domingo, 7 de diciembre de 2008

Denuncian descarada compra de votos en Venezuela


A medida que se aclara el panorama de los resultados de las elecciones regionales en Venezuela, comienza a aparecer una dimensión inédita del proceso: el empleo de sumas millonarias para "estimular'' el voto en sectores populares, a cambio de electrodomésticos, alimentos y pago de dinero en efectivo.

Según evidencias, testimonios y denuncias públicas por opositores recogidos por El Nuevo Herald, la administración del presidente Hugo Chávez destinó decenas de millones de dólares para financiar una ofensiva de "dádivas'', incluso repartiendo dinero a manos llenas durante el mismo día de las elecciones.

En el municipio Sucre, donde se ubica Petare, el mayor barrio popular del país, un grupo de alcaldías bajo control oficialista realizó donaciones equivalentes a unos $10 millones, que fueron repartidos en efectivo entre la noche del sábado 22 y la mañana del domingo 23, día de las elecciones, a razón de entre 300,000 y 1 millón de bolívares por persona (entre $140 y $480), confirmaron a El Nuevo Herald fuentes que participaron en el operativo.

A pesar de los "donativos'', el chavismo perdió la alcaldía del municipio Sucre por una diferencia de 80,000 votos.

De acuerdo con fuentes independientes y de la oposición, el gobierno nacional y todas las gobernaciones bajo control del chavismo condujeron una campaña masiva para distribuir gratuitamente desde colchones y tanques para almacenar agua, hasta teléfonos celulares y vehículos, pasando por toda clase de electrodomésticos y alimentos, a cambio de un voto favorable para los candidatos oficialistas.

Según documentos a los que tuvo acceso El Nuevo Herald, varias firmas asociadas al gobierno, principalmente con la petrolera estatal PDVSA, cotizaron y adquirieron productos y mercancías destinadas a la campaña electoral, con la ayuda de empresas comerciales ubicadas en Panamá y el sur de la Florida.

En la zona franca del istmo centroamericano, los operadores oficialistas adquirieron grandes cantidades de electrodomésticos para distribuir en todo el territorio venezolano.

Los masivos operativos fueron objeto de duras críticas desde antes de las elecciones, incluso por dirigentes del chavismo disidente, como el dirigente José Albornoz, secretario general del partido Patria Para Todos (PPT), que apoyó a Chávez en el pasado y en las elecciones regionales respaldó a los candidatos disidentes.

En una declaración dos días antes de los comicios, Albornoz recomendó a los votantes beneficiados con donaciones chavistas: "voten sin miedo. Su conciencia vale más que una lavadora, nevera o 210 bolívares fuertes''.

En algunos casos, los activistas prochavistas ni siquiera ocultaron la operación sino que la promovieron abiertamente, utilizando diversos medios de propaganda masiva.

En un panfleto con el encabezado que decía: "Construyendo la Revolución Bonita'', distribuido en zonas populares y rurales del estado Sucre, se les prometía a los electores que votaran "por los candidatos de Enrique Mestre'', el aspirante chavista, un estipendio quincenal de 1 millón de bolívares, un pago único de otros 2.5 millones (alrededor de $1,160) para alimentos, además de una nevera, una licuadora y una lavadora, un saco de alimentos no perecederos y un congelador con diversas carnes.

El volante impreso en papel color rojo, termina con las leyendas: "hacia la economía social productiva'' y "patria, socialismo o muerte''.

En otros estados, los chavistas utilizaron estrategias creativas para buscar comprometer el voto de los electores.

En varias localidades de los estados Falcón y Carabobo, pelotones de trabajadores armados de escobas, brochas y pintura, "asaltaban'' las casas de familias en zonas rurales para realizar un eficaz servicio de limpieza y pintura de la propiedad sin costo alguno, a cambio del voto.

El día de las elecciones, batallones de activistas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), se encargaron de asegurarse que los beneficiarios cumplieran con la promesa, trasladándolos a los centros electorales y llevándolos virtualmente hasta la máquina de votación.

