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Comunismo vs capitalismo
Cuando el mono se bajó del árbol y comenzó a transformarse en hombre, cada quien se hacía todo; cada uno se buscaba su comida, se construía su casa, se curaba, etc. Ello era, claro, muy ineficiente. Así pasó el tiempo, hasta que se produjo un invento que marcaría época, la división del trabajo: un grupo se dedicó al cultivo del arroz, otro a construir viviendas, otro a curar a los enfermos, etc. De esta forma cada grupo se especializó en una cosa, y todos pasaron a ser más eficientes, lo cual determinó un notorio progreso. Ahora bien, la división del trabajo trajo consigo una serie de problemas económicos, a saber: ¿Qué producir? ¿Cuánto producir de cada cosa? ¿A qué tasas de cambio intercambiar unas cosas por otras (los precios)? ¿Cuántos se dedicarán a cada actividad?, etc. Hay dos formas de resolver estos problemas (hasta ahora no se han inventado otras): 1a) El mercado: la oferta y la demanda interactuando resuelven todos esos problemas de manera muy eficiente, aunque tenga sus inconvenientes, y 2a) La planificación centralizada: se nombra una autoridad, el Gobierno, y éste decide sobre todos esos problemas. La primera de las formas está ligada a la propiedad privada de los medios de producción, y la segunda ligada a la propiedad colectiva de dichos medios. Y allí tenemos los dos sistemas existentes: capitalismo y comunismo.
¿Cuál escoger? Ninguno es perfecto. El comunismo es más equitativo (que no más justo) en el reparto de lo poco que hay, pero es muy ineficiente e improductivo; el capitalismo produce mucho más. Veamos unas cifras. Cuando cae el muro de Berlín, a comienzos de los noventa, y los países comunistas, obstinados de su comunismo, se abrieron a prácticas capitalistas, el PIB promedio anual per cápita de los países de Europa comunista era de $2.000 por año, después de bastantes años de comunismo. El de los países capitalistas era de 23.000. Es decir, no estamos hablando de un 30 o un 90 % más; estamos hablando de ONCE VECES Y MEDIA. ¿Que quiere decir esto? Pues muy simple: que los habitantes de los países capitalistas consumían 11,5 veces más cosas que los de los países comunistas. ¿Los habitantes de Francia, Alemania, Italia, etc., son once veces y media más inteligentes que los rusos, los checos y los húngaros? Claro que no, el problema es el sistema. Para el 2007, los países capitalistas producían $38.000 y los países comunistas, de 2.000 15 años atrás, pasaron a 12.000, seis veces más. ¿A que se debe ese gran aumento de la producción y el consumo? Evidentemente, a la adopción de prácticas capitalistas.
¿El capitalismo no tiene problemas? Claro que sí; pero para eso están los gobiernos, para llevarlos a un mínimo: los gobiernos deben evitar abusos de los empresarios con los trabajadores, el ambiente, los clientes, etc. Los países de la que era y sigue siendo la Europa capitalista, tienen una gran vocación y prácticas socialistas. Hay educación gratuita de alta calidad para todos, la salud es gratuita y excelente, la protección social contra el desempleo es amplísima, el cuido y las pensiones de los ancianos son extraordinarios, etc. No se necesita el comunismo para tener vocación socialista.
El comunismo NO SIRVE. Así lo prueban los países que lo aplicaron por cerca de un siglo y renegaron de él. ¿Vamos a ir nosotros a un sistema del cual un tercio del mundo se apartó por ser tremendamente ineficiente? Tendríamos que ser bien torpes para ello.
Herbert Hudde
Ingeniero civil y Master del IESA
herbert_hudde@yahoo.es
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