ciudad Ojeda dejan ver que la crisis ya llegó a los comercios. "Cualquiera puede entrar y ver la soledad de los supermercados", señala Osmary Hurtado desde la Joyería Tina, donde advierte que si la venta ya iba mal desde principios de año, en las últimas semanas ha disminuido todavía más.
Es una situación que han notado hasta los buhoneros. Norberto Gil, uno de los artesanos de la plaza Bolívar, señala que la recesión ha sido notable en las últimas dos semanas. Y si el comercio informal ya se reciente, las cosas tampoco pintan bien para los servicios: sin dar sus nombres, algunas maestras de colegios privados de Lagunillas y Ciudad Ojeda confiesan que han visto alumnos con representantes que se han atrasado en el pago de las matrículas.
Las salas de espera de las clínicas, por su parte, hablan por sí solas. En la emergencia del Centro Médico Dr. Ferrebús de Bachaquero dejaron de atender las 20 personas diarias de siempre. El cierre de más de 40 contratistas petroleras -a las que prestaban sus servicios- bajó la frecuencia a cinco pacientes diarios, aproximadamente. "Esto va a quedar tan olvidado como Mene Grande, la primera ciudad petrolera del país", vaticina Ramón Hernández desde el salón de belleza que atiende en Ciudad Ojeda.
La Costa Oriental del Lago no era más que un puñado de pueblos perdidos, que subsistían de la pesca. Fue la fiebre del petróleo la que llevó una ola de venezolanos y extranjeros a poblar la zona. Como en la novela Oficina número 1 de Miguel Otero Silva, la plaza Bolívar de Bachaquero está en medio de una suerte de campamento, en el que destacan balancines junto a las casas.
Es muy difícil que los campos petroleros ahora se conviertan en conucos. "Nunca se sembró el petróleo, ni hubo una diversificación de la economía", lamenta Lucas Martínez, en nombre de los comerciantes e industriales de Lagunillas.
Un total de 108.000 de los 147.000 puestos de trabajo que Martínez calcula en los municipios Simón Bolívar (Tía Juana), Lagunillas (Ciudad Ojeda) y Valmore Rodríguez (Bachaquero) dependen del petróleo. Aunque el Gobierno promete mantener los 8.000 empleos directos, no ha dado respuestas a los trabajadores ocasionales que, al menos hasta el mes pasado, prestaban servicios en calidad de suplentes.
El concejal de Lagunillas, Francisco Alvarado, está convencido de que Pdvsa no está en capacidad de dar empleo a tanta gente. Al otro lado de la zona, el alcalde de Tía Juana agrega que conoce casos de empleados de la nómina mayor de occidente, que llevan cuatro meses sin cobrar sus sueldos. Algo pasa en Pdvsa y, entretanto, en el Zulia suponen que la producción de este mes no puede ser igual si apenas han absorbido a 8% de los trabajadores de las contratistas. En la Costa Oriental por eso sobran voces que vaticinan malos augurios. Y lo dicen con acento zuliano: "Vos expropiando y el pueblo pelando".
El Universal
1 comentario:
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