lunes, 27 de agosto de 2007
El francotirador
En el mandatario repitiente (ya va para nueve años sin aprobar la asignatura) se combinan el niño fabulador que todavía es, y el adulto deslenguado que se apropia de las historias del otro para elaborar, sin aparente control racional, verdaderos cadáveres exquisitos que hubieran hecho babear a Bretón.
"Gringo que se meta dentro de una quebradita por allá, booom... Eso es contra ustedes si se meten para acá y no es convencional. Es pá la guerra de guerrillas, desde desde los cerros", dijo en Aló, Presidente. Pero, ¡un momento!, guerra entre quiénes, ¿entre Estados Unidos y Venezuela?... ¿habla el niño o habla el deslenguado que lo remeda?. Y, en verdad, da igual, porque ninguno de ellos está consciente de que no es un juego lo que tienen entre manos (o se las dan de inocentes), por muy exquisitos que resulten los cadáveres que componen. "¡Sí señor!... para la guerra de guerrillas, desde la montaña, desde los cerros, en respuesta a un posible ataque armado de Estados Unidos, con batallones de la selva, de indígenas...", ratifica el delirante niño–adulto moderador del programa. Desvaríos aparte, todos sabemos que no habrá guerra y conocemos el nombre del primero en correr en caso de que la hubiera. Debería preocuparnos la compra de armamento con el pretexto de hacerle booom a "gringo que se meta en una quebradita por allá" y especialmente el tipo de armas que escoge, comenzando por los rifles Dragonuv, de largo alcance, especiales para francotiradores, mencionados por The New York Times en reciente editorial.
Yes sir, yes sir, dijo al admitir la compra, a la que prometió (¿quién va a creerle?) no darle uso militar convencional...
"son fusiles rusos, con mira telescópica, que tienen un alcance que no les voy a decir y vamos a comprarles equipo de visión nocturna pues I am going to see you in the nigth too". De modo que cuando afirma "¡esto es contra ustedes!", por más que formalmente se refiera a los gringos, es inevitable pensar en "nosotros" y en el triste episodio de los francotiradores del 11–A que, sin rifles especiales ni equipos de visión adicionales, provocaron muertes y causaron pánico entre miles de pacíficos manifestantes que dirigían su protesta hacia Miraflores. Con el pretexto de la invasión gringa no prevista por nadie, mucho menos por el Gobierno, el repitiente no ha dejado de comprar equipo militar, armar milicias y crear batallones de la selva, de indígenas, de francotiradores...
A la hora de dar la orden de fuego, en lugar de "gringo que se meta por dentro de una quebradita por allá", puede que se ordene disparar contra todo el que se meta, por muy criollo que sea, aunque tenga camisa roja.
Pedro Llorens
www.elnacional.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario