| En medio de la mayor bonanza petrolera en la historia de Venezuela, la industria petrolera está pasando en la actualidad por su peor coyuntura operativa desde 2003, una situación que podría exacerbarse dramáticamente por un fenómeno que parece tener más cabezas que la hidra: la corrupción administrativa. Durante las últimas dos semanas, numerosas irregularidades han salido a la luz pública como capítulos de una novela de suspenso, y la secuencia de casos de corrupción obligó a la Asamblea Nacional a organizar sesiones para indagar sobre graves denuncias que comprometían miles de millones de dólares. Venezuela recibe anualmente un promedio de $ 58.000   millones por exportaciones petroleras, según cifras oficiales. En el centro   de las críticas está el actual ministro de Energía y presidente de Petróleos   de Venezuela S.A. (PDVSA), Rafael Ramirez, un aliado de Chavez y primo de   Carlos Ramirez, alias El Chacal. Ramírez ha sido acusado por sectores de la oposición de ser el principal   responsable de la corrupción en la industria.  Las denuncias sobre Ramírez obligaron incluso al presidente Hugo Chávez a   intervenir públicamente en el debate.  ''Frente a los muchos ataques contra Rafael Ramírez, voy a dejar en claro   que aquí habrá Rafael Ramírez para rato en Petróleos de Venezuela'', dijo   Chávez durante un reciente programa de Aló, Presidente.  El mandatario venezolano advirtió también que detrás de los ataques al   alto funcionario y a PDVSA, hay una ''lucha de poderes'' entre gente que   ''tiene planes'', aunque no dio más detalles.  Pero la oposición se mantiene firme con las denuncias.  Julio Montoya, un dirigente del opositor Un Nuevo Tiempo, aseguró que ha   logrado reunir evidencias de casos de corrupción en los que se han   ''dilapidado'' unos $4,000 millones.  Entre ellos: contratos sin licitación, pago de asesorías inexistentes,   adquisición de equipos que no llegaron o se dañaron, compra de bienes a   sobreprecio y nóminas ''fantasmas''. De hecho, la Fiscalía General de la   República está procesando 122 casos de irregularidades administrativas en la   entidad.  ''Administrativamente, el daño causado por la corrupción ha sido   tremendo'', aseguró Pedro Mantellini, un ex asesor a la presidencia de PDVSA   y consultor petrolero con sede en Miami.  Los casos de corrupción han suscitado notables escándalos nacionales,   algunos de ellos transmitidos por la televisión para sorpresa de muchos.  Durante una interpelación parlamentaria televisada a nivel nacional, el   vicepresidente de Exploración y Producción de PDVSA, Luis Vierma, admitió cándidamente   que la junta directiva de la petrolera otorgó contratos a dedo a empresas de   maletín, entre ellas uno de $70 millones a una empresa que en 2005 contaba   con un solo empleado.  Otro contrato, esta vez de $2,000 millones, para adquirir ocho taladros de   perforación de pozos petroleros, se concedió a la firma colombiana Cosmaca,   inscrita con un capital de apenas $1 millón. La empresa intentó   posteriormente subcontratar la firma KRF, C.A.  ''Esta modalidad de conformar empresas de papel para hacerse de contratos   millonarios es una vieja práctica de la corrupción que actualmente se ha   potenciado con este gobierno'', dijo José Guerra, un ex economista jefe del   Banco Central de Venezuela, quien ha estudiado a fondo el tema.  Guerra denunció en 2003 que unos $3,500 millones se ''esfumaron'' de las   finanzas de PDVSA, una cifra que aumentó a $5,000 millones en el 2005. La   denuncia del economista, interpuesta ante la Contraloría General de la   República, nunca prosperó.  De acuerdo con documentos y denuncias a las que tuvo acceso El Nuevo   Herald, los contratos de cobertura de seguros de PDVSA, que abarcan las   pólizas patrimoniales de cobertura nacional e internacional, tienen   sobreprecios que superan los $100 millones anuales.  La prima de reaseguro que PDVSA abona anualmente, que debía ser facturada   en $67 millones, ha sido pagada por un monto superior a los $120 millones.  Las operaciones de seguros y reaseguros son manejadas por la empresa Vida   y Patrimonio, una aseguradora que controla las coberturas de seguros de otros   entes oficiales como la compañía eléctrica Cadafe y la gobernación del estado   Carabobo.  Esa firma la dirige Omar Farías, un corredor de seguros que preside,   además, Seguros Constitución,  La firma aseguradora recibe pagos de $5 millones anuales por ''asesoría y   apoyo'' a diversas gerencias de PDVSA, cuatro veces el precio establecido en   el mercado internacional.  En el contrato de cobertura, el pago del deducible por parte de PDVSA se   duplicó de $25 millones a $50 millones, con una cláusula adicional de   ''infraseguro'', que obliga a la petrolera venezolana aceptar el pago del 40   por ciento cuando el siniestro supera los primeros $50 millones.  La aseguradora logró una alianza estratégica con la firma de reaseguros   Cooper Gay de Colombia, una subsidiaria de la firma con sede en Londres, ''a   pesar de que están en el lugar 53 del standing de los corredores, y en el   lugar 103 en el área de energía'', según los documentos.  Cooper Gay sustituyó a la firma Jardine Lloyd Thompson, también de   Londres, la sexta mayor compañía de reaseguros del mundo.  ''Las investigaciones sugieren la participación de personal dentro de   PDVSA, que recibiría pagos de comisiones en cuentas en el exterior'', explicó   una fuente familiarizada con el caso.  El Nuevo Herald envió varios correos electrónicos a la firma Cooper Gay de   Colombia, buscando su versión, pero no obtuvo respuesta.  Varios intentos para contactar a Farías resultaron infructuosos.  ''La corrupción de PDVSA está en todas las áreas'', afirmó el economista   Orlando Ochoa, un consultor corporativo que ha denunciado públicamente varios   casos de irregularidades petroleras.  Según Ochoa, es común la exigencia de comisiones entre el 20 y el 30 por   ciento para otorgar contratos.  La corrupción y la inseguridad jurídica en el área petrolera ''son dos   elementos que han influido determinadamente en la capacidad de la industria   de mantener niveles operacionales y suministros de equipos adecuados'', dijo   Ochoa.. El sacerdote católico José Palmar, un abierto partidario de Chávez y   crítico de la corrupción en PDVSA en sus muy leídas columnas semanales,   resumió durante una reciente interpelación parlamentaria la gravedad de la   situación:  ``Hay cosas que no se han podido decir porque si dijéramos una de ellas, el presidente Chávez caería''. Casto Ocando  El Nuevo Herald  | 
 
lunes, 6 de agosto de 2007
La corrupción corroe a la petrolera venezolana
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1 comentario:
investiguen a ese señor Omar Farias, se vana encontrar cosas muuuy interesantes
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