miércoles, 1 de agosto de 2007

Los logros del socialismo (matar y mentir)

A lo largo de la historia de la humanidad, sólo dos cosas ha sabido hacer la izquierda, sin duda, mejor que nadie: matar y mentir.

El exterminio físico del contrario y el uso indiscriminado de la violencia y la mentira, han sido siempre nota distintiva y característica de todos los grupos de izquierda. Sus teóricos la han defendido siempre y sus políticos la han aplicado siempre también, a gran escala y sin mayores escrúpulos, justificándola de las maneras más inverosímiles.

Ahora que están tan interesados en recuperar la memoria, aquí ofrecemos, sucinta, pero suficientemente reflejado, un breve repaso por tan "glorioso" historial.

LOS CRÍMENES DE LA IZQUIERDA EN EL MUNDO

RUSIA

La Revolución Rusa supuso desde sus inicios la implantación de un sistema masivo de exterminio de los “enemigos del pueblo”. Mientras que los movimientos izquierdistas anteriores propiciaron el ismo (es decir el asesinato esporádico) como una forma de conquistar del poder, una vez alcanzado éste por los soviets se implantó un sistema científico de exterminio que se dirigió contra todo aquel que no estuviera de acuerdo con el régimen (y aún contra muchos que lo estaban, en un ejercicio del ciego perfectamente planificado).

La NKVD, la GPU, la CHEKA, fueron los diversos nombres del aparato represivo en la URSS, que culminó con la creación del GULAG, la red de campos de exterminio más gigantesca en la historia de la humanidad.

Millones de personas fueron aniquiladas por el régimen soviético: pueblos enteros de pobres campesinos a los que se robó sus tierras y se asesinó, intelectuales y estudiantes, trabajadores, hombres, mujeres y niños; familias enteras fueron eliminadas por el socialismo real. Unos lo fueron por hambre, otros por tortura (las mujeres, niñas y niños pequeños eran, además, violados), otros por trabajos forzados, y siempre sin importar la edad ni el motivo.

El número de asesinados en la URSS se calcula oficialmente en algo más de setenta millones (70.000.000) de personas. Hay varios millones más de desaparecidos de los que no ha quedado constancia documental.


EUROPA DEL ESTE

La conquista de los países del Este de Europa por la URSS al final de la II Guerra Mundial, supuso la caída de millones de personas en su órbita de. Las depuraciones (desapariciones y asesinatos) como las fosas de KATYN en Polonia, fueron la norma. Millones de personas cayeron asesinadas por los esbirros del socialismo soviético; las revueltas populares (Alemania del Este en el 56, Hungría, Primavera de Praga, Polonia…), fueron reprimidas a sangre y fuego y el número de desaparecidos nunca se llegó a establecer con precisión.

Algunos historiadores dan la muy conservadora cifra de diez millones (10.000.000) de asesinados por los distintos regímenes izquierdistas europeos.

- HUNGRÍA
En octubre del 56, el pueblo húngaro, en un increíble acto de valentía, sale a las calles pidiendo libertad y la abolición de la dictadura socialista. La militarización de la economía, el empobrecimiento generalizado, la falta de libertades, la sumisión del país a los dictados soviéticos, la brutal represión policíaca..., son el caldo de cultivo de una rebelión que se generalizaba por todo el orbe soviético y que es reprimida al más puro estilo socialista: sangre y fuego.

La tensión el 23 de octubre con una manifestación convocada por estudiantes de Budapest en solidaridad con el levantamiento polaco en Poznan. Sin consignas, los jóvenes recogen el testigo crítico de los intelectuales (agrupados en el Círculo Petofi). La protesta crece y en pocas horas son ya cientos de miles. Ente la masa aparecen las primeras banderas con el escudo comunista recortado y los primeros gritos exigiendo independencia y democracia.

Un primer grupo de manifestantes, alrededor de 200.000, entonando marchas de la guerra de 1848 se reúnen en la Plaza Kossuth. Un segundo grupo acude a la plaza de los Desfiles, a la estatua de Stalin –una imagen fundida a partir de otras de antiguos reyes húngaros-, y la derriba ante la pasividad policial. Una tercera marcha parte hacia la sede de la radio donde pretende leer un comunicado para exigir la retirada soviética y elecciones libres; aquí, los avos (la sanguinaria policía política del régimen), sin esperar órdenes, disparan contra los manifestantes y causan numerosas víctimas Ya de noche, los manifestantes se hacen con armas y toman el edificio. Ha estallado la insurrección armada.Al día siguiente, los enfrentamientos se generalizan por la ciudad y 10.000 soldados soviéticos refuerzan a los avos. Mientras los consejos obreros se hacen con el poder poco a poco. Hasta la madrugada del 27 al 28, un indeciso Imre Nagy, primer ministro, navega entre dos aguas: trata de calmar al Kremlin mientras alaba a los combatientes. Esa noche, al fin, decreta un alto el fuego y los “contrarrevolucionarios” pasan a ser un movimiento democrático nacional. Las tropas rusas son retiradas de Budapest pero rodean la capital. Un día después, el primer ministro, consciente de que la invasión es inminente, anuncia la retirada del Pacto de Varsovia y pide ayuda a la ONU, que responde con el silencio. Radios clandestinas informan de la llegada de 200.000 soldados y 6.000 tanques rusos.

Las tropas entran en Budapest a sangre y fuego el día 4. Los milicianos y el Ejército húngaro resisten casi sin armas casa por casa. Nagy se refugia en la embajada de Yugoslavia y tras el final de los combates, saldrá con un salvoconducto ruso, pero es detenido y tras un juicio de dos años, ejecutado en Rumania.
A pesar de la valentía de los sublevados, y de su ingenio para poner fuera de combate los blindados, con todo tipo de artefactos de fabricación casera, la represión soviética es brutal. El último foco de la capital es borrado del mapa el día 10. Las cifras hablan por sí solas: 3.000 muertos en combate, 350 ejecutados y 200.000 refugiados. Al más puro estilo estalinista, 26.000 húngaros serán procesados, 22.000 condenados y 13.000 enviados a campos de concentración. Desde el cobarde Occidente, ni una sola protesta. Auxiliarles habría alterado el difícil equilibrio de la Guerra Fría. De hecho, la Revolución de 1956 en Hungría les “incomodó” por la distensión iniciada en 1953 tras la muerte de Stalin.


CHINA

La implantación del régimen socialista en China siguió las pautas del resto del mundo. Millones de muertos de hambre por un sistema económico proyectado por dementes; millones de deportados que murieron en los traslados masivos y forzosos de población; millones de encarcelados, violados, torturados y luego fusilados, todos sin motivos, sin garantías, sin juicios…, en nombre de la “construcción del hombre nuevo socialista”.

La Revolución Cultural, desatada por Mao poco antes de su muerte, con su vuelta al “purismo” socialista (es decir al asesinato como arma política) volvió a extender una pesadilla de sobre todo el país, que originó casi diez millones más de muertos (10.000.000) y destrozó lo poco que económicamente se mantenía en pie. Las cifras más optimistas, es decir las plenamente constatables, nos hablan de una masacre socialista en China de setenta y cinco millones de muertos (75.000.000); eso sin hablar del Tibet, invadido en los años 50 y cuya población está siendo exterminada lenta y sistemáticamente por Pekín. Cárceles y campos de exterminio levantaron el régimen socialista y lo mantienen en pie.


CAMBOYA

Ejemplo típico de país asiático asolado por la izquierda. Los jemeres rojos (apoyados al principio por Viet-Nam) asesinaron a dos millones de habitantes (2.000.000) de un país de cinco millones, en una de las masacres más absurdas y íficas de la historia de la humanidad, donde cientos de miles de cadáveres quedaron esparcidos por los campos de arroz del país. La película “The fields” reflejó con bastante aproximación este salvaje horror.

Distintos países de Asia siguen sufriendo regímenes socialistas, guerras civiles o guerrillas izquierdistas que los asolan con sus planificado. Viet-Nam y Corea del Norte, siguen en estos momentos la tradición socialista del asesinato, tortura y violación sistemática de todos los derechos ciudadanos, además de exportarlo a sus vecinos.


