Al abandonar la sede policial, Patricia Belandria se despidió, en forma cordial aunque con recelo, del vecino que hasta ese momento consideraba como el más presumido de su residencia.
En grupos abordaron cuatro taxis que los detectives de la Subdelegación El Llanito del Cicpc les solicitaron. Luego de la jornada y tras rendir declaraciones, las víctimas regresaban al edificio Palmira, situado en la calle A de la urbanización Terrazas del Ávila. Los conserjes también los acompañaron por solidaridad.
Todos coincidieron en que al abrirse el ascensor dos sujetos armados los encañonaron y los llevaron bajo amenaza de muerte hasta el apartamento de la licenciada Belandria. "Mi casa fue la primera en ser desvalijada. Me quitaron el celular y lo apagaron. Usaron mi apartamento como centro de operaciones. Poco a poco se convirtió en un calabozo. Llegamos a estar unas quince personas repartidas en un cuarto y en la sala", dijo la joven a quien separaron del grupo e interrogaron por más largo rato. Los detectives evitaban así que los testimonios se contaminaran.
Las víctimas coincidieron en que al mediodía del pasado sábado 3 de octubre el grupo comando ocupó todo el piso sin que nadie se percatara. "Yo creo que eran unos diez ladrones", dijo. Los recordó como personas jóvenes, de buen aspecto, pero muy violentos. Uno a uno los trasladaban hasta los cinco apartamentos de la planta. Allí procedían a cargar con laptops, dólares, dinero en efectivo, joyas, armas y teléfonos celulares.
"Eso fue como a las 12:30. Todos regresábamos de almorzar después de trabajar medio día o de hacer diligencias sabatinas. Nunca pensé que pasaría por esto y que el más vanidoso y odioso vecino estaría en mi apartamento durante cuatro horas. Bueno, la verdad es que se portó como un caballero porque nos protegió. Ahora mi prima me dice que fue mi huésped", señaló la mujer, a quien los delincuentes atraparon como la primera víctima y luego usaron su habitación como retén provisional.
Prisioneros en el apartamento
Una docena de personas fueron maniatadas con esposas plásticas. Algunos agraviados piensan que los primeros ladrones en ingresar al edificio fueron unos sujetos que vestían chaquetas del Cicpc.
Antes de concluir sus declaraciones llegó un comisario de la policía científica para presenciar los interrogatorios. "Me preguntó si había notado algún acento particular, pero yo estaba muy nerviosa".
En la sede policial se enteraron de que días antes otro grupo comando con similar modus operandi ocupó el edificio Panorama, situado en la urbanización Valle Arriba. Ahí sometieron a numerosos vecinos y cargaron con bienes valorados en más de doscientos millones de bolívares fuertes.
Los antisociales, provistos con armas cortas y de hablar pausado, además, se muestran violentos. El funcionario les confió que esos mismos delincuentes en su andar han violado a varias damas y que la investigación debe ser mantenida bajo reserva.
La pesquisa también acumula asaltos masivos perpetrados en dos edificios ubicados en una zona de seguridad como el callejón Machado de la urbanización El Paraíso, la zona donde se encuentra ubicado el Club de la GN y a pocos metros de la Comandancia General del componente militar, ha sido ocupada en dos ocasiones por una fuerza de tarea irregular que ha cargado con cuantiosos bienes.
Alarma vecinal
"Me enteré de que los vecinos de 19 edificios y ocho casas están alarmados y formaron un comité de seguridad. Eso parece que ahora es general y en zonas insospechadas"afirmó Belandria. En efecto, la Guardia Nacional ha sostenido recientemente reuniones con residentes de los edificios Kyoto, Picadilli, El Conquistador, Romeo, Julieta, Riuga y Neverí para instarlos a que desistan en su decisión de colocar una valla para impedir el acceso al callejón.
El Cicpc procesa además el asalto de distintos inmuebles del edificio La Montaña, situado en la urbanización del mismo nombre en El Paraíso. "Ahí fue terrible porque se llevaron las cosas y se robaron nueve carros", dijo la señora Belandria.
"A ellos no les gusta comer mucho ni tomar licor para no distraerse. Se nota que son profesionales en sus cosas". El mes de mayo en las Residencias 48 de la avenida Los Jabilllos, en la urbanización La Florida, las víctimas fueron retenidas en la conserjería. Entre los agraviados figuran una juez, una modelo y una fiscal auxiliar.
La joven en cuyo apartamento improvisaron un retén se mudó a la casa de su prima. Siente miedo y por temor a represalias pidió que cambiaran su nombre.
El Cicpc tiene indicios sólidos para considerar que la cadena de asaltos es obra de una banda organizada que escoge exclusivos condominios. Aprovechan que muchos servicios de vigilancia han sido extrañados debido a los altos costos y además las cámaras de seguridad se encuentran dañadas. Sin embargo, no descartan complicidad entre el personal doméstico y vigilantes inescrupulosos.
Además se tienen registros de eventos múltiples ocurridos en El Cafetal, Baruta, Terrazas del Club Hípico. Mientras someten a las víctimas, otros en la parte externa y en planta baja alertan a sus cómplices si algún residente sube por el ascensor par o impar. Nunca sustraen electrodomésticos o bienes que llamen la atención por su volumen.
"En mi apartamento tomaron huellas y contratamos otra empresa de seguridad. los vecinos sospechaban de los vigilantes viejos. Patricia y su vecino han acudido juntos a las citas para revisar el archivo criminal. Intercambiaron números de teléfono y acordaron almorzar para olvidar el trauma y tal vez de ahora en adelante cuidarse mutuamente.
Gustavo Rodríguez
EL UNIVERSAL
Entre el fanatismo, el odio y la ineptitud
Lumpen chavista...El odio es el signo del régimen. La (in)justicia rojita está llena de "montajes"
Un sentimiento de enorme frustración corre por el ánimo de millones de venezolanos, incluidos muchos chavistas que sufren también el creciente deterioro de su calidad de vida, a pesar de los ingentes recursos recibidos por el gobierno de Chávez, No obstante la continua propaganda oficial alabando las inexistentes bondades del régimen, cada vez hay más gente convencida de que lo único que le importa al Presidente es seguir en el poder a costa de lo que sea, y para ello mentirá, endilgará a la disidencia culpas que él permanentemente practica, comprometerá el futuro nacional con deudas cada vez más enormes e innecesarias y dedicará cada vez más recursos para contentar a los integrantes de los poderes públicos que le garantizan una justicia al servicio de la persecución política, un Parlamento que le aprueba normas que legalizan las tropelías contra la propiedad privada, la ideologización de la educación (para venerar a Marx y al Che y convertir la chapuza golpista del 4F en el "Día de la Dignidad"), o la ley que con el empujón de los rojitos del CNE le aseguraría "el triunfo electoral", aunque no tenga los votos necesarios. A propósito de la celebración del décimo aniversario de la "Constituyente" escribía el talentoso Carlos Raúl Hernández (El Universal 15-10-2009) que es como si alguien propusiera celebrar el golpe de Carujo, el 4F, el fusilamiento de Piar, el castigo de Valencia por Boves, o el asesinato de Ruiz Pineda. Poco imaginaba Carlos Raúl que ese mismo día Leonardo Carvajal, de la Asamblea de Educación, mostraría indignado el nuevo calendario escolar llegado al Táchira y Miranda (por lo que supone que ese engendro de la LOE estaría aplicándose en otras regiones del país) en el que se exalta la violencia y la guerra como valores positivos. No se destaca el Discurso de Angostura, pero sí el Decreto de Guerra a Muerte, incorpora el "Día de la Juramentación del Ejército Socialista Educativo" (sic); eleva los golpes de Estado del 27N y 4F como fiestas patrias. Además, personajes como Marx, Che Guevara y Ezequiel Zamora reciben efemérides similares a la de El Libertador
A la explosiva criminalidad sin que el Gobierno muestre eficacia alguna para reducirla (Chávez criticó estos días la inseguridad en EEUU, excusó las miles de muertes violentas en Venezuela alegando que "es un problema del mundo entero" y alabó la "seguridad" y la paz de los sepulcros que reina en Cuba) concurren otros males que están haciendo nuestra vida insoportable. Apagones en todo el país (algunos con duración de horas y hasta días), racionamiento eléctrico de 5 horas diarias en 6 Estados (mientras Chávez regala a través de la endeudadísima Pdvsa, $80 millones a Bolivia para una central termoeléctrica que le permitirá ¡exportar electricidad!). Añadamos el racionamiento o ausencia total del servicio de agua; crecimiento del desempleo (aunque el INE lo niegue), incumplimiento oficial con los trabajadores de Guayana, Corpoelec, salud y otros; inflación del 30% que ha convertido en sal y agua los salarios, y estaremos ante un polvorín sobre el que caen las chispas de la indignación colectiva por los presos políticos inocentes, víctimas del odio y del fanatismo oficial, como los once trabajadores de la Alcaldía Metropolitana y su prefecto, Richard Blanco, al igual que algunos estudiantes y numerosos trabajadores encarcelados por defender sus derechos humanos y laborales. El jueves -día de redactar esta entrega- al colega Gustavo Azócar le fue ratificado su enjuiciamiento en prisión mientras la misma justicia liberaba a la reincidente Lina Ron; el juez de control, Jesús Boscán, se resiste a darle la libertad al empresario Eligio Cedeño, en cumplimiento del mandato de la Sala 8 de Apelaciones, la cual consideró que ha sido desproporcionada la prórroga de detención preventiva dictada en su caso. El odio es el signo del régimen. La (in)justicia rojita está llena de "montajes", como los del almirante Millán y los generales Barroso y Baduel, o el de Nixon Moreno, o los de otras víctimas del chavismo como los comisarios Simonovis, Forero y Vivas, presos mientras están libres los criminales de Puente Llaguno.
Las encuestas (todas, hasta las que edulcoran la popularidad para no provocar la ira presidencial) revelan el hastío ciudadano ante la ineptitud oficial y el miedo a un futuro incierto a causa del despilfarro y de la corrupción (¿por qué "expropia" el Hilton de Margarita en vez de equipar los hospitales y las escuelas?), a la par que registran un alto rechazo a la destrucción de los valores democráticos y morales que por largo tiempo han sido baluarte de la convivencia nacional. El 70% de los venezolanos dice que Chávez debe irse en el 2012. Ni más, ni menos. Aunque si sigue como va, puede que para el 2012 ya no tengamos país.
Marta Colomina
El Universal
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