La práctica de pagar a electores a cambio de votos no es nueva en Venezuela. Antes de la llegada de Chávez al poder, los partidos políticos organizaban complejos operativos a nivel nacional para "convencer'' a ciudadanos reacios a dar su voto a cambio de ciertos beneficios, por lo general pequeñas cantidades de dinero y alimentos, y el traslado de ida y vuelta desde su casa al centro de votación.

"En el pasado los partidos tenían la costumbre de regalar sacos de cemento, bloques, láminas de zinc a los votantes, algo totalmente indebido porque era usar las necesidades del pueblo para comprar votos'', dijo Carlos Berrizbeitia, dirigente del opositor Proyecto Venezuela.

Sin embargo, agregó Berrizbeitia, "lo que ha pasado en estas últimas elecciones fue algo desproporcionado, sin precedentes en la historia política venezolana''.

El ex parlamentario, que ha documentado en detalle los gastos lujosos del gobierno chavista en los últimos cinco años, citó el ejemplo de la ciudad de Cumaná, en el oriente del país. Allí, la alcaldía controlada por el oficialismo entregó más de $11,6 millones en efectivo a través de un banco local, a razón de unos 400,000 bolívares por persona, a un total de 66,015 votantes que concedieron el triunfo al candidato chavista, de acuerdo con documentos mostrados a El Nuevo Herald.

Berrizbeitia dijo que al igual que en Cumaná, el gobierno repitió la operación en todos los 300 municipios del país, ‘‘con muy buenos resultados'', principalmente con dineros provistos por la estatal PDVSA.

"El presidente Chávez triunfó en aquellas regiones donde la distribución de los recursos del Estado para comprar conciencias surtió más efecto'', coincidió en señalar Omar Barboza, presidente del opositor Un Nuevo Tiempo, cuyo líder principal es Manuel Rosales.

En otras regiones como el estado Bolívar, "el costo de publicidad, propaganda, compra y reparto de electrodomésticos o enseres del hogar, emolumentos, viáticos a funcionarios y recursos en efectivo, superaron los 58,000 millones de bolívares (unos $26 millones)'', aseguró en un informe el dirigente José Ignacio Acevedo, del opositor Acción Democrática (AD).

De acuerdo con analistas y expertos, la estrategia de distribuir beneficios a cambio de votos pudiera debilitar seriamente al chavismo en un panorama de contracción económica, y podría tener graves consecuencias para el futuro.

Las "dádivas'' pudieron haber significado para el chavismo un tercio del total de votos obtenidos por todos los candidatos regionales en los comicios pasados, una cifra que supera los 1.8 millones de votos, estimó Alfredo Keller, experto en encuestas.

Keller dijo que del 52 por ciento obtenido por los candidatos chavistas en los comicios regionales, un 17 por ciento de los votos pueden ser calificados de ‘‘clientelares'', y 34 por ciento de votantes representó al conglomerado chavista leal, de los cuales un 15 por ciento podría concentrar el llamado núcleo duro del chavismo.

Para el jesuita Luis Ugalde, rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el voto por los candidatos chavistas quedaría cuando mucho en 30 o 35 por ciento "sin chantajes, compras (de votos) y amenazas''.

Según el abogado Gustavo Linares Benzo, columnista del diario El Universal de Caracas, el fenómeno de la compra de votos podría promover la ingobernabilidad en el país a mediano plazo, en un panorama de caída de los precios del crudo.

"Si los votos se obtienen sólo regalando casas y neveras, nadie podrá gobernar, ni dominando la delincuencia, construyendo infraestructura o dominando la inflación. Este legado chavista es el peor de esta década''.

El Nuevo Herald

http://www.elnuevoherald.com/167/story/335076.html



Encadena al país para celebrar 10 años de desgracia
A las 5:00 de la tarde en cadena nacional el presidente Chávez apareció ante la multitud que lo esperaba desde las 2:00 de la tarde en el Palacio de Miraflores para celebrar los 10 años de su llegada al poder. Entre los primeros anuncios el jefe de Estado informó del nombramiento de Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador de Caracas como jefe del comando de campaña para la enmienda constitucional que buscará la reelección contínua del Presidente el próximo mes de Febrero.
También se anunció la designación de Aristóbulo Isturiz, candidato derrotado a la alcaldía Mayor de Caracas como jefe de movilización nacional, que estará encargado de motorizar el “respaldo popular” a la iniciativa de enmienda que se elaborará desde la Asamblea Nacional oficialista.

“Vamos a pasar las navidades en campaña como estamos acostumbrados, vamos a celebrar este mes de diciembre al grito de ‘uh, ah, feliz navidad’” sentenció el primer mandatario al inicio de su alocución.

La Verdad


Chávez: las promesas de diez años de revolución


El 6 de diciembre de 1998, Hugo Chávez era electo presidente de Venezuela tras una campaña en la que prometió construir una "democracia más auténtica" gracias a una nueva Constitución, así como reducir la pobreza y la corrupción y tejer "lazos de hermandad" con el mundo. "No voy a ser un presidente aislado del pueblo, debo estar metido en el alma, en el cuerpo, en el coraje, en la esperanza y en la lucha diaria de todos. Juntos haremos posible una Venezuela bonita", clamó Chávez hace diez años en el cierre de su campaña.

El presidente cumplió su promesa de dotar al pueblo venezolano de una nueva Constitución, aprobada en 1999, que contempla una mayor participación popular. Durante su gestión, mejoró notablemente los índices de educación e impulsó iniciativas para reducir las diferencias sociales.

"En estos 10 años hay dos aspectos en los que no podemos negar el avance: el hecho de que la Constitución haya desarrollado el tema de los derechos humanos de una manera inusitada. Eso es un logro, como también es el que se hiciera visible al sector más pobre de la población", declaró en un reciente foro Héctor Fagúndez, director del Centro de Estudios de Derechos Humanos de la Universidad Central de Venezuela.

En educación, Venezuela muestra tasas de escolarización de cerca del 100%, según cifras de la UNESCO y el número de universitarios se ha multiplicado por cuatro desde 1998.

En lo que respecta a la pobreza, el Instituto Nacional de Estadística (INE, oficial) asegura que la miseria extrema pasó de 17,1% en 1998 a 7,9% en 2007.

Sin embargo, las cifras de violencia, la cuestión que más angustia a los venezolanos actualmente, empeoraron desde la llegada de Chávez al poder. Según el Observatorio Venezolano de Violencia, en 1998 se cometieron en Venezuela 4.500 homicidios mientras que en 2007 llegaron a 13.200.

"Ha habido errores e inexperiencia en estos 10 años. Ha sido una escuela y hemos ido aprendiendo. A la revolución le va la vida en que las fallas registradas sean resueltas rápidamente y quienes no tengan capacidad sean apartados", según el diputado oficialista Earle Herrera.

Un reciente informe de la organización Human Rights Watch subrayó que Chávez fue elegido para "reformar y renovar el desacreditado sistema político venezolano" y la Constitución en 1999 ofreció una "oportunidad única" que fue desperdiciada.

"Chávez promovió una nueva Constitución que podría haber mejorado notablemente la situación de los derechos humanos en Venezuela (...) Su gobierno ha actuado en sentido contrario, sacrificando garantías fundamentales en función de sus intereses políticos", denunció José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, expulsado en septiembre de Venezuela al presentar este informe.

Un día antes de ganar las presidenciales de 1998, en una entrevista con la cadena Univisión, Chávez aseguró que estaba dispuesto a entregar el poder "incluso antes de que finalizara su primer mandato", que en aquel momento tenía cinco años, si el pueblo no estaba satisfecho con su gestión.

En estos momentos, Chávez y su partido proponen una enmienda constitucional que no limite los mandatos presidenciales, es decir que abra la puerta a una permanencia del líder en el poder más allá del 2013, cuando expira su segundo y último periodo.

El presidente ha explicado que permanecerá en el poder si el pueblo quiere y ha subrayado que los próximos diez años servirán para "consolidar el socialismo bolivariano".

En aquella misma entrevista, el mandatario aseguraba que quería que los medios privados de comunicación "se amplíen y profundicen". Años después, el gobierno de Chávez no renovó la concesión a la cadena de televisión privada RCTV, crítica con el ejecutivo, y acusa a otros medios privados de tener planes para derrocarlo y matarlo.