CUBA

El único país Iberoamericano que sucumbió de manera completa al socialismo real ha sido Cuba. Desde la llegada de la banda de Fidel al poder, cientos de miles de personas han perdido la vida a manos de estos criminales izquierdistas, las cárceles están llenas de presos de conciencia, sin juicios y sin cargos, y los que pierden la vida en su intento de escapar de la dictadura se cuentan por miles.

Toda la isla es una cárcel. Dar una cifra de asesinados por el socialismo cubano es imposible, pues ésta se incrementa día a día. Además Cuba se ha convertido desde hace años en lanzadera de las guerrillas y del narcotráfico hacia toda América. Son muchos, además, los países americanos que llevan sufriendo el acoso de la guerrilla de izquierdas que, si bien está en franco retroceso, ha originado en el el cono sur de América otro rosario de cientos de miles de muertos, la mayoría población civil inocente (un ejemplo: el heroico “Che Guevara” tiene en su haber –documentado con certeza- la muy meritoria cifra de 179 muertos, torturados y asesinados directamente por sus manos en la prisión cubana del Morro).


ESPAÑA

La historia de la izquierda en España es similar a la del resto del mundo: ismo, golpes de estado, guerras civiles, muertes, violaciones, saqueos…, todo en nombre de un supuesto mundo mejor, de una nueva sociedad (¿cuándo los asesinos han creado algo nuevo o mejor?). Sucintamente y dejando mucho en el tintero:
- Sublevación de Jaca: el 12 de diciembre de 1930 se produce en Jaca un levantamiento militar contra el gobierno legítimo de la nación. Muere un número indeterminado (aunque afortunadamente pequeño) de militares y civiles en su sofocación. Fue planeada y dirigida por el PSOE.

- II República: 14 de abril de 1931 se proclama la II República, después de una elecciones municipales perdidas por la izquierda (tres concejales a uno). Inmediatamente comienza el asesinato de personas no izquierdistas, violaciones, robos, quema de iglesias, destrozo de monumentos, saqueo de tesoros artísticos… Se aprueba la Constitución en el Parlamento, sin ser votada por la ciudadanía. La Ley de Defensa de la República suspende arbitrariamente el derecho de expresión, instaurando la censura de prensa, cerrando cien periódicos y castigando con multas a los que se manifiesten no republicanos. En la sublevación de Asturias en octubre 1934, la izquierda liderada por el PSOE se levanta en armas contra el mismo régimen que ellos trajeron para implantar una “república socialista soviética”, mueren 1.500 personas en toda España en los enfrentamientos; se destroza y se saquea el patrimonio artístico.

“Honorables” izquierdistas se forran con la república (Negrín robando y evadiendo divisas amasó una fortuna de 370 millones de francos). Calvo Sotelo es amenazado de muerte por Casares Quiroga (socialista) en el Parlamento y después asesinado por los Guardias de Asalto del gobierno de la República, como muchos otros centenares de los que no se ha vuelto a saber y que habían sido “paseados” anteriormente.

- Durante la Guerra Civil, la República, eficazmente auxiliada por comisarios políticos rusos, instaura un régimen de basado en centros de tortura llamados checas. Paracuellos, Aravaca, Torrejón, Usera…, son los nombres de las fosas donde más de 12.000 personas fueron asesinadas por orden de Santiago Carrillo, siendo de ellas casi mil niños. Cientos de miles de personas en el resto de España desaparecieron en la zona roja -muchos izquierdistas entre ellos- y
aún hoy no se sabe su lugar de enterramiento.
Ya en la “democracia”, la izquierda española vuelve a matar (ETA -mil muertos-, GRAPO -casi cien-) y sus correligionarios ideológicos justifican siempre esos asesinatos. En este momento el PSOE negocia para dar la victoria a los asesinos etarras, es decir, a los suyos.


Esta es, esquemáticamente, la historia de una máquina de matar, la más eficaz de la historia, llamada SOCIALISMO. Y doscientos millones de muertos (200.000.000) en todo el mundo, esperan JUSTICIA, VERDAD y castigo para los culpables.

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