Hay que "dar más facilidades a los capitales privados internacionales para que vengan aquí a invertir en las más diversas áreas", agregó también Chávez en aquella ocasión, garantizando que no quería "nacionalizar nada".

Desde 2007, el Estado venezolano lleva a cabo una intensa campaña de estatizaciones de sectores clave de la economía como el petróleo, las telecomunicaciones, la siderurgia o la electricidad. En 2007, las inversiones extranjeras representaron 400 millones de dólares, la menor cifra en la región según la ONU.

Diez años después, la oposición venezolana busca convertirse en alternativa

Prácticamente deshecha cuando Hugo Chávez ganó los comicios en 1998 y borrada de las instancias de poder por una consigna de abstención, la oposición venezolana comenzó a rearticularse en partidos y tiene como desafío convertirse en una alternativa de gobierno, señalaron analistas a la AFP.

Tras conseguir cinco gobernaciones y la alcaldía metropolitana de Caracas en las recientes elecciones regionales, la oposición se enfrenta ahora a una propuesta de Chávez para aprobar una enmienda constitucional que permita la reelección indefinida en un referendo a principios de 2009.

Esta reelección indefinida fue uno de los puntos principales de la reforma constitucional que Chávez planteó en 2007 y que fue rechazada en una consulta popular con 50,7% de los votos, en lo que fue la primera victoria electoral de la oposición en la última década.

Para Enrique Ochoa Antich, dirigente del partido socialdemócrata Un Nuevo Tiempo, la oposición, que quedó fuera del parlamento tras boicotear las elecciones y hasta ahora sólo gobernaba dos estados sobre 23, comenzó el rescate de espacios a partir de la decisión de poner los partidos políticos en el centro del debate.

"Esa decisión se concretó con el lanzamiento de la candidatura unitaria de Manuel Rosales a las presidenciales de 2006 y el acierto de haber reconocido enseguida la derrota", opinó.

Antes de eso, con la disolución que había ocurrido de los partidos tradicionales, la oposición se expresó a través de la sociedad civil (sindicatos, empresarios, ONGs, medios de comunicación) y "logró la salida de Chávez del poder pero no supo cómo sustituirlo", señaló Ochoa, refiriéndose al golpe de Estado contra el mandatario el 12 de abril de 2002.

Para el historiador Manuel Caballero, la falta de un liderazgo político en la oposición hizo que en esa etapa "se destacara quien tenía más pulmones para gritar, y eso llevó a acciones alocadas y a sus más grandes errores".

Los partidos Acción Democrática (socialdemócrata) y Copei (democristiano) que durante 40 años dominaron el sistema democrático en Venezuela, llegaron en total descrédito a las elecciones presidenciales de 1998 y al año siguiente, para los comicios de la Asamblea Constituyente no obtuvieron ningún puesto.

Según Caballero, la pérdida de posiciones ideológicas llevó a la oposición a cometer tres grandes errores: la disolución de la Constitución y de todos los poderes por parte del empresario Pedro Carmona durante el golpe de 2002, la prolongación de una huelga petrolera entre diciembre de ese año y enero de 2003, y el boicot a las elecciones legislativas de 2005.

Sin embargo, el historiador apuntó que desde entonces la oposición "ha aprendido y ha obtenido sus primeras victorias", que atribuye "no tanto a la dirección de los partidos políticos como a la fuerza de la cultura democrática en la sociedad venezolana".

"El primer gran triunfo de la oposición en estos diez años ha sido haber expresado y compactado un bloque que ha impedido el avance" de varias de las iniciativas más radicales del mandatario venezolano, dijo Caballero.

"Y el segundo triunfo ha sido sobre sí misma: se logró vencer las tendencias golpistas y abstencionistas de la oposición", agregó.

Para Ochoa Antich, a partir de ahora los partidos de la oposición en Venezuela tienen como reto su refundación ideológica.

"Es necesario discutir los estatutos, definir una nueva fisiología democrática y relegitimar a las autoridades de los partidos. Esos tres pasos son muy importantes para enfrentar al gobierno de Chávez, porque solamente con ellos podrá construirse una alternativa que pueda sustituirlo", subrayó.

Globovisión / AFP
http://www.megaresistencia.com/portada/content/view/4015/1/